Una ocasi¨®n para fumar menos

La primera semana sin humo en el trabajo ha dejado claro algunos aspectos. El primero, que muchos han aprovechado para intentar dejar de fumar. "He pasado de dos cajetillas diarias a cuatro pitillos", dec¨ªa una empleada en un pol¨ªgono de Madrid.

El segundo, que los trabajadores que fuman no lo han llevado tan mal: "Si alguien me llega a decir que me he fumado dos cigarros en siete horas con el estr¨¦s que tengo, no me lo creo. Y estoy tan tranquilo", dec¨ªa un periodista. No era el ¨²nico que contaba m¨¢s o menos lo mismo.

El tercero, que los portales necesitan ceniceros si no se quiere llenar la calle de colillas. El cuarto, que los no fumadores est¨¢n m¨¢s contentos. "Ya no me huele el pelo a tabaco", aseguraba una trabajadora el viernes.

Uno de los aspectos pol¨¦micos de la ley es qu¨¦ pasa con el tiempo que emplean los fumadores en salir para matar el mono. En algunas empresas se les hace fichar y recuperar el tiempo. En otras, se les da carta blanca. "?Por qu¨¦ vamos a controlar m¨¢s ese tiempo que el del desayuno o el que pasan en la m¨¢quina del caf¨¦?", se preguntaba el director de personal de una gran empresa de Madrid. La consultora Inology, que prohibi¨® fumar en sus instalaciones hace tres a?os, ha calculado entre sus propios trabajadores el tiempo que emplean en fumar: unos 25 minutos diarios, que luego deben recuperar.

Otro problema que ha surgido es el de las oficinas que est¨¢n en pisos. La organizaci¨®n Nofumadores.org ha recibido unas 30 quejas de due?os de viviendas que se quejan porque los oficinistas, en vez de salir a la calle, fuman en los descansillos o en el portal del edificio que comparten. La soluci¨®n, seg¨²n la organizaci¨®n, es que las comunidades de propietarios proh¨ªban fumar en las zonas comunes.

La Asociaci¨®n de Fumadores por la Tolerancia afirman que se han sucedido las quejas por la intransigencia de los empresarios con sus trabajadores fumadores.