Una ex alto cargo del PP acusa ante el juez de acoso moral a otra

Dos altos cargos nombradas por el PP se vieron ayer ante los tribunales. La ex directora de la Fundaci¨®n Valenciana de la Calidad, dependiente de la Consejer¨ªa de Universidad y Empresa, Carolina S¨¢nchez, demand¨® a Carmen Martorell, presidenta de esa fundaci¨®n, por acoso moral y despido nulo. Seg¨²n S¨¢nchez, Carmen Martorell vaci¨® de poder su cargo y minimiz¨® sus responsabilidades ante los empleados.

Una grabaci¨®n evidencia un enfrentamiento por un despacho

A las puertas del Juzgado de Lo Social n¨²mero 13 de Valencia se encontraron ayer varios altos cargos del PP. De una parte, Carolina S¨¢nchez, directora de la Fundaci¨®n Valenciana de la Calidad entre enero de 2000 y octubre pasado, y su marido, Jos¨¦ Antonio Manteca, ex secretario del consejo de administraci¨®n del Instituto Valenciano de la Exportaci¨®n (Ivex), y ex responsable de Empresa de la Generalitat, cargo del que fue cesado el 22 de enero de 2005. De otra parte, Carmen Martorell, la demandada, ex directora general de Universidad y ex secretaria general de Medio Ambiente. Es la presidenta de la Fundaci¨®n desde junio pasado, designada por el consejero de Empresa, Justo Nieto, y responsable del departamento de Psicolog¨ªa de la Universidad de Valencia. La acompa?aba personal de la Fundaci¨®n y de la consejer¨ªa. Entre unos y otros, ni el saludo.

A las 11.00 se sentaron ambas, Carolina S¨¢nchez y Carmen Martorell, en el mismo banco, frente al juez. La letrada de la Fundaci¨®n, creada cuando Manteca estaba en la Consejer¨ªa, explic¨® que se prescindi¨® de la que fue directora atendiendo a los requisitos del contrato de alta direcci¨®n. Descart¨® que tuviera que ver con su situaci¨®n de embarazada (lo estaba de tres meses y de baja cuando fue cesada) ni que se hubiera vaciado de poder el puesto de directora o que Martorell hubiera descalificado su trabajo o sus capacidades.

El letrado de Carolina S¨¢nchez, por contra, dijo al juez que cuando Martorell fue nombrada, en junio, anunci¨® una reestructuraci¨®n que no comunic¨® a la directora, que cuando en septiembre la demandante gira una carta al vicepresidente del patronato relatando lo que consideraba una situaci¨®n de menosprecio de su trabajo y anulaci¨®n progresiva de sus funciones, le fue contestado que no era as¨ª. M¨¢s a¨²n, dijo el letrado, se le respondi¨® que sus poderes se manten¨ªan, aunque mancomunados, y que s¨®lo residir¨ªa de forma exclusiva en la presidencia de la Fundaci¨®n la representaci¨®n. Y dos semanas despu¨¦s, cuando S¨¢nchez estaba de baja, se le comunica su cese por reestructuraci¨®n. El letrado considera que todo fue una estrategia que pas¨® por el desgaste con el que pretend¨ªan que su cliente abandonara. Tres testigos, empleados de la Fundaci¨®n, dieron su versi¨®n. Y una grabaci¨®n de una reuni¨®n en la que, entre otras tensiones entre ambas, se escucha el intercambio de argumentos por el uso de un despacho, ilustraron a la sala. El fiscal advirti¨® de la necesidad de probar el acoso moral con hechos continuados y de la inclusi¨®n en el contrato de alta direcci¨®n de la posibilidad de cese si cambia el organigrama. El caso qued¨® visto para sentencia.