Un crucero verniano por el sistema solar (y II)
"UN COMETA DESCONOCIDO CHOC? con la Tierra en la noche del 31 de diciembre al primero de enero, a las dos horas, cuarenta y siete minutos, treinta y cinco segundos y seis d¨¦cimas de la madrugada; pero la roz¨® ¨²nicamente... ?Est¨¢n ustedes en mi cometa!". Esto explica el astr¨®nomo Palmiryn Rosette (Palmirano Roseta, en la traducci¨®n castellana) al capit¨¢n H¨¦ctor Servadac, en la novela de Julio Verne del mismo t¨ªtulo (H¨¦ctor Sevadac) que coment¨¢bamos en una entrega anterior.
El cometa Galia sobre el que estos personajes (y, entre otros, un grupo de espa?oles, "indolentes por naturaleza") recorren el Sistema Solar tiene una composici¨®n qu¨ªmica donde abunda el teluro de oro, seg¨²n establece Palmiryn "a ojo", por su aspecto y densidad pero no bas¨¢ndose en un an¨¢lisis qu¨ªmico. Contrasta con el an¨¢lisis espectrosc¨®pico empleado para determinar la composici¨®n (tambi¨¦n de oro) del asteroide de otra novela, p¨®stuma, de Verne: La caza del meteoro (1908), reeditada recientemente.
El m¨¦todo es m¨¢s cre¨ªble aunque, en realidad, la composici¨®n de estos astros sea por lo general de lo m¨¢s vulgar: los meteoritos f¨¦rricos que bombardean la Tierra contienen hierro y n¨ªquel. Contradicciones con los conocimientos actuales de los cometas pero disculpables en 1877, fecha de publicaci¨®n de la novela H¨¦ctor Servadac, cuando muy pocas cosas se sab¨ªan en firme sobre su naturaleza f¨ªsica.
"?Un cometa de oro!". "Ser¨¢n setenta y un trillones de oro los que tendr¨¢ la Tierra
[si Galia vuelve a caer en el globo terrr¨¢queo]". "Cuando eso suceda, el oro no valdr¨¢ nada y, entonces, merecer¨¢ con justicia la calificaci¨®n de vil metal".
La ¨®rbita asignada a Galia resulta tambi¨¦n incorrecta. Antes de su primer contacto con la Tierra es parab¨®lica. Despu¨¦s, Palmyrin calcula una ¨®rbita el¨ªptica de periodo dos a?os.
?rbitas posibles que, en la realidad, facilitan la clasificaci¨®n de los cometas en no peri¨®dicos y peri¨®dicos, respectivamente. Sin embargo, para que Galia, despu¨¦s de su periplo planetario hasta las inmediaciones de J¨²piter, pueda retornar al punto de partida y depositar a salvo a los protagonistas, deber¨ªa tener un periodo de seis a?os o m¨¢s, seg¨²n establece la tercera ley de Kepler.
Esta ley describe los movimientos de los cuerpos celestes y relaciona el tiempo empleado en realizar una ¨®rbita completa (periodo) con la distancia del astro al Sol (semieje mayor de la ¨®rbita el¨ªptica). En descargo de Julio Verne hay que decir que presenta la mec¨¢nica celeste, la parte de la astronom¨ªa que se ocupa del movimiento orbital, como muy precisa. El astr¨®nomo Palmyrin puede as¨ª efectuar in situ c¨¢lculos minuciosos de la ¨®rbita del cometa. En esta ¨¦poca la mec¨¢nica celeste hab¨ªa alcanzado una precisi¨®n sorprendente, habida cuenta de los medios de c¨¢lculo disponibles (l¨¢piz y papel, nada de calculadoras).
Uno de sus ¨¦xitos m¨¢s clamorosos hab¨ªa sido el descubrimiento, en 1846, del planeta Neptuno gracias al c¨¢lculo de su posici¨®n realizado por el astr¨®nomo franc¨¦s Urbain Le Verrier (y de forma independiente tambi¨¦n por el astr¨®nomo ingl¨¦s John Couch Adams) a partir de las perturbaciones observadas en la ¨®rbita del planeta Urano.
Cuando Galia atraviesa el Cintur¨®n de asteroides captura un peque?o asteroide, Nerina: "Uno de los ¨²ltimos asteroides descubiertos". Ning¨²n asteroide ten¨ªa en la ¨¦poca de Verne este nombre. Hab¨ªa que esperar hasta el a?o 1934 para que un asteroide, el 1318, fuese bautizado as¨ª.
Curiosamente, pese a su peque?a atracci¨®n gravitatoria, los asteroides pueden atraer a otros. Es el caso de 243 Ida y su peque?a luna Dactilo, de poco m¨¢s de un kil¨®metro de tama?o que orbita a unos 90 kil¨®metros de distancia. Es el primer sat¨¦lite natural de un asteroide descubierto. Fue hallado en 1993 por la sonda Galileo en su viaje hacia J¨²piter. Y es que estos peque?os mundos tienden tambi¨¦n a aparejarse.
La novela H¨¦ctor Servadac cuenta con s¨®lo dos versiones cinematogr¨¢ficas: Valley of the Dragons (1961), de Edward Berns y la superior, Na Komete (1970), de Karel Zeman. En la primera, los protagonistas de Valley of the Dragons, un soldado norteamericano (Michael Denning) y un arist¨®crata franc¨¦s (H¨¦ctor Servadac) descubrir¨¢n que el mundo donde han ido a parar est¨¢ repleto de dinosaurios y de cavern¨ªcolas capturados en ¨¦pocas diferentes por los pasos sucesivos (rasantes, eso s¨ª) del cometa de turno.
?Ay si el bueno de Julio levantara la cabeza!
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