Los sordos dispondr¨¢n de int¨¦rpretes en los organismos del Estado en 2011

En cinco a?os, las personas sordas dispondr¨¢n de int¨¦rpretes en todos los departamentos estatales, seg¨²n estimaciones del Gobierno. El Ejecutivo aprob¨® ayer el proyecto de ley que reconoce la lengua de signos espa?ola (y la catalana, en su ¨¢mbito) como un idioma propio de los sordos. Cuando la futura ley agote su recorrido parlamentario, los sordos tendr¨¢n derecho a que les facilite el uso de esta lengua en los escenarios de su vida diaria, como la educaci¨®n, la sanidad y a la hora de hacer cualquier gesti¨®n p¨²blica. En Espa?a hay casi un mill¨®n de personas sordas o con audici¨®n reducida.

La aplicaci¨®n de la futura ley modificar¨¢ sustancialmente la vida de las personas sordas. De forma gradual, los sordos podr¨¢n solicitar el uso de int¨¦rpretes cuando vayan al m¨¦dico, en los hospitales, los juzgados, los centros culturales, deportivos y de ocio, y no s¨®lo en sus relaciones con las administraciones p¨²blicas. Igualmente en los grandes aeropuertos y estaciones. El objetivo es facilitar el acceso de todos a bienes y servicios.

El proyecto contempla que las comunidades aut¨®nomas designen un centro por provincia o por cada 50.000 habitantes donde los sordos que los deseen estudien la lengua de signos. En estos centros biling¨¹es especializados, cualquier ni?o sin discapacidad auditiva podr¨¢ aprender tambi¨¦n la lengua de la comunidad sorda de manera opcional.

"Este reconocimiento tiene una fuerte carga simb¨®lica, ya que la Ley de la Lengua de Signos es el veh¨ªculo expresivo y el sistema ling¨¹¨ªstico de la comunidad sorda", afirma la secretaria de Estado de Asuntos Sociales, Familia y Discapacidad, Amparo Valcarce. Aunque no todos los sordos utilizan prioritariamente la lengua de signos, una mayor¨ªa la asume como lengua natural. Valcarce prev¨¦ que una vez que se apruebe la Ley, previsiblemente en este mismo a?o, se crear¨¢n de forma inmediata un Centro de Normalizaci¨®n de la Lengua de Signos y un Centro Espa?ol de Subtitulado. Al mismo tiempo, el Gobierno pondr¨¢ en marcha un Plan de accesibilidad con medidas que desarrollen la ley en los ¨¢mbitos de la Administraci¨®n general de Estado: en cinco a?os las personas sordas dispondr¨¢n de servicios de atenci¨®n e int¨¦rpretes en todos los departamentos estatales.

Vida profesional y social

Estas medidas, junto a las que promuevan las comunidades aut¨®nomas en los plazos que establezcan, eliminar¨¢n de forma progresiva todas las barreras que los discapacitados auditivos encuentran en los espacios p¨²blicos y privados y en su vida profesional y social. Valcarce asegura que de modo gradual "se ampliar¨¢ el n¨²mero de int¨¦rpretes a trav¨¦s de un Centro de Intermediaci¨®n, que ser¨¢ el que establezca el modo de prestar estos servicios", a?ade Valcarce. Se estima que la aplicaci¨®n de la ley exigir¨¢ una inversi¨®n anual de al menos 2 millones de euros, una cantidad que se fijar¨¢ y revisar¨¢ cada a?o.

La futura ley se inspira en el principio de la libre elecci¨®n, por lo que los sordos que opten, en lugar de por la lengua de signos, por la comunicaci¨®n oral (a trav¨¦s de aud¨ªfonos o del implante coclear) dispondr¨¢n tambi¨¦n de medidas de apoyo. Se establecer¨¢n adem¨¢s en los aeropuertos, grandes espacios p¨²blicos y oficinas de las administraciones bucles magn¨¦ticos para facilitar la informaci¨®n de las personas sordas con implante coclear. La inclusi¨®n del subtitulado en los medios audiovisuales es otra medida pensada para los sordos que se pueden expresar de manera oral.

La lengua de signos se basa en un sistema ling¨¹¨ªstico conceptual, visual y espacial totalmente ajeno al oral. Hasta ahora, muchos sordos que usan la lengua de signos ten¨ªan que esforzarse en aprender un segundo idioma para integrarse en la mayoritaria sociedad de oyentes. La vicepresidenta del Gobierno, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, afirm¨® ayer que con este reconocimiento de la lengua de Signos se eliminan "las peores barreras, las mentales" y se favorece no s¨®lo al mill¨®n de discapacitados auditivos sino al resto de la poblaci¨®n, los 40 millones restantes.