Inicios posmodernos
Los rom¨¢nticos, con Goethe a la cabeza, instauraron la moda de que el joven escritor se iniciase en la literatura con una novela l¨ªrica, en la que por lo general descubr¨ªa lo que era el amor, los celos, la amistad, el desenga?o y otros grandes motores de la creaci¨®n literaria. Joyce pas¨® por ello; Salinger, de momento, no ha pasado de ah¨ª, y Carmen Laforet se quej¨® tristemente de que, al igual que Salinger, se hab¨ªa quedado estancada en ese lugar. Hoy en d¨ªa, la moda entre los autores que empiezan consiste en iniciarse con la f¨¢bula de un escritor. En la contraportada de Caja negra, la primera novela de Pablo S¨¢nchez (Barcelona, 1970), un comentarista sostiene que detesta "las novelas sobre escritores, pero", a?ade, "¨¦sta me ha vencido". El protagonista y narrador de la novela, Ra¨²l Garay, comparte esta opini¨®n: "Es que los escritores, en el fondo, son gente muy aburrida".
CAJA NEGRA
Pablo S¨¢nchez
Lengua de Trapo.
Madrid, 2005
255 p¨¢ginas.
17,95 euros
Caja negra es sobre todo una morata, es decir, el retrato de un personaje mediante la representaci¨®n de las costumbres que lo convierten en malo o bueno. Ra¨²l Garay a este respecto no sale muy bien parado. Se trata de un personaje que pasa de la felicidad del triunfo literario a la desgracia de perderlo todo por una acusaci¨®n de plagio, y ¨¦sta le conduce a El¨ªas Betancourt, autor de la obra supuestamente plagiada y Shylock particular del narrador, del que Garay se venga con sa?a. A la postre no sabemos si hay una raz¨®n fundada para esta peripecia.
La novela, escrita con harto
talento, rezuma literatura: el narrador es escritor; se ve envuelto en un pleito literario; razona a trav¨¦s de la literatura, por medio de las frases de otros escritores; vive instalado en el amor y el odio a otros autores. Esta clave, llegado un punto, se hace cuesta arriba por las ansias naturales del lector, que busca conocer a otros hombres y mujeres menos literarios; que tal vez sin saberlo aspira a la polifon¨ªa en la novela, y que gozar¨ªa con una intriga resuelta con la primera virtud ret¨®rica, claridad. Y sin embargo la novela arrolla con esa voz que, renunciando a la literatura, encierra un futuro tan desbordante que no importa por d¨®nde d¨¦ sus primeros pasos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.