Casiano Florist¨¢n: honesto con la realidad, sincero para con Dios
Al amanecer del 1 de enero del a?o reci¨¦n estrenado fallec¨ªa en Pamplona el te¨®logo Casiano Florist¨¢n, que hab¨ªa nacido en Arguedas (Navarra) el 4 de noviembre de 1926. Ha sido una de las personalidades m¨¢s relevantes del panorama teol¨®gico espa?ol de la segunda mitad del siglo XX. Tres dimensiones destacan en su largo itinerario vital y en su creativa actividad intelectual: la honestidad con la realidad, el sentido cr¨ªtico y la sinceridad para con Dios.
La realidad fue siempre su residencia permanente, pero no la realidad tozuda que se pliega a los hechos brutos, sino entendida dial¨¦cticamente, con su cara y su cruz, siempre abierta, en tensi¨®n hacia el ideal y generadora de esperanza; no la realidad en la que instalarse c¨®modamente, sino la que hay que transformar. Esa honestidad le llev¨® a la universidad de Zaragoza a estudiar Ciencias Qu¨ªmicas, de 1945 a 1949. El estudio de las ciencias gener¨® en ¨¦l una especial sensibilidad por la inducci¨®n y los datos emp¨ªricos, que luego se dejaron sentir en su actividad teol¨®gica y pastoral.
La misma honestidad influy¨® m¨¢s tarde en su decisi¨®n de estudiar teolog¨ªa en Innsbruck (Austria) y en Tubinga (Alemania), donde coincidi¨® con Karl Rahner, Hans K¨¹ng, Johann Baptist Metz, con quienes a?os despu¨¦s compartir¨ªa la direcci¨®n de la revista internacional de teolog¨ªa Concilium. El estudiante de Ciencias Qu¨ªmicas convertido en seminarista buscaba all¨ª un rigor cient¨ªfico que no encontr¨® en la universidad pontificia de Salamanca, donde realiz¨® los primeros estudios de filosof¨ªa y teolog¨ªa.
En su honestidad con la realidad jug¨® un papel fundamental la sociolog¨ªa religiosa, de la que fue pionero en Espa?a. Ella se convirti¨® en herramienta de conocimiento, an¨¢lisis y transformaci¨®n del catolicismo, y en una de las principales mediaciones de su trabajo pastoral. Accedi¨® a la c¨¢tedra de Teolog¨ªa Pastoral de la Universidad Pontificia de la Salamanca en 1960, actividad que desarroll¨® ininterrumpidamente durante 36 a?os. Su llegada a la ciudad del Tormes supon¨ªa una esperanza de renovaci¨®n, pero tambi¨¦n una fuente de tensiones con los sectores conservadores de la Universidad remisos al esp¨ªritu reformador del joven catedr¨¢tico. En 1963 se hizo cargo de la direcci¨®n del Instituto Superior de Pastoral, que pronto convirti¨® en centro de di¨¢logo con la secularizaci¨®n, de renovaci¨®n eclesial y de encuentro intercultural. Por ello, fue objeto de cr¨ªticas por parte de los sectores cat¨®licos conservadores y de control por parte del episcopado espa?ol. Pero el principal aval del Instituto y de Casiano Florist¨¢n fue el concilio Vaticano II, que no result¨® una novedad para ¨¦l, pues hab¨ªa tenido como maestros y colegas a algunos de sus principales protagonistas. ?l mismo lleg¨® a ser perito conciliar.
El sentido cr¨ªtico sereno y constructivo fue una de sus actitudes y convicciones b¨¢sicas. Florist¨¢n no ha sido de esos te¨®logos que se sometieran servilmente a los dict¨¢menes del magisterio eclesi¨¢stico, ni acataran las directrices de la jerarqu¨ªa poni¨¦ndose una venda en los ojos. Impuls¨® la creaci¨®n de colectivos teol¨®gicos cr¨ªticos como la Asociaci¨®n de Te¨®logos y Te¨®logas Juan XXIII, de la que fue presidente desde su fundaci¨®n en 1980 hasta 1988, y la Asociaci¨®n Europea de Te¨®logos Cat¨®licos, y particip¨® activamente en la puesta en marcha y animaci¨®n de diferentes movimientos cristianos de base.
Casiano Florist¨¢n fue un te¨®logo con perspectiva universalista. Durante m¨¢s de treinta a?os hizo frecuentes viajes a Am¨¦rica Latina y a Estados Unidos. Estuvo en los or¨ªgenes de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n junto con Gustavo Guti¨¦rrez, Segundo Galilea, Juan Luis Segundo y Jos¨¦ Comblin. Convivi¨® con los hispanos de los Estados Unidos y colabor¨® con Virgilio Elizondo en la elaboraci¨®n de una teolog¨ªa del mestizaje.
La sinceridad para con Dios fue otro rasgo importante de su personalidad, inseparable de la honestidad con la realidad. En la universidad de Zaragoza vivi¨® una experiencia religiosa profunda que desemboc¨® en la vocaci¨®n sacerdotal, primero, y en la dedicaci¨®n a la teolog¨ªa y a la acci¨®n pastoral, despu¨¦s. En su estudio de la liturgia huy¨® tanto de la racionalizaci¨®n del misterio como de la manipulaci¨®n de lo sagrado y busc¨® la aproximaci¨®n simb¨®lica a Dios. Liber¨® a los sacramentos cristianos de la cautividad m¨¢gica en que estaban inmersos y los celebr¨® en el seno de la Comunidad de la Resurrecci¨®n, que ¨¦l puso en marcha el a?o 1968 y anim¨® hasta sus ¨²ltimos d¨ªas.
El dolor por su muerte queda aminorado por el recuerdo de una vida en libertad y por el legado de su obra, de m¨¢s de veinte libros y cientos de art¨ªculos, que abren horizontes de liberaci¨®n en la larga invernada eclesial e iluminan la oscuridad del presente.
Juan Jos¨¦ Tamayo es director de la C¨¢tedra de Teolog¨ªa y Ciencias de las Religiones Ignacio Ellacur¨ªa, de la Universidad Carlos III de Madrid, y autor de Nuevo Diccionario de Teolog¨ªa (Trotta, 2005).
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