Sentencia ejemplar

El pasado d¨ªa 1 de enero, de madrugada y al salir de una t¨ªpica fiesta de Nochevieja, mi sobrina fue atropellada por un veh¨ªculo, que justo sal¨ªa del aparcamiento en donde ten¨ªa lugar la celebraci¨®n. El coche iba conducido por un joven de 19 a?os. Tras el accidente y la oportuna movilizaci¨®n de medios policiales y sanitarios, el chico fue sometido a un control de alcoholemia. Dio positivo; mi sobrina, como consecuencia del impact¨®, sufri¨® un fuerte esguince cervical y diversas erosiones por todo el cuerpo. Pudo ser m¨¢s grave: con su cabeza rompi¨® el parabrisas del coche.

Una vez trasladada al hospital y el chico puesto a disposici¨®n de la polic¨ªa, todo qued¨® en un gran susto pendiente de resoluci¨®n judicial. A los dos d¨ªas se celebr¨® el juicio. Fue encausado el muchacho por v¨ªa penal y condenado de manera ejemplar. Ojal¨¢ a la ley no le tiemble el pulso cuando enjuicie a conductores bebidos. Con el alcohol debemos tener tolerancia cero. As¨ª lo debi¨® entender el magistrado que vio este caso.

Al muchacho lo han multado con 360 euros y le han retirado el carn¨¦ durante nueve meses. Esta sentencia es ejemplar porque adem¨¢s de lo anterior el joven debe pagar la factura del Samur, la limpieza de la calzada y toda la factura de los servicios hospitalarios que recibi¨® mi sobrina. A¨²n as¨ª hay m¨¢s: ya tiene antecedentes penales por este asunto y eso es grave, todos sabemos lo que eso implica.

Sin hacer le?a del ¨¢rbol ca¨ªdo no dejo de sentirme satisfecho por una sentencia de este tipo, que yo pongo como ejemplo para que sirva a los j¨®venes y menos j¨®venes, que todos podemos ser culpables en cualquier momento, de reflexi¨®n. Sentencias de este tipo, sin embargo, poco o nada resta?an cuando la suerte no se cruza con los accidentados. A la postre, mi sobrina y el joven que la atropell¨®, no han perdido lo m¨¢s preciado: ni la vida ni la libertad, pero no siempre es as¨ª.