Don Miguel

El 31 de diciembre de 1936 mor¨ªa en Salamanca Miguel de Unamuno mientras depart¨ªa amigablemente con un colega, no recuerdo con qui¨¦n, sentado en una mesa camilla de brasero de pi?ol. Su interlocutor observ¨® el silencio de don Miguel y un cierto olor a quemado. La zapatilla de pa?o de don Miguel estaba ardiendo. Don Miguel tuvo pues una muerte dulce. En su Vida de Don Quijote y Sancho hab¨ªa escrito: "...toda vida se corona y completa en la muerte y a la luz de la muerte es como hay que mirar la vida. Y tan es as¨ª, que aquella antigua m¨¢xima que dice 'cual fue la vida tal ser¨¢ la muerte' habr¨¢ que cambiarla diciendo: 'cual fue la muerte tal fue la vida".

La verdad es que ¨¦l pas¨® toda su vida hablando, o escribiendo, que es otra manera de hablar. Tambi¨¦n hab¨ªa dicho: "Quiero morir con los ojos abiertos / quiero morir bien abiertos los ojos". Lo que bramar¨ªa ahora si viera c¨®mo la gente muere entubada y sola. Lo cierto es que muri¨® sin enterarse quien, durante toda su vida, no se hab¨ªa quitado de encima el pensamiento de la muerte.

Dec¨ªa Ronald Knox que como la muerte es un duro trago y Dios es nuestro Padre, suele concedernos el tipo de muerte que prefiramos, si se lo pedimos con asiduidad. De criterio similar debe provenir eso de: "Gloriosa Santa Ana: buena muerte y poca cama". Don Miguel se fue con el a?o. Se le rompi¨® el coraz¨®n al ver la Guerra Civil.

Siempre me acuerdo de ¨¦l en torno a estas fechas.