Beso prohibido en Casablanca
Ira islamista por el idilio cinematogr¨¢fico entre una musulmana y un jud¨ªo
Laila Marrakchi no da cr¨¦dito a las reacciones que suscita su primer largometraje que ni siquiera ha sido estrenado en Marruecos. "Pero si en Marock", el t¨ªtulo de la pel¨ªcula, "no hay ning¨²n desnudo, ninguna escena atrevida", repite desconcertada. Aun as¨ª ha suscitado las iras de los islamistas y de la direcci¨®n del Sindicato de Actores de Teatro cuyos miembros ni siquiera han visto el filme.
Marrakchi, nacida hace 30 a?os en Casablanca pero ahora afincada en Par¨ªs, present¨® Marock en diciembre en el Festival de T¨¢nger. Describe a los hijos adolescentes de la opulenta burgues¨ªa de Casablanca.
"Es el Marruecos desconocido de los privilegios, de la despreocupaci¨®n y de los excesos juveniles", explica la directora. "Sus adolescentes padecen esquizofrenia porque adoptan pautas de comportamiento occidentales pero siguen, en el fondo, apegados a sus tradiciones", a?ade.
El sindicato de actores sostiene que el filme difunde "una ideolog¨ªa que denigra los valores de Marruecos"
Rita, de 17 a?os, la protagonista de la pel¨ªcula que encarna la actriz Morjana Alaoui, besa a Youri, un chico jud¨ªo marroqu¨ª cuyo papel desempe?a Matthieu Boujenah. Marruecos es el ¨²nico pa¨ªs ¨¢rabe en el que subsiste una comunidad jud¨ªa protegida por las autoridades. "Intent¨¦ decir que, pese al peso de la religi¨®n, los j¨®venes pueden quererse", recalca Marrakchi.
Ese beso interconfesional le est¨¢ valiendo m¨²ltiples problemas. Empezaron precisamente en T¨¢nger cuando otro director de cine, Mohamed Asli, convoc¨® una rueda de prensa para afirmar que Marock era "muy insultante para los marroqu¨ªes". S¨®lo uno de los asistentes al festival se atrevi¨® a salir a defender a Marrakchi.
Despu¨¦s entr¨® en escena el Sindicato de Actores de Teatro que hizo p¨²blico un comunicado para denunciar "las maniobras de los nuevos lobies (...) que instrumentalizan la imagen para difundir una ideolog¨ªa que denigra los valores de Marruecos y de los marroqu¨ªes". "Se trata as¨ª de incrustar una nueva cultura y una nueva francofon¨ªa", apostillaba.
El texto sindical se convirti¨® en el titular de portada de At Tajdid, el diario vinculado al Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD), los islamistas moderados y primera fuerza de oposici¨®n. Su diputada Soumia Benkhaldoun pregunt¨® al Gobierno si no convendr¨ªa evitar la distribuci¨®n comercial de pel¨ªculas con escenas provocadoras que hieren la sensibilidad de los marroqu¨ªes.
Nabil Benabdal¨¢, el ministro de Comunicaci¨®n, ech¨® balones fuera al contestarle, en el Parlamento, que la comisi¨®n visionadora cinematogr¨¢fica era el ¨²nico ¨®rgano competente para tomar tal decisi¨®n. Los islamistas ya han dado a entender que si finalmente es autorizada, boicotear¨¢n la pel¨ªcula.
En defensa del largometraje de Marrakchi ha salido en tromba la prensa francohablante de Marruecos, en general m¨¢s liberal que la ¨¢rabe. Pero incluso uno de sus ¨®rganos m¨¢s representativos, L'Opinion, del partido Istiqlal, formula reparos y justifica algunas cr¨ªticas.
La reciente historia cinematogr¨¢fica de Marruecos est¨¢ repleta de largometrajes proscritos por los islamistas que, a veces, no se han distribuido o han tenido una muy corta vida comercial. Directores como Nabil Ayouch, Abdelkader Lagtaa o Narjis Nejjar lo padecen tanto que colocan todas sus expectativas en el mercado franc¨¦s.
Marock se estrenar¨¢ en Par¨ªs a mediados de febrero y, por ahora, no hay fecha prevista para su salida en Marruecos. "Esperemos que los marroqu¨ªes puedan juzgar por s¨ª mimos mi obra", concluye Marrakchi.
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