Reflexiones sobre la novela
Thomas Pavel es un comparatista cl¨¢sico y un historiador de la literatura. Ve los lazos m¨¢s que los cabos sueltos, adivina bajo el maquillaje de la novedad los rasgos persistentes de alg¨²n antepasado glorioso y desconf¨ªa de la ret¨®rica absolutista de la ruptura. Le interesa lo que se podr¨ªa llamar "la larga duraci¨®n": la metamorfosis de los g¨¦neros literarios y sus desplazamientos. Rara vez se resigna a dar por extinta una l¨ªnea, un estilo, un tipo de relato, por m¨¢s arcaico que parezca. Para ¨¦l, toda la tradici¨®n narrativa, hasta finales del XX, puede ser estudiada a la luz de unas pocas oposiciones b¨¢sicas: entre la experiencia de la totalidad y la experiencia de la fractura entre individuo y mundo; entre la aceptaci¨®n de una norma moral y la expresi¨®n de la indiferencia frente a ella; entre el deseo del individuo de unirse al mundo y la hostilidad del mundo.
REPRESENTAR LA EXISTENCIA. El pensamiento de la novela
Thomas Pavel
Traducci¨®n de David Roas Deus
Cr¨ªtica. Barcelona, 2005
320 p¨¢ginas. 29,90 euros
A trav¨¦s de estas oposiciones, Pavel propone en este libro oce¨¢nico un objeto de estudio gaseoso y bastante a contracorriente: la f¨¦rrea continuidad hist¨®rica de la novela, al menos hasta principios del siglo XX, como "interrogaci¨®n acerca de las relaciones -de aceptaci¨®n, rechazo o huida- del individuo con el mundo". Esa permanencia se debe, seg¨²n Pavel, a dos reglas que la rigen m¨¢s all¨¢ de cualquier ruptura: la primera es el "principio pol¨¦mico", que supone la alternancia de tendencias contrapuestas en los mecanismos de la representaci¨®n. La segunda regla es la oscilaci¨®n entre "armonizaci¨®n y dispersi¨®n" por la cual se suceden periodos de homogeneizaci¨®n estil¨ªstica -por ejemplo, el realismo de mediados del siglo XIX- y etapas de fragmentaci¨®n est¨¦tica: por ejemplo, la pluralidad de tendencias narrativas del XX tras las b¨²squedas experimentales de sus primeras d¨¦cadas. Aqu¨ª, s¨®lo al llegar al siglo XX, Pavel admite, con cierto desasosiego, una "ruptura in¨¦dita". Pavel sostiene que la novela lleg¨® casi intacta hasta principios del siglo XX. Entonces Proust, Joyce, Musil, Woolf o Faulkner hicieron estallar cualquier tipo de argumento reconocible: "Y si el lector de Joyce y de Faulkner tiene la sensaci¨®n de ser invitado a un espect¨¢culo en el que, a trav¨¦s de las mil sensaciones e ideas evocadas, poco sucede en realidad, El hombre sin atributos acaba generando la misma impresi¨®n". Se pregunta Pavel a continuaci¨®n: "?Por qu¨¦ esos grandes representantes de la prosa narrativa del siglo XX no se preocupan por contar bien sino, al contrario, se esfuerzan por evitar todo lo posible las buenas intrigas?".
La respuesta de Pavel a esta pregunta es firmemente continuista: si se piensan estas novelas a la luz del "conflicto secular que opone las tramas epis¨®dicas y las tramas centradas, pareciera que estos autores se acercan, con un nuevo sesgo, a las tramas epis¨®dicas". En otras palabras: la novedad de Proust, Joyce, Musil, Woolf o Faulkner es el retorno a la novela bizantina. No es del todo sorprendente optar por este historicismo formal.
Este libro posee una enorme utilidad: brinda el acceso a un tipo de estudio que tiende a desaparecer. Se trata del panorama de autor, que no se oculta tras notas al pie, disputas con colegas ignotos o lenguajes cifrados. Ni siquiera al tratar de temas que hoy son propios ¨²nicamente de los especialistas. Limit¨¢ndonos a los ¨²ltimos a?os, pueden citarse aqu¨ª, dentro de nuestro ¨¢mbito, casos similares: los imprescindibles estudios de Carlos Garc¨ªa Gual sobre los or¨ªgenes de la novela quieren tambi¨¦n, como los de Pavel, dirigirse a un p¨²blico lector m¨¢s amplio que el contingente erudito. Y eso es negarse a admitir el fin de la cultura letrada. Nada menos.
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