La cara sucia del f¨²tbol africano
Se multiplican las denuncias de trata de j¨®venes jugadores por agentes sin escr¨²pulos
Como cada dos a?os, la Copa de ?frica, que comienza hoy en El Cairo, es una celebraci¨®n de las virtudes del f¨²tbol africano: la espontaneidad de su juego, el fervor de sus aficionados. El marfile?o del Chelsea, Didier Drogba, o el camerun¨¦s del Barcelona, Samuel Eto'o, sus estrellas mundiales, ser¨¢n aclamadas.
Pero a miles de kil¨®metros de la capital egipcia, junto a la autopista de circunvalaci¨®n de Par¨ªs, hay menos ganas de fiesta. Cada d¨ªa, una cincuentena de j¨®venes africanos desaf¨ªan el fr¨ªo del invierno para entrenarse en un campo de hierba artificial. Son malienses, senegaleses, benineses, guineanos, marfile?os y cameruneses. Tienen entre 15 y 30 a?os. No pertenecen a ning¨²n club, juegan en la categor¨ªa de aficionados en los arrabales de Par¨ªs o en el norte de Francia. Todos tienen la esperanza de que un club profesional les contrate.
"El futbolista africano es una materia prima para revender", seg¨²n el ge¨®grafo Raffaele Poli
"Tan s¨®lo en Par¨ªs miles juegan para pagarse un abono de transportes", dice un ex internacional
Al borde de un terreno, un "agente" que "trabaja con Grecia y Moldavia" se interesa por un portero camerun¨¦s con experiencia en la primera divisi¨®n portuguesa y eslovaca. "Aqu¨ª, uno est¨¢ seguro de lograr lo que busca", se felicita el intermediario. Un joven camerun¨¦s aprendiz de agente explica que regresa de su aldea con varios jugadores de 15 y 16 a?os. "No tienen papeles, pero eso no supone ning¨²n problema cuando son j¨®venes", asegura.
Jean (nombre ficticio), que cumplir¨¢ 18 a?os en mayo, vive una situaci¨®n dif¨ªcil desde que un agente con pocos escr¨²pulos le fue a buscar a su Camer¨²n natal, en 2001. Sin papeles, sin familia, se busca la vida en los suburbios de Ly¨®n. Por miedo no le ha hablado de su situaci¨®n ni a los profesores de su instituto, ni a los dirigentes de su club de f¨²tbol, donde juega en divisi¨®n regional.
A los 12 a?os, Jean dej¨® su pueblo natal por la capital, Yaund¨¦. Clases por la ma?ana, peque?os negocios por la tarde, Jean le pegaba al bal¨®n cuando ten¨ªa un poco de tiempo libre. El chaval ten¨ªa talento. A los 14 a?os fue preseleccionado en el equipo camerun¨¦s sub 17. "Un d¨ªa, un agente portugu¨¦s vino a verme al estadio", cuenta. "Me dijo que ten¨ªa buenas cualidades y me pregunt¨® si me apetec¨ªa embarcarme en una experiencia europea. Hab¨ªa visto un programa de TV5 que mostraba a unos futbolistas cameruneses que las pasaban canutas en Europa. Le dije: 'Si no es algo serio, no se moleste'. Me asegur¨® que lo era". Poco despu¨¦s, una lesi¨®n en el tobillo impidi¨® al adolescente participar en la Copa de ?frica sub 17. "Mentalmente me encontraba mal", recuerda el interesado. "Decid¨ª aceptar la propuesta del agente: ?marcharse a Europa es el sue?o de todos los j¨®venes futbolistas africanos!". Antes de partir, el agente le reclam¨® 600.000 francos CFA (alrededor de 1.000 euros) "para participar en la compra del billete de avi¨®n". Sus "tutores" pidieron dinero prestado para reunir la suma. Junto a otros tres futbolistas de su edad, Jean se march¨® a Europa. En el avi¨®n, el agente le explic¨® que el programa hab¨ªa cambiado: ya no iban a Portugal, sino a Par¨ªs, para "participar en un torneo con franceses para aclimataros y poneros en forma". Con sus compa?eros llegados de Camer¨²n, pero tambi¨¦n de Mal¨ª y Guinea, Jean gan¨® los primeros partidos. Pero se volvi¨® a lesionar el tobillo. Jean lo ignoraba, pero el agente se iba a deshacer de ¨¦l. "El portugu¨¦s me dijo: 'Vas a realizar una prueba en el Olympique Lyonnais . Un se?or vestido con un ch¨¢ndal del OL te esperar¨¢ en la estaci¨®n". Con 20 euros en el bolsillo, el muchacho se march¨® a Ly¨®n. El "se?or del OL" nunca apareci¨®...
