De la cr¨®nica local a la biograf¨ªa
El multifac¨¦tico Jos¨¦ Luis S¨¢enz de Ugarte ultima una biograf¨ªa de pintores y m¨²sicos alaveses por encargo de la Real Academia de la Historia
El encargo de la Real Academia de la Historia ha convertido a S¨¢enz de Ugarte en un aut¨¦ntico detective, algo que no es dif¨ªcil para quien siempre ha tenido ciertas inquietudes aventureras, adem¨¢s de pasi¨®n por la exactitud del dato hist¨®rico. Si hay que buscar una tumba en el cementerio de Santa Isabel para confirmar el fallecimiento de un personaje, ah¨ª se puede ver a este vitoriano, a sus 72 a?os, limpiando la l¨¢pida mohosa para certificar que, efectivamente, el m¨²sico Dimas Uru?uela est¨¢ enterrado all¨ª. Con el mismo empe?o que rastrea en los archivos de la ciudad, en los juzgados, en las parroquias o en las bibliotecas.
Pero Jos¨¦ Luis S¨¢enz de Ugarte no es un investigador al uso, con vocaci¨®n cient¨ªfica desde que era bien joven, sino un autodidacta curioso y despierto que se ha ido forjando paulatinamente desde las p¨¢ginas de la prensa local, desde su propio inter¨¦s por los pueblos y gentes de ?lava, de sus pr¨¢cticas art¨ªsticas como aficionado a la m¨²sica y la pintura, para concluir al final en la elaboraci¨®n de peque?os estudios biogr¨¢ficos. Entre otras cosas.
Quiz¨¢s el origen de ese inter¨¦s por lo desconocido de su entorno m¨¢s cercano y por la escritura haya que rastrearlo cuando emprendi¨® desde la Sociedad Excursionista Manuel Iradier de Vitoria la creaci¨®n de su secci¨®n de espeleolog¨ªa. "Aficionados ¨¦ramos ocho, no hab¨ªa m¨¢s en Vitoria. Me acuerdo que en las primeras cuevas entr¨¢bamos con antorchas, que nos costaban ocho pesetas. Luego ya incorporamos el carburo, las cuerdas y comenzamos a bajar a simas. Yo escrib¨ªa las cr¨®nicas de aquellas excursiones; fueron mis primeros art¨ªculos". Ah¨ª comenz¨® a ganar fuerza el inter¨¦s por la palabra escrita en alguien que no hab¨ªa cursado estudio alguno en su infancia.
"Te¨®ricamente, yo soy analfabeto", afirma S¨¢enz de Ugarte. Pero no todo es estudio reglado, habr¨ªa que responderle. Tambi¨¦n est¨¢ la voluntad personal de formarse, de la que ¨¦l es una excelente expresi¨®n. Aquellas sencillas cr¨®nicas espeleol¨®gicas debieron tener su encanto, porque a partir de ellas no tardaron en llegar sus primeras colaboraciones en la prensa local sobre otros temas, las que siguieron los programas de divulgaci¨®n musical en Radio Vitoria o las aportaciones a la Gran Enciclopedia del Pa¨ªs Vasco, dirigida por Estorn¨¦s Lasa, desde 1971.
Al mismo tiempo manten¨ªa sus aficiones musicales, que hab¨ªan comenzado cuando de ni?o cantaba como tiple en el coro de la catedral de Santa Mar¨ªa. "Entonces, en las celebraciones religiosas se llegaban a formar coros de hasta 300 voces infantiles, con la catedral repleta de fieles", recuerda, en una imagen casi imposible de recrear sesenta a?os m¨¢s tarde. Era aquella una Vitoria provinciana, con no m¨¢s de 50.000 habitantes, en la que ten¨ªa que llamar la atenci¨®n algunas de las ocurrencias de S¨¢enz de Ugarte, como cuando le dio por interpretar canci¨®n italiana.
"Siempre he sido un gran aficionado a la m¨²sica cl¨¢sica, incluso he dirigido alg¨²n programa en Radio Vitoria, de divulgaci¨®n de los mejores compositores. Pero tambi¨¦n me dio por interpretar m¨²sica ligera. Nunca he tenido miedo al p¨²blico; me sub¨ªa a un escenario y me lanzaba a cantar Arriverdeci Roma sin ning¨²n agobio". Tampoco se ha sentido viejo para iniciarse en cualquier actividad que fuera de su inter¨¦s. Por ejemplo, empez¨® a estudiar txistu a los 50 a?os. "Ah¨ª me ve¨ªas en el conservatorio, sentado con los ni?os", bromea.
Su afici¨®n por los estudios biogr¨¢ficos est¨¢ ligada, tal vez, a su trabajo en Fournier, la empresa de artes gr¨¢ficas y de barajas vinculada familiarmente al aviador Heraclio Alfaro. "Su hermano F¨¦lix, que dirig¨ªa la f¨¢brica, vio que me interesaba la historia local y la vida de alaveses ilustres, por mis colaboraciones en prensa. Cuando de la Encicloedia del Pa¨ªs Vasco me solicitaron colaborar, F¨¦lix Alfaro me ayud¨® con documentaci¨®n sobre su hermano. Y, as¨ª pude completar quiz¨¢s la mejor biograf¨ªa sobre uno de los impulsores de la aviaci¨®n en Espa?a", rememora.
Pero no s¨®lo esa biograf¨ªa del aviador Heraclio Alfaro le enorgullece; tambi¨¦n tiene cari?o a personajes casi an¨®nimos, que han pasado a la historia casi s¨®lo por el t¨ªtulo de una ¨²nica composici¨®n. Es el caso del citado Dimas Uru?uela, autor del zortziko El pozo artesiano. "La canci¨®n", explica, "recuerda la perforaci¨®n de un pozo en plena plaza de la Virgen Blanca, en el siglo XIX. Menuda idea aquella. Excavaron hasta 1.100 metros de profundidad durante dos a?os y encima no encontraron agua. Yo creo que Dimas, que viv¨ªa al lado y tuvo que aguantar aquella obra absurda, lo compuso m¨¢s por venganza que como homenaje", relata divertido.
S¨¢enz de Ugarte, es tambi¨¦n autor de un exhaustivo recorrido por todas las localidades de su provincia en el libro ?lava, pueblo a pueblo. Estos d¨ªas ultima sus memorias, en las que, seguro, introducir¨¢ alguna de sus aventuras juveniles, en las que combinaban atrevimiento con cultura. Como aquel viaje que realiz¨® con su amigo Madinabeitia a Par¨ªs, vestidos ambos de blusas, en 1959, con 26 a?os. "Era durante la guerra de Argelia. La ciudad estaba en tensi¨®n, pero nosotros ni lo percibimos, tal era la diferencia con la Vitoria de entonces. El Louvre nos deslumbr¨®".
Discreto segundo plano
Casado, padre de cuatro hijos, S¨¢enz de Ugarte ha tenido siempre tiempo para redactar su cr¨®nica diaria y mantener sus aficiones musicales, incluso cuando trabajaba jornadas de diez horas en Heraclio Fournier. As¨ª que le hicieron un favor cuando le prejubilaron y pudo dedicarse en cuerpo y alma a sus labores de investigaci¨®n hist¨®rica.
Es una persona a la que le gusta mantenerse en un segundo plano en la vida oficial (huye de saraos y fiestas sociales), pero eso no quita para que mantenga algunos de sus atrevimientos juveniles. Ahora le ha dado por tocarse con un sombrero tirol¨¦s, que cambia por un panam¨¢ cuando llega el verano.
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