El sustituto de Mena se compromete con los valores democr¨¢ticos

El teniente general Pedro Pitarch, sustituto del destituido Jos¨¦ Mena como jefe de la Fuerza Terrestre, aprovech¨® ayer su toma de posesi¨®n para hacer profesi¨®n de fe en los valores democr¨¢ticos. Pitarch proclam¨® su "inequ¨ªvoco compromiso con la Constituci¨®n", "lealtad absoluta al Rey" y "plena subordinaci¨®n al Gobierno". Tambi¨¦n manifest¨® su incondicional disponibilidad para el Ej¨¦rcito "como mejor forma, que yo conozca, de servicio al pueblo espa?ol", dijo.

El acto se celebr¨® en el Sal¨®n del Trono de la Capitan¨ªa de Sevilla, el mismo escenario donde el pasado d¨ªa 6 el teniente general Jos¨¦ Mena sugiri¨® una posible intervenci¨®n del Ej¨¦rcito si la reforma del Estatuto catal¨¢n desbordara los l¨ªmites de la Constituci¨®n.

El militar relevado, que el pasado s¨¢bado pas¨® a la reserva tras cumplir ocho d¨ªas de arresto domiciliario, no asisti¨® al acto y los portavoces de Capitan¨ªa aseguraron desconocer su paradero desde que el viernes recorri¨® las dependencias para despedirse de sus hasta ahora subordinados.

Sin embargo, su sombra plane¨® sobre toda la ceremonia, por m¨¢s que el general Pitarch se esforzara en enfatizar que "el pasado es ayer y pasado est¨¢. El presente es hoy, pero es la fugaz consecuencia del pasado" y "solamente el futuro os pertenece".

El nuevo jefe de la Fuerza Terrestre recurri¨® a su propia biograf¨ªa (madrile?o, hijo de valenciano y burgalesa, casado con una holandesa de origen y con dos de sus tres hijos nacidos en Andaluc¨ªa) para definirse como "ciudadano espa?ol, y por tanto europeo", e identificarse con la idea de Espa?a que expuso el Rey en la pasada Pascua Militar, "aludiendo a su rica diversidad y pluralidad, con sus variadas tierras, tradiciones y virtudes".

Su visi¨®n de Espa?a, alejada de ideas homogeneizantes o patrimonialistas, no es irrelevante para un general que, adem¨¢s de hablar catal¨¢n, ingl¨¦s y franc¨¦s, es el jefe directo de las tropas desplegadas en Catalu?a y Pa¨ªs Vasco, as¨ª como de las guarniciones de Ceuta, Melilla y Baleares, entre otras. Una de sus primeras actividades ser¨¢ visitar las unidades bajo su mando.

Las traum¨¢ticas circunstancias del relevo condicionaron el desarrollo del acto: se prescindi¨® del tradicional desfile militar y se expuls¨® a los periodistas de la copa posterior. La lista de invitados -confeccionada precipitadamente tras el Consejo de Ministros del viernes- estuvo abierta hasta el ¨²ltimo minuto.

Finalmente, asistieron el delegado del Gobierno en Andaluc¨ªa, Juan Jos¨¦ L¨®pez Garz¨®n; la consejera de Gobernaci¨®n de la Junta, Evangelina Naranjo; el presidente de la Audiencia de Sevilla, Miguel Carmona; el secretario general t¨¦cnico del Ministerio de Defensa, Adolfo Hern¨¢ndez, y el director de Relaciones Institucionales, Leopoldo Stampa, entre otras autoridades civiles.

Entre los militares estaban numerosos tenientes generales y todos los generales dependientes de la Fuerza Terrestre, salvo el comandante de Ceuta y el jefe del Mando de Artiller¨ªa de Costa. Pero la presencia m¨¢s destacada fue la del jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito de Tierra, Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa Gonz¨¢lez, quien presidi¨® el relevo, y al que Pitarch agradeci¨® expresamente que hubiera acudido a Sevilla con este motivo. Su nombramiento, en cambio, se lo agradeci¨® al Rey, firmante del correspondiente decreto, "al Gobierno y, en particular, al ministro de Defensa".

Entre los altos mandos militares es vox populi que Pitarch no era el candidato preferido del jefe del Ej¨¦rcito, pero s¨ª quien contaba con la plena confianza de Jos¨¦ Bono. Quiz¨¢ por ello, el nuevo jefe de la Fuerza Terrestre se dirigi¨® a Garc¨ªa Gonz¨¢lez con estas palabras: "Mi general, deseo aprovechar este momento para recalcar, aunque sea obvio, mi plena lealtad, respeto y subordinaci¨®n a tu persona como cabeza del Ej¨¦rcito". A lo que Garc¨ªa Gonz¨¢lez le respondi¨®: "Cuento de antemano con tu colaboraci¨®n y lealtad y t¨² con la m¨ªa".

Pitarch no ocult¨® su "j¨²bilo" por volver a un puesto de mando tras 15 a?os de destinos internacionales o burocr¨¢ticos y hacerlo adem¨¢s en un destino que "colma las apetencias profesionales m¨¢s audaces que pudiera imaginar un soldado que vista de caqui".

Consciente de que el puesto ten¨ªa muchos pretendientes, algunos de los cuales estaban ayer en el acto, atribuy¨® su designaci¨®n a "la buena suerte" y agreg¨® que "cualquiera de los tenientes generales del Ej¨¦rcito podr¨ªa haber accedido a este puesto con la misma solvencia o superior a la que yo tenga o se me suponga".