Al Bar?a le cost¨® olvidarse del Athletic

Resopl¨® el Barcelona ante el Athletic. Fue un partido competido y al tiempo desagradable. Los azulgrana jugaron menos que nunca y quedaron expuestos un buen rato a un resultado negativo por su mala defensa de las jugadas de estrategia. Los rojiblancos aguantaron a pie firme porque se organizaron bien y se tensionaron mejor. Nunca se rajaron. Fue la clase de partidos que le gustan a Clemente, para desdicha de Rijkaard. Le cost¨® demasiado al Bar?a olvidarse del Athletic cuando entre uno y otro se alinean 17 equipos en la clasificaci¨®n.

La lesi¨®n de Xavi y la ausencia de Iniesta le han transformado en un equipo m¨¢s opaco sin perder solvencia. Ya no juega de claqu¨¦ sino que tiene una vena m¨¢s pugilista y no le importa alcanzar el ¨¢rea como una manada de b¨²falos. No hay dudas, en cualquier caso, de su superioridad: se le pueden reprochar cosas cuando se le compara con su mejor versi¨®n, pero no hay contrario en la Liga que le aguante un combate entero. Ayer le bastaron quince minutos para marcar la diferencia. El resto del partido fue del Athletic por obra u omisi¨®n.

Juega siempre el Athletic dos partidos en uno: se enfrenta a s¨ª mismo, sobre todo por las reiteradas concesiones defensivas que le han llevado hasta el antepen¨²ltimo puesto del campeonato, y obviamente contra el rival, que ayer era nada menos que un l¨ªder que sumaba 15 victorias consecutivas, diez en la Liga, raz¨®n de m¨¢s para pensar en la d¨¦cima derrota vasca. Y, aunque se corrigi¨® al punto de enfrentar con entereza los dos retos planteados, el Athletic volvi¨® a perder entre otras cosas porque carg¨® con un penalti que le dej¨® en fuera de juego. El empate le sac¨® abruptamente de un encuentro que amarraba de manera sorprendente por el dominio del juego y del adversario. No contaba con el intervencionismo del colegiado, que a instancias del linier, sancion¨® con penalti una mano de Amorebieta despu¨¦s de un centro intrascendente de Ronaldinho.

El penalti marc¨® un punto de inflexi¨®n en el partido porque permiti¨® el rearme del Barcelona. Los azulgrana completaron un cuarto de hora espl¨¦ndido entre el final de la primera parte y el inicio de la segunda, el tiempo justo para firmar un remonte suficientemente rotundo como para ponerse a salvo de cualquier sospecha arbitral. El colegiado no decidi¨® el resultado sino que intervino en el partido. Desequilibrado el marcador, los barcelonistas se relajaron tanto que acabaron el encuentro de mala manera, con Deco expulsado y el Athletic tan bravo como cabreado. Le cost¨® al Bar?a no pensar en el Ahtletic. La refriega discurri¨®, al fin al cabo, por los m¨¢rgenes que le gustan a Clemente.

Espantado por la goleada de Chamart¨ªn, el t¨¦cnico de Barakaldo acudi¨® bien abrigado al Camp Nou. Arrop¨® a Lafuente con una defensa de cinco y se despleg¨® con Yeste y Etxeberria mientras Llorente se quedaba como punto y final. La propuesta agrad¨® al equipo, sobre todo porque encontr¨® alivio tanto en las marcas como en sus salidas, sobre todo en las acciones a bal¨®n parado, en que Llorente le sacaba siempre un palmo a la guardia pretoriana barcelonista; Oleguer, M¨¢rquez, Puyol, Edmilson, Van Bommel. Rijkaard se hab¨ªa plegado al poder¨ªo f¨ªsico del Athletic. Prefiri¨® a Van Bommel en lugar de Iniesta y no sac¨® ni una sola ventaja en la elecci¨®n. El Bar?a defend¨ªa mal las jugadas de estrategia, sangraba en cada mano a mano de Etxeberria con Gio y adem¨¢s no encontraba la manera de llegar al ¨¢rea rival.

Lacruz tom¨® muy bien a Ronaldinho, los centrales practicaron una buena defensa de ayudas y los medios se replegaron estupendamente. Los azulgrana se enredaron en la l¨ªnea de medios. A falta de l¨ªnea de pase y de juego por las bandas, jugaban demasiado al pie, de manera improductiva. Tomaron adem¨¢s un gol a la salida de un c¨®rner y les pudo la impaciencia, tanto que Vald¨¦s salv¨® un segundo tanto en una contra de Etxeberria. El Athletic se crec¨ªa en la misma medida que se encog¨ªa el Bar?a. Hasta que Amorebieta meti¨® la mano en un centro de Ronaldinho y el linier marc¨® penalti.

No fall¨® Ronaldinho y el Barcelona se reafirm¨® en su juego ofensivo combinativo e incontenible desde la presi¨®n y combatividad defensiva. Van Bommel cambi¨® para mejor, se dio la vuelta para jugar de cara en lugar de espaldas, y el equipo recuper¨® la velocidad, el ritmo, la llegada y la punter¨ªa. La r¨¢faga de f¨²tbol, animada por la competitividad de Messi y la genialidad de Ronaldinho, sobrepas¨® al Atheltic. Los rojiblancos cambiaron piezas para atacar mejor y salieron de la cancha con entereza. No encajaron ning¨²n tanto m¨¢s y confundieron al Barcelona, que perdi¨® a Deco en un rifirrafe provocado por la calentura del juego mientras Eto'o escup¨ªa a Exp¨®sito en su despedida antes de disputar la Copa de ?frica. Un final reprobable para un partido ¨¢spero, aunque bendecido por las estad¨ªsticas: 16 triunfos consecutivos del Bar?a.