Los n¨²meros de la vivienda protegida
Dado que ya han transcurrido dos a?os de acci¨®n del Gobierno catal¨¢n, es un buen momento para hacer balance de las actuaciones en la pol¨ªtica de vivienda, probablemente la que m¨¢s preocupa a los catalanes, especialmente a los j¨®venes. Para hacerlo, parece adecuado referirse al objetivo m¨¢s destacado que el Pacto del Tinell nos impone y que puede resumirse en la promoci¨®n de 42.000 viviendas protegidas, una concreci¨®n que facilita el seguimiento y que, al final del mandato, permitir¨¢ defender si hemos o no cumplido nuestros compromisos. Este objetivo duplica los magros resultados del anterior cuatrienio pero, no lo olvidemos, no llega ni a la mitad de la nueva demanda residencial de vivienda asequible en Catalu?a. Para hacerlo posible, hab¨ªa que cambiar algunas normas, y lo hicimos r¨¢pidamente. En 2004 se aprobaron la reforma de la Ley de Urbanismo, que aumenta las reservas para vivienda protegida en los nuevos planes y crea la figura de vivienda dotacional de alquiler para j¨®venes y mayores, y el Plan por el Derecho a la Vivienda, que prev¨¦ ayudas financieras a la promoci¨®n y define la figura de vivienda de precio concertado. Adem¨¢s, conseguimos del Gobierno espa?ol nuevas ayudas y cambios en los precios de la vivienda protegida para facilitar su viabilidad y pusimos en marcha los instrumentos propios, Instituto Catal¨¢n del Suelo (Incasol) y Adigsa, para cumplir los objetivos.
En 2005, hemos a?adido a estos esfuerzos un convenio bilateral con el Ministerio de Vivienda para optar a ayudas de hasta 800 millones de euros en cuatro a?os y hemos constituido la Red de Mediaci¨®n Social por el Alquiler, que se nutre del esfuerzo de 40 bolsas locales y comarcales y de la Secretar¨ªa de Juventud. En este a?o 2006 se cerrar¨¢ el despliegue normativo con la nueva Ley del Derecho a la Vivienda y la creaci¨®n de la Agencia de Vivienda de Catalu?a. Adem¨¢s, el Gobierno catal¨¢n a?ade a las transferencias del Estado nada menos que 108 millones de euros anuales para pol¨ªticas de vivienda y una inversi¨®n de m¨¢s de 200 millones de euros anuales a trav¨¦s de Incasol.
Los resultados siempre son lentos en unas actuaciones que necesitan suelo, planeamiento, proyectos, licencias y construcci¨®n. Pero los n¨²meros indican que vamos por buen camino. Ya el primer a?o, 2004, se aument¨® en un 28% la producci¨®n de vivienda protegida, hasta 6.390 viviendas. El a?o 2005 se cerrar¨¢ con 9.000 viviendas protegidas, la cifra m¨¢s alta desde los inicios del ciclo alcista de los precios. Ello ha sido posible sobre todo por la activaci¨®n de las reservas p¨²blicas de los municipios. Es curioso que se siga acusando a los ayuntamientos de especular con su suelo, cuando se ha acabado radicalmente con las subastas de suelos residenciales p¨²blicos. El compromiso de los alcaldes catalanes con la pol¨ªtica de vivienda es una realidad incontestable que pasa tambi¨¦n por la definici¨®n de amplias reservas de vivienda protegida en los planeamientos, por la implicaci¨®n directa en la promoci¨®n, por la cesi¨®n de suelo a promotores sociales y por la constituci¨®n de 80 oficinas de vivienda en el territorio.
En cuanto a la actuaci¨®n directa de la Generalitat de Catalu?a, el Incasol se ha propuesto contribuir a los objetivos con la promoci¨®n de m¨¢s de 8.200 viviendas y la cesi¨®n a cooperativas y fundaciones de suelo para 4.700 viviendas m¨¢s, as¨ª como con la compra de suelo no urbanizable para facilitar la promoci¨®n de m¨¢s de 100.000 viviendas, la mitad de ellas protegidas, en el pr¨®ximo mandato. Gracias a este impulso, el Incasol inicia este trimestre nada menos que la construcci¨®n de 2.407 pisos. Es decir, en s¨®lo tres meses se ponen las primeras piedras de m¨¢s del doble de los alrededor de 1.050 pisos que el Incasol hac¨ªa cada a?o en el mandato anterior. Esto ha sido posible no s¨®lo por una decisi¨®n pol¨ªtica del Gobierno de la Generalitat, sino tambi¨¦n por la firma de un centenar de convenios con los ayuntamientos que han puesto en nuestras manos suelo, destinado en su inmensa mayor¨ªa a la promoci¨®n en r¨¦gimen de alquiler.
La prueba del nueve de este impulso la da el hecho de que la promoci¨®n privada est¨¢ volviendo a este producto, consciente de que un sector de la demanda no queda satisfecho con la vivienda de precio libre y de que los nuevos pla-neamientos incluyen porcentajes de entre el 20% y el 50% de vivienda social. Lo mismo podemos decir de las sociedades creadas por las cajas de ahorros, que se unen a un tercer sector hasta ahora formado en exclusiva por el esfuerzo desinteresado de cooperativas sindicales, vecinales y sociales y por fundaciones, adem¨¢s de los promotores p¨²blicos.
Nuestros datos nos indican que ya est¨¢ asegurada la promoci¨®n de m¨¢s de 28.000 pisos, dos tercios de lo comprometido y, por tanto, podremos acabar el mandato con los deberes cumplidos y, lo que es m¨¢s importante, con una tendencia creciente. Esto no sirve de consuelo a quienes por su edad necesitan emanciparse y no tienen acceso a la vivienda protegida. La respuesta es clara: quienes est¨¢bamos en la oposici¨®n respondemos ahora y en el futuro por nuestra gesti¨®n, no por la de quienes durante a?os despreciaron las pol¨ªticas de suelo y de vivienda y dieron apoyo a las pol¨ªticas de los gobiernos presididos por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, consistentes en reducir la vivienda protegida a una actividad marginal.
Es una l¨¢stima que CiU quiera medir con pie de rey nuestros logros sin una necesaria autocr¨ªtica sobre la falta de ambici¨®n, de mecanismos y de financiaci¨®n de su gesti¨®n y la de sus socios en el Gobierno espa?ol. Buena muestra de esta actitud es que el antiguo consejero responsable de la pol¨ªtica de vivienda, Felip Puig, incluya en un art¨ªculo en este mismo diario del d¨ªa 2 de enero una menci¨®n err¨®nea a nuestra actuaci¨®n en la que nos acusa de iniciar s¨®lo 6.000 viviendas en dos a?os como muestra de la supuesta inexistencia de un giro social del Gobierno. En este caso, la realidad se mide, antes y ahora, con techos y paredes y con familias ocup¨¢ndolos. El tiempo y su estad¨ªstica nos est¨¢n dando la raz¨®n.
Ricard Fern¨¢ndez Ontiveros es secretario de Vivienda del Departamento de Medio Ambiente y Vivienda de la Generalitat.
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