Mujer
Los derechos de las mujeres en los suburbios franceses van retrocediendo a medida que aumenta el islamismo extremista. En esos barrios, el legado laico de la Revoluci¨®n Francesa y muchos de sus valores van siendo guillotinados poco a poco por una navaja intransigente que algunos imanes de la escuela de Afganist¨¢n afilan en la dif¨ªcil situaci¨®n socioecon¨®mica de los inmigrantes norteafricanos y envuelven en las p¨¢ginas del Cor¨¢n. El islamismo radical rebrota con mayor energ¨ªa a medida que el ej¨¦rcito norteamericano despliega sus sangrientas operaciones en Irak y Afganist¨¢n y el sat¨¦lite de Al Jazzera las consagra ante el plato de la sopa de los musulmanes europeos hasta formar una misma papilla. Con la colaboraci¨®n de George Bush y el suculento caldo de cultivo generado por la coyuntura miserable de los suburbios franceses, belgas, holandeses, alemanes o ingleses, el islamismo radical ha encontrado una poderosa v¨ªa de expansi¨®n en Europa que pervierte y encauza en sus intereses el orgullo herido de la inmigraci¨®n musulmana. Los dram¨¢ticos acontecimientos de Londres, Par¨ªs, Amsterdam o Madrid no son ajenos a esta furia que Bush retroalimenta parad¨®jicamente con el prop¨®sito de exterminarla. Por el lado de los bombardeos, la m¨ªstica islamista tiene asegurada su vitamina y su propagaci¨®n como una causa social que en realidad s¨®lo es el envoltorio de un sucio terror que mezcla el tr¨¢fico de opio, el control del petr¨®leo en sus ¨²ltimos a?os de existencia y el poder que confiere su administraci¨®n. Por el contrario, el enemigo m¨¢s temido por los principales profetas del islamismo radical es en apariencia muy vulnerable, aunque mucho m¨¢s efectivo que el sofisticado armamento del ej¨¦rcito norteamericano. Por eso la mujer se ha convertido en el principal objetivo de la intolerancia islamista y le recorta todos sus derechos, la esconde tras una s¨¢bana y pretende anularla a efectos sociales para mantenerla bajo arresto domiciliario. Sin embargo, la mujer musulmana es el elemento subversivo contra el que se van a romper la cabeza Ben Laden, sus profetas iluminados, las monarqu¨ªas feudales y los jeques y sus corrupciones tribales. Es s¨®lo cuesti¨®n de tiempo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.