Jean-Claude Mbvoumin ha recogido m¨¢s de 600 testimonios de j¨®venes futbolistas africanos enga?ados, abandonados, librados a su suerte en Francia, desde que fund¨® la asociaci¨®n Culture Foot Solidaire en 2000. "Tan s¨®lo en la regi¨®n de Ile-de-France hay miles en situaci¨®n irregular que juegan para pagarse un abono de transportes", explica este ex internacional camerun¨¦s. "A menudo s¨®lo tienen para comer un kebab, pero siguen entren¨¢ndose".
"La FIFA y la UEFA tienen que encargarse de los verdaderos problemas", reclama Jean-Claude Mbvoumin. "Nuestro problema no es el racismo, sino la explotaci¨®n pura y dura de unos ni?os a cargo de mercenarios". Seg¨²n la propia UEFA, al parecer unos "agentes sospechosos" se dedican a un verdadero tr¨¢fico de ni?os. Se cree que j¨®venes africanos de apenas 10 a?os son enviados de forma ilegal a "campos de entrenamiento" en el sur de Italia, Espa?a y Portugal durante meses, antes de ser revendidos a grandes clubes. "Estamos dispuestos a sancionar a los agentes o a los clubes que est¨¦n implicados en estos tr¨¢ficos", aseguran en la UEFA. "Pero son los Estados, a los que hemos alertado, quienes deben investigar los canales de inmigraci¨®n clandestina".
Para el ge¨®grafo Raffaele Poli, investigador del Centro Internacional de Estudios del Deporte de la Universidad de Neuch?tel (Suiza) y especialista en emigraciones clandestinas, los j¨®venes africanos son las v¨ªctimas de un sistema puramente especulativo. "El futbolista africano es una materia prima a la que se va a buscar con la esperanza de cualificarla para revenderla m¨¢s cara", explica. "Para incrementar su valor, primero se les hace pasar por campeonatos de tercera categor¨ªa (Ruman¨ªa, Albania, Chipre o Malta), y luego de segunda (Suiza, B¨¦lgica u Holanda), antes de revenderlos a los grandes clubes profesionales". El ge¨®grafo se?ala, por ejemplo, que los ghaneses abundan en Ruman¨ªa y los nigerianos en Albania. En 2003, los futbolistas africanos representaban el 20% de los 5.000 extranjeros que jugaban en clubes profesionales o semiprofesionales europeos. "Los jugadores son utilizados a escala europea como una mano de obra barata y subalterna". Hace poco, el Ajax de ?msterdam fue condenado a una multa de 10.000 euros por la inspecci¨®n del trabajo: pagaba a sus jugadores africanos por debajo del salario m¨ªnimo.
Con el apoyo del Director T¨¦cnico Nacional (DTN) del f¨²tbol franc¨¦s, Aim¨¦ Jacquet, Culture Foot Solidaire trata de sensibilizar a los clubes sobre el destino de los j¨®venes futbolistas africanos para facilitar su integraci¨®n en los centros de formaci¨®n. Pero para el presidente de la asociaci¨®n, "hay que dirigirse de forma prioritaria a las familias. Hay que sensibilizarlas para que dejen de entregar sus chavales a unos agentes sin escr¨²pulos", explica Jean-Claude Mbvoumin. "S¨®lo hacen falta entre 3.000 y 4.000 euros para convencer a una familia africana de que deje marchar a sus hijos", afirma este ex jugador del OL.
Desde 2001, la academia Culture Foot de Kribi, en el suroeste de Camer¨²n, ofrece actividades sociales y c¨ªvicas a un centenar de muchachos y muchachas de entre 8 a 18 a?os que sienten pasi¨®n por el f¨²tbol. La asociaci¨®n proyecta desarrollar casas de j¨®venes futbolistas (CJF), centros de recursos destinados a informar a los j¨®venes, a los padres y a los educadores de los clubes africanos de los peligros del exilio europeo. Una CJF est¨¢ a punto de ser creada en Camer¨²n y pa¨ªses como T¨²nez, Costa de Marfil, Guinea o Gab¨®n manifiestan su inter¨¦s por el proyecto.
Jean, que sue?a, sin creer demasiado en ello, en regularizar su situaci¨®n, es pesimista: "Mientras que las autoridades africanas dejen que los pseudo agentes causen estragos, las cosas no cambiar¨¢n. Pero como sobornan a todo el mundo, dejar¨¢n que sigan con su trata".
Le Monde / EL PA?S
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