Historias de balseros

Primera realizaci¨®n de un productor argentino, Jorge Dyszel, rodada en Cuba y con un ojo puesto en una cierta po¨¦tica de la miseria, Al fin, el mar... es una bienintencionada, bien que torpe, peripecia centrada en la intersecci¨®n de dos historias vitales: la de un cubano-estadounidense (Joel N¨²?ez) que busca su lugar en el mundo y la de una cubana (Audry Guti¨¦rrez Alea, hija del gran Tit¨®n, a quien, por cierto, est¨¢ dedicado el filme) que sobrevivi¨® a un accidente balsero mientras segu¨ªa a su marido rumbo a un incierto, a la postre, tr¨¢gico destino.

Como buena parte de las pel¨ªculas que abordan la realidad cubana en estos d¨ªas, tambi¨¦n ¨¦sta dice y no dice, amaga pero no va hasta el fondo de una cr¨ªtica social que se queda en apenas apuntes de urgencia.

Pero eso, que a alg¨²n espectador avisado le parecer¨¢ grave, no es lo peor de un filme que, adem¨¢s, se pone tierno cuando no debiera; que cuando pretende resultar trascendente se hace sencillamente cargante, y cuando hecha mano de, para entendernos, recursos po¨¦ticos se vuelve francamente insoportable.