Holocausto y poes¨ªa

Es extra?a esta pel¨ªcula. En primer lugar, por venir de quien viene, de un actor, Liev Schreiber (lo recordar¨¢ el lector como el orondo Orson Welles de RKO 281), con unos cuantos t¨ªtulos a sus espaldas, aunque jam¨¢s antes se hab¨ªa puesto tras una c¨¢mara. En segundo lugar, por proponerse como se propone un producto independiente con un punto de excentricidad (se trata de la historia de un joven, Elijah Wood, que desanda el camino emprendido por su abuelo hasta regresar a la Ucrania natal de ¨¦ste, en busca de las huellas perdidas tanto de ¨¦l como de una misteriosa joven) y con una puesta en escena un tanto atrabiliaria y destemplada en su comienzo, que a partir de un determinado momento se convierte en una imparable catarata de sensaciones pl¨¢cidas, pero tambi¨¦n en extremo dolorosas.

O dicho en otras palabras, que el filme comienza con parecida excentricidad en la descripci¨®n de los personajes (el protagonista, coleccionista compulsivo de cualquier cosa "por si se me olvida algo"; su traductor ucranio, amante furibundo del hip-hop y de Michael Jackson; el abuelo de ¨¦ste, que se cree ciego aunque no lo es y que se hace guiar por una perra lazarillo que est¨¢ loca y que responde por Sammy Davis Jr., nada menos... por no seguir con la descripci¨®n de otros, que tambi¨¦n los hay as¨ª de raros) y con una m¨²sica que recuerda poderosamente al cine de Emir Kusturica. Y contin¨²a con las formas de un peculiar filme de carretera, para terminar convertido limpiamente en una reflexi¨®n sobre... el holocausto jud¨ªo en Ucrania.

Escondido tras los ropajes de una comedia exc¨¦ntrica pues se agazapa una reflexi¨®n particularmente angustiosa, la del destino de los habitantes de un pueblo, ¨²nica referencia que maneja Wood sobre el origen de su familia, llamado Trachimbrod, del cual no quedan ni trazas. Pero la b¨²squeda del personaje principal tambi¨¦n esconde otra, la del propio abuelo, que algo sabe sobre Trachimbrod, aunque no lo diga, y que tambi¨¦n tiene alguna cuenta que ajustar con el pasado... y con su propio origen.

La luz del pasado

De esta manera, entre medias sonrisas y la placidez de un viaje por las f¨¦rtiles llanuras cerealeras ucranias, se agazapa un drama terrible, que marcar¨¢ profundamente el destino de al menos uno de los personajes que en ¨¦l participa. Narrado con una inusual solvencia (es muy extra?o conciliar opuestos tan notables como los que Schreiber maneja en el filme, y ¨¦l lo logra a partir de un gui¨®n sin fisuras y de unos personajes entra?ables, a pesar de la l¨®gica distancia que marca el car¨¢cter tan abiertamente disparatado que preside sus acciones), la pel¨ªcula acaba en un po¨¦tico ejercicio de regreso de un tiempo pret¨¦rito que, en el fondo, nunca se ha ido del todo. "Todo est¨¢ iluminado por la luz del pasado", dice en un momento determinado el alocado gu¨ªa hip-hopero.

Y es cierto, como tambi¨¦n lo es que s¨®lo la asunci¨®n del pasado sin tapujos, con plena conciencia del dolor que puede provocar, es la ¨²nica forma de mirar de frente al presente y al futuro... una hermosa reflexi¨®n que jam¨¢s suele olvidar el cine jud¨ªo sobre el holocausto, del cual esta pel¨ªcula es un jal¨®n de los m¨¢s sorprendentes e inspirados.