Un imperio con el sol creciente
Jap¨®n atisba el final de la deflaci¨®n al tiempo que comienza la recuperaci¨®n del crecimiento econ¨®mico
La publicaci¨®n durante la ¨²ltima semana de 2005 del dato del IPC subyacente en Jap¨®n correspondiente al mes de noviembre, un +0,1 %, ha tenido un amplio reflejo en la prensa, concluy¨¦ndose que dicho dato significa el fin de la deflaci¨®n en Jap¨®n, el fin de la pol¨ªtica monetaria ultra expansiva que ha venido desarrollando el Banco Central y la desaparici¨®n de uno de los principales frenos a una recuperaci¨®n econ¨®mica s¨®lida y duradera en dicho pa¨ªs. Comenzando por la recuperaci¨®n econ¨®mica, no cabe duda de que la permanencia de una variaci¨®n de precios negativa es una anomal¨ªa de la econom¨ªa japonesa que es bueno que desaparezca.
Las empresas japonesas han sabido aprovechar las oportunidades que ha ofrecido el crecimiento econ¨®mico estadounidense y asi¨¢tico
Los datos sobre deflaci¨®n son muy relevantes en la formaci¨®n de expectativas de empresarios y consumidores y cuando se recogen medi¨¢ticamente siembran dudas sobre la solidez de la recuperaci¨®n japonesa. No obstante, vamos a comprobar como ¨¦sta es un hecho a pesar de haberse mantenido en los ¨²ltimos a?os una ligera deflaci¨®n. Tras los datos del tercer trimestre de 2005, se estima que el crecimiento del PIB real durante el a?o fiscal de 2005 podr¨ªa estar en torno al 2,5%. En diciembre de 2005, tras tres a?os y 11 meses de ciclo econ¨®mico alcista, ¨¦ste es el tercero m¨¢s duradero desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Si nos fijamos en el ¨ªndice de producci¨®n industrial, el m¨¢ximo alcanzado en noviembre supera incluso los registrados al final de la burbuja de los a?os ochenta.
?Cu¨¢l es la base del crecimiento japon¨¦s en los ¨²ltimos a?os? Dos componentes de la demanda global han destacado como motores de dicho crecimiento: la inversi¨®n privada y las exportaciones. El tercer trimestre de 2005 ha sido el sexto consecutivo de crecimiento positivo de la inversi¨®n en capital fijo y la buena marcha de los pedidos de maquinaria (inmersos en una fase de crecimiento que no se observaba desde que se comenz¨® la elaboraci¨®n de dicho indicador en 1987) auguran la continuidad de esta evoluci¨®n favorable de la inversi¨®n. Aunque el significativo crecimiento del stock de capital registrado por las empresas japonesas podr¨ªa hacernos pensar en un agotamiento de dicho ciclo alcista, la revisi¨®n al alza de las expectativas de crecimiento de la econom¨ªa y la todav¨ªa alta tasa de liquidaci¨®n de capacidad productiva obsoleta, van a permitir que se mantenga la fortaleza de la inversi¨®n en capital durante los pr¨®ximos trimestres y, lo que es m¨¢s importante, un uso m¨¢s eficiente de dicho capital.
Oportunidades empresariales
Con respecto a las exportaciones, podemos se?alar que desde 2002 se est¨¢ produciendo un crecimiento trimestral positivo, aunque con altibajos, de dicha variable y su crecimiento real ha contribuido de manera muy relevante a la recuperaci¨®n del PIB japon¨¦s. Por un lado, las empresas japonesas han sabido aprovechar las oportunidades que ha ofrecido el crecimiento econ¨®mico estadounidense y asi¨¢tico, impulso que se prev¨¦ que contin¨²e durante 2006 (y a m¨¢s largo plazo en el caso de China), especialmente tras la reciente recuperaci¨®n de la industria de semiconductores. Por otro lado, el tipo de cambio efectivo real del yen es, en la actualidad, el m¨¢s bajo desde octubre de 1985. Como se recordar¨¢, tras los famosos Acuerdos del Plaza en septiembre de 1985, el yen sufri¨® una espectacular apreciaci¨®n que no culminar¨ªa hasta abril de 1995, siendo responsable, seg¨²n algunos autores, de algunos de los principales males de la econom¨ªa japonesa desde esa fecha.
