Las huellas del 'chacal'
El chacal hinc¨® sus colmillos la semana pasada en Barcelona, Guip¨²zcoa y Madrid. La ¨²ltima operaci¨®n contra el terrorismo isl¨¢mico dirigida por la Audiencia Nacional, bautizada como el best seller de Frederick Forsyth y la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de Fred Zinnemann, mordi¨® con fuerza en Catalu?a. Lo hizo en la piel de nuestra realidad inmigratoria con dos profundos mordiscos. El primero lo asest¨® el pasado martes en Vilanova i la Geltr¨², donde agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y la Guardia Civil detuvieron a 14 presuntos integrantes de una c¨¦lula terrorista islamista encargada, supuestamente, de reclutar y adoctrinar a muyahidines para cometer atentados en Oriente Pr¨®ximo; el segundo lo dio s¨®lo dos d¨ªas despu¨¦s, el jueves: Omar Nakhcha era detenido en Santa Coloma de Gramenet como presunto responsable de las c¨¦lulas islamistas desarticuladas en Madrid y Sant Boi del Llobregat. Este marroqu¨ª, de tan s¨®lo 24 a?os, habr¨ªa facilitado, supuestamente, la huida de tres implicados en el 11-M.
A la espera de que la justicia pueda probar los delitos de los que se acusa a los detenidos, esta noticia es buena. Muy buena. No lo fue tanto, sin embargo, la reacci¨®n de una minor¨ªa que quiso mostrar su desacuerdo con la detenci¨®n de uno de ellos. A mediod¨ªa del s¨¢bado, una veintena de j¨®venes se concentraron ante la sede de la Delegaci¨®n del Gobierno en Barcelona. Lo hac¨ªan para mostrar su rechazo a la acci¨®n policial: Todos somos Omar. Fuera la ley antiterrorista pod¨ªa leerse en la pancarta en torno a la que se arremolinaban. La protesta, a la que algunos medios de comunicaci¨®n dieron cobertura y que fue en todo momento pac¨ªfica, no fue acertada. Explicar¨¦ el porqu¨¦.
La credibilidad de todo colectivo, independientemente de cu¨¢l sea su configuraci¨®n, depende en buena parte de la capacidad de sus miembros para rechazar a quienes vulneran la ley. Los receptores de la inmigraci¨®n esperan ver, ante determinados hechos y actitudes, que son los mismos inmigrantes quienes toman posici¨®n y diferencian entre bien y mal. Que determinados miembros de un colectivo enaltezcan, escondan, protejan o lleguen a convertir en h¨¦roes a supuestos delincuentes no deja de ser un robusto palo en la rueda de la credibilidad ante sus vecinos, personas que necesitan, al igual que los propios inmigrantes, tiempo para aprender a convivir en la diversidad.
En este sentido, im¨¢genes como las que pudimos ver por la televisi¨®n desde el Pla de Palau -personas diciendo ser Omar Nakhcha; es decir, personas diciendo ser miembros del Grupo Isl¨¢mico Combatiente Marroqu¨ª- no ayudan en nada. Es necesario que todos aquellos que quieren hacer de ¨¦sta su tierra de acogida, su nueva geograf¨ªa vital, se desmarquen de este tipo de actitudes. Sin medias tintas. En juego est¨¢ algo tan importante como la convivencia, que s¨®lo puede ser posible si quienes llegan a este pa¨ªs, independientemente de su raza, religi¨®n y creencias, respetan valores, principios y legalidad.
El fen¨®meno social de la inmigraci¨®n nos acompa?ar¨¢ siempre. La clave de la integraci¨®n social de los que vienen y de los que ya estamos radica en la mutua aceptaci¨®n. Sin duda, un proceso nada f¨¢cil: para que la convivencia multicultural llegue a ser s¨®lida es imprescindible la aceptaci¨®n expl¨ªcita de que la condici¨®n de ciudadan¨ªa comporta derechos y obligaciones. No es posible, ni para los nacidos aqu¨ª ni para los que lo han hecho lejos, rehusar el cumplimiento de las normas con las que nos hemos dotado para garantizar la convivencia y la cohesi¨®n social.
En la Administraci¨®n debemos trabajar para garantizar el respeto a los derechos y el cumplimiento de los deberes. En este sentido, una prioridad del Departamento de Interior es que los Mossos d'Esquadra conozcan y respeten la actual realidad del pa¨ªs al que sirven. El conocimiento de la diversidad religiosa propia de nuestro tiempo por parte de todos los cuerpos policiales que desarrollan su actividad en Catalu?a es imprescindible si queremos garantizar la convivencia entre la libertad de creencia, el derecho a la integridad moral y el libre desarrollo de la personalidad.
Son muchas las religiones que conviven hoy en nuestros pueblos y ciudades. Nuestra sociedad, democr¨¢tica y plural, est¨¢ configurada por una realidad multirreligiosa y multicultural que la convierte en un rico mosaico que act¨²a, a su vez, de im¨¢n de otros movimientos religiosos y espirituales. Conocer el significado de los s¨ªmbolos, de las ceremonias y de algunos de estos cultos es del todo necesario si no queremos caer en t¨®picos y estereotipos: saber qu¨¦ es un ritual religioso puede ayudarnos a entender determinados comportamientos; conocimiento imprescindible si queremos que la nuestra sea una sociedad m¨¢s acogedora y respetuosa.
De pelaje rojizo, complexi¨®n gr¨¢cil y temible mordida, el chacal, un omn¨ªvoro oportunista, nocturno y vers¨¢til, ha conseguido apresar a varios supuestos terroristas en este pa¨ªs. La suya ha sido una acci¨®n r¨¢pida y contundente. Sobre el asfalto de nuestra cotidianidad, huellas que nos dejan un nuevo reto: ser capaces de crear las condiciones que permitan el leg¨ªtimo derecho a la presunci¨®n de inocencia, a un juicio justo de los detenidos, y no permitir, no permitirnos, el dudoso lujo de enaltecer actitudes criminales que pueden llegar a erosionar nuestra convivencia.
Montserrat Tura es consejera de Interior de la Generalitat de Catalu?a.
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