Robinho soluciona el tr¨¢mite

El Madrid encontr¨® la ayuda del Betis en un partido que se supon¨ªa sencillo. Lo fue. Sin grandes alardes, pero con comodidad, el Madrid resolvi¨® la eliminatoria. Por si acaso, Robinho le evit¨® cualquier complicaci¨®n a su equipo. Marc¨® en un contragolpe donde se mezcl¨® la incompetencia defensiva del Betis y la clase del brasile?o. As¨ª discurri¨® todo el encuentro, entre contragolpes fulgurantes del Madrid y la blandura del Betis, roto en casi todas las l¨ªneas, sin otro inter¨¦s que pasar el trago y olvidarse de la Copa. Su desaf¨ªo est¨¢ en la Liga, donde cada vez tiene un panorama m¨¢s feo.

El Betis lleg¨® al Bernab¨¦u con poco ¨¢nimo. Fue un equipo lleno de preocupaciones, sin demasiado inter¨¦s en jugarse la vida frente al Madrid. Su objetivo es salvar los muebles en la Liga y olvidarse de una temporada amarga. Su carrera recuerda a la de tantos equipos que alcanzan la gloria y luego no resisten las exigencias de las grandes competiciones. El Betis se clasific¨® para la Liga de Campeones, logr¨® la Copa y se gan¨® un buen cr¨¦dito en el f¨²tbol espa?ol. Todo es historia. El Betis paga ahora la lesi¨®n de Oliveira -un goleador que adem¨¢s es temible en los contragolpes-, las grandes fatigas de la Copa de Europa en un grupo que inclu¨ªa al Chelsea y el Liverpool, la escasa plantilla y el v¨¦rtigo que se ha apoderado de un equipo que teme el drama del descenso. No est¨¢ para proezas. En el Bernab¨¦u se enred¨® con el bal¨®n, inquiet¨® muy poco a Casillas y cometi¨® graves errores defensivos. El retrato, en definitiva, de un equipo angustiado, con la cabeza en otra parte.

Una de las caracter¨ªsticas que definen a este tipo de equipo es su facilidad para convertir la mejor ocasi¨®n propia en un gol del rival. Le ocurri¨® al Athletic frente al Madrid en la anterior eliminatoria y lo mismo le sucedi¨® al Betis, que s¨®lo tuvo una ocasi¨®n en el primer tiempo. Gol del Madrid. As¨ª es la vida en los tiempos de crisis. No hab¨ªa sucedido gran cosa, excepto el alboroto que le arm¨® Robinho a Varela. El Madrid no hab¨ªa concretado ninguna de sus tres oportunidades -un temprano remate de Robinho, el cabezazo de Sergio Ramos que desvi¨® Dani en la raya de gol y una llegada de Cassano que Doblas intercept¨® en el primer palo-, pero no fall¨® en el contragolpe que finiquit¨® la eliminatoria. Empez¨® al rev¨¦s: Joaqu¨ªn se escap¨® con mucho estilo por la derecha, regate¨® a Sergio Ramos y cruz¨® un buen remate. Lo desvi¨® Casillas con el pie y muchos apuros. Del c¨®rner vino el gol del Madrid, una de esas cosas que pone de los nervios a los entrenadores. Se levant¨® Casillas, atrap¨® el bal¨®n, lo entreg¨® con rapidez a Zidane y hasta luego: contragolpe mortal. Conectaron Zidane, Beckham y Robinho, sin ninguna oposici¨®n. Robinho coron¨® la jugada con un buen regate a Varela y una elegante definici¨®n, un pase a la red, m¨¢s bien.

Lo ¨²nico raro del encuentro fue la dificultad del Madrid para aumentar la diferencia. El partido estaba perfecto para el contragolpe: juego roto, mucho espacio para correr y demasiadas concesiones del Betis. Ninguno de los defensas tom¨® nota de la actuaci¨®n de Sergio Ramos, que desbarat¨® casi todos los ataques b¨¦ticos. Varela pas¨® un calvario con Robinho en el primer tiempo, los centrales regalaron la pelota durante toda la noche y los centrocampistas no fueron ni carne ni pescado. Les falt¨® criterio y un GPS. No lograron armar el juego casi nunca. El Madrid despleg¨® la menor actividad posible para conseguir la victoria. No se desgast¨® en ning¨²n momento. Sergio Ramos se impuso en la mayor¨ªa de las acciones defensivas y Robinho hizo lo mismo en el ataque, al menos en el primer tiempo. Los dem¨¢s acompa?aron, incluido Cassano, que intervino poco. Tuvo dos oportunidades, una de ellas clamorosa: mano a mano con Doblas en uno de los numerosos contragolpes del Madrid. No lo resolvi¨®.Cada tres contragolpes del equipo madridista, el Betis se gan¨® el derecho a una oportunidad.

Tardelli se abland¨® en un remate y Casillas desvi¨® un peligroso tiro de Robert. Los dos brasile?os entraron en el segundo tiempo y le dieron un poco m¨¢s de aire al ataque del Betis. Joaqu¨ªn no les ayud¨® demasiado. Parece un jugador deca¨ªdo. En cambio Gravesen se encontr¨® con el partido perfecto. Hizo las delicias del personal. En cada jugada se com¨ªa el mundo y el hombre se agrand¨®. El partido no daba para m¨¢s.