Una buena noticia en los ¨²ltimos meses ha sido la recuperaci¨®n del consumo privado, basada en una mayor contrataci¨®n laboral y en un incremento de las remuneraciones. Esta coincidencia en el dinamismo de las dos variables citadas no se registraba en Jap¨®n desde 1996. El empleo redundante era uno de los tres excesos que han sacudido a las empresas japonesas durante m¨¢s de 10 a?os (los otros eran la deuda y la capacidad productiva). La soluci¨®n a estos problemas ha mejorado significativamente la rentabilidad de las empresas durante los tres ¨²ltimos a?os y finalmente esta mejora se ha trasladado a las econom¨ªas familiares. Esto redundar¨¢ en una mayor duraci¨®n de la actual recuperaci¨®n econ¨®mica.
?Y los precios? Podr¨ªa haberse aventurado que una recuperaci¨®n s¨®lida de la econom¨ªa debiera haber ido acompa?ada de ciertas tensiones alcistas en los precios, especialmente cuando se crece claramente por encima de la tasa de crecimiento potencial de dicha econom¨ªa, pero a lo m¨¢s que se ha llegado ha sido a un crecimiento nulo en los ¨²ltimos meses de la tasa de inflaci¨®n subyacente y al dato liger¨ªsimamente positivo de noviembre de 2005. Pocos expertos vaticinan que se registre un crecimiento positivo sostenido de dicha variable antes de 2007. A corto plazo, la reducci¨®n del output gap, la subida de los precios de los activos (acciones e inmuebles), el crecimiento salarial y el mayor coste de las importaciones deber¨ªan romper definitivamente las expectativas deflacionistas tan fuertemente arraigadas en Jap¨®n.
?Es previsible un cambio radical en la orientaci¨®n de la pol¨ªtica monetaria por el Banco de Jap¨®n? De inmediato, no. Ante todo porque no se cumple todav¨ªa el requisito b¨¢sico establecido por el propio banco para dar un giro a su pol¨ªtica monetaria: que la variaci¨®n interanual del IPC (excluyendo productos frescos) registre un 0% o valores positivos de forma sostenible. Eso s¨ª, hay analistas que consideran probable que a mediados de 2006 el Banco de Jap¨®n comience el abandono de la pol¨ªtica de tipos cero que ha dominado la escena japonesa desde 1999.
Cr¨¦ditos bancarios
No obstante, todav¨ªa hay alg¨²n factor que resta fuerza a este cambio de pol¨ªtica: la falta de recuperaci¨®n plena del cr¨¦dito bancario (la ca¨ªda de dichos pr¨¦stamos ya se prolonga durante casi ocho a?os, aunque algunas modalidades emblem¨¢ticas, como el cr¨¦dito inmobiliario, est¨¢n creciendo), a pesar del progreso realizado por los bancos en la liquidaci¨®n de fallidos y de las empresas en el saneamiento de sus balances, lo que impide una recuperaci¨®n plena del multiplicador monetario y, por ende, de la oferta monetaria.
?Qu¨¦ puede decirse de las perspectivas a corto plazo de la econom¨ªa japonesa? La Encuesta Tankan de condiciones de negocio publicada en diciembre nos hace ser optimistas, al menos, para el a?o 2006. La citada encuesta recoge una revisi¨®n al alza de las previsiones de ventas, inversiones y beneficios de las empresas, extendi¨¦ndose dicha mejora a las peque?as empresas, lo que supone una clara ampliaci¨®n de la base que sustenta la recuperaci¨®n. Por otro lado, las empresas son cautas a la hora de exponer sus expectativas sobre las condiciones de negocio, lo que aleja la aparici¨®n de alg¨²n episodio de euforia que pudiera llevar a un exceso de capacidad productiva en el medio plazo.
El ¨ªndice Nikkei ha superado el 28 de diciembre, por primera vez en m¨¢s de cinco a?os, la barrera de los 16.000 puntos. Parece claro que la evoluci¨®n de la Bolsa japonesa ha reforzado la solidez de la recuperaci¨®n de la econom¨ªa real, a trav¨¦s de la mejora de las expectativas de los agentes y del efecto riqueza que ha generado sobre la demanda privada. Las cotizaciones burs¨¢tiles son consideradas un indicador adelantado de la evoluci¨®n de la econom¨ªa real, lo que nos permitir¨ªa anticipar, tambi¨¦n por esta v¨ªa, un ejercicio econ¨®mico positivo en 2006.
Riesgos a largo plazo
En un an¨¢lisis a m¨¢s largo plazo se atisban riesgos para la econom¨ªa japonesa. Quiz¨¢ el m¨¢s importante sea la limitada tasa de crecimiento potencial de la econom¨ªa japonesa, entre el 1% y el 1,5 %. Este problema se va a acentuar con el descenso de la poblaci¨®n japonesa, que comenzar¨¢ este mismo a?o, y que supondr¨¢ una reducci¨®n de la poblaci¨®n activa, lo que afectar¨¢ negativamente a la citada tasa de crecimiento potencial. En este contexto, habr¨¢ que reabrir el debate sobre el papel que deben jugar en el mercado de trabajo japon¨¦s la emigraci¨®n y la mujer casada, as¨ª como sobre las reformas estructurales que pueden impulsar al alza la productividad total de los factores productivos.
Otro problema grave de la econom¨ªa japonesa es el d¨¦ficit fiscal registrado en los ¨²ltimos a?os y la consiguiente explosi¨®n de la deuda p¨²blica en circulaci¨®n (un 170% del PIB). Si la normalizaci¨®n de la econom¨ªa japonesa contin¨²a y desaparece la deflaci¨®n y los ba
En un an¨¢lisis a m¨¢s largo plazo se atisban riesgos para la econom¨ªa japonesa. Quiz¨¢ el m¨¢s importante sea la limitada tasa de crecimiento potencial de la econom¨ªa japonesa, entre el 1% y el 1,5 %. Este problema se va a acentuar con el descenso de la poblaci¨®n japonesa, que comenzar¨¢ este mismo a?o, y que supondr¨¢ una reducci¨®n de la poblaci¨®n activa, lo que afectar¨¢ negativamente a la citada tasa de crecimiento potencial. En este contexto, habr¨¢ que reabrir el debate sobre el papel que deben jugar en el mercado de trabajo japon¨¦s la emigraci¨®n y la mujer casada, as¨ª como sobre las reformas estructurales que pueden impulsar al alza la productividad total de los factores productivos.
Otro problema grave de la econom¨ªa japonesa es el d¨¦ficit fiscal registrado en los ¨²ltimos a?os y la consiguiente explosi¨®n de la deuda p¨²blica en circulaci¨®n (un 170% del PIB). Si la normalizaci¨®n de la econom¨ªa japonesa contin¨²a y desaparece la deflaci¨®n y los bancos reanudan activamente su actividad crediticia, se plantear¨¢ con toda crudeza el problema de la deuda p¨²blica japonesa, ya que se reducir¨¢ dr¨¢sticamente su demanda.
A modo de conclusi¨®n, diremos que todav¨ªa es pronto para confirmar el final de la deflaci¨®n en Jap¨®n. Por supuesto, si se confirmara ese hecho, ser¨ªa una buena noticia para la econom¨ªa japonesa, ya que permitir¨ªa una normalizaci¨®n de la pol¨ªtica monetaria y mejorar¨ªan las expectativas de empresarios y consumidores sobre la duraci¨®n y solidez de la recuperaci¨®n econ¨®mica japonesa.
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