Expocarmel 06
Los vecinos del Carmel recuerdan con una exposici¨®n y diversas actividades el primer aniversario del accidente
"Tampoco era necesario montar todo esto, porque no sirve nada m¨¢s que para recordar el dolor". Con los ojos vidriosos y un nudo en la garganta, Jos¨¦ G¨¢lvez contemplaba ayer por la ma?ana las portadas de los diarios de hace un a?o. Anunciaban, en grandes titulares, las consecuencias del hundimiento de un t¨²nel del metro en el barrio: m¨¢s de 1.200 desalojados y varios edificios seriamente da?ados. El piso de Jos¨¦, que lleva 45 a?os residiendo en el Carmel, no result¨® afectado. Pero el de su hija, situado en el n¨²mero 9 del pasaje de Calafell, s¨ª. As¨ª que a Jos¨¦ no le hace falta ninguna exposici¨®n para recordar la infausta jornada.
Pero como a veces la memoria colectiva flaquea, la Asociaci¨®n de Vecinos del Carmel se encarg¨® de que nadie olvidase lo que ocurri¨® el 27 de enero de 2005. Para conmemorar el primer aniversario del desastre, la asociaci¨®n organiz¨® ayer una serie de actividades bajo el t¨ªtulo Expocarmel 06. La exposici¨®n central se ubic¨® en la concurrida calle del Llobreg¨®s, delante del popular mercado del barrio. "Hemos trabajado mucho buscando recortes de prensa, fotograf¨ªas y dibujos para que los pol¨ªticos no olviden lo que sucedi¨® aqu¨ª", explica Nuria Carrasco, vocal de la asociaci¨®n de vecinos. "L¨¢stima del d¨ªa", explicaba.
Nuria lo dec¨ªa porque ayer, en el Carmel, hizo un d¨ªa de perros. No s¨®lo llovi¨® -lo que desluci¨® la muestra y oblig¨® a recurrir a los pl¨¢sticos transparentes para cubrirlo todo-, sino que adem¨¢s hizo fr¨ªo. Un fr¨ªo que se calaba hasta los huesos. El mismo, poco m¨¢s o menos, que aquel dram¨¢tico d¨ªa de hace un a?o. Pese a todo, los vecinos del Carmel visitaban la exposici¨®n a buen ritmo. Hasta los ni?os del colegio de Santa Teresa hicieron un breve par¨¦ntesis en sus clases para observar la indignaci¨®n de los vecinos, plasmada en letras y pinturas. "?De qui¨¦n es la culpa?", rezaba uno de los murales.
Los vecinos tambi¨¦n quisieron reflejar con crudeza que la herida sigue abierta. As¨ª que dibujaron la silueta negra de un hombre, con un enorme coraz¨®n rojo y de cartulina. El coraz¨®n estaba roto y la figura ten¨ªa los cinco sentidos atrofiados. Especialmente, el o¨ªdo y el olfato. "El ruido nos quita el sue?o", "nos llenan el t¨²nel y se hormigonan los pulmones". Josefa observa la escena y asiente con la cabeza. "Es verdad, yo vivo a 200 metros del t¨²nel y el hormig¨®n no me dejaba respirar". En lugar de recordar lo que pas¨®, Josefa es partidaria de olvidar y seguir adelante, del borr¨®n y cuenta nueva. "Hay gente que aprovecha la situaci¨®n para pedir m¨¢s; los comerciantes que estaban a punto de jubilarse son los que m¨¢s han protestado. Ya se sabe: a r¨ªo revuelto, ganancia de pescadores".
A mediod¨ªa, algunos vecinos subieron a una tarima y, micr¨®fono en mano, advirtieron de que el Carmel no puede caer en el olvido. Recordaron, por ejemplo, que 246 personas a¨²n no han vuelto a sus hogares tras el desalojo y que 35 comercios permanecen todav¨ªa cerrados. El trompetista Rudy Ventura, famoso por sus interpretaciones del himno del Bar?a, mand¨® igualmente "un abrazo" a los vecinos. Justo cuando empezaban a caer unos t¨ªmidos copos de nieve, se arranc¨® con un fragmento del Himno a la alegr¨ªa, que recibi¨® los elogios del gent¨ªo. "Cuando yo era joven, bailaba la m¨²sica de este se?or", explicaba un vecino.
Por dos euros, se pod¨ªa adquirir ayer un recuerdo del desastre del Carmel en forma de pulsera. A imagen y semejanza de la que el ciclista Lance Armstrong puso de moda, varios comercios del barrio distribu¨ªan una pulsera tricolor -amarilla, verde y roja- con un lema: "Carmel 27-G mai m¨¦s". "Pues no te creas, que se est¨¢n vendiendo bastante bien", explicaba la due?a de una florister¨ªa de la calle del Llobreg¨®s.
Las ventas tambi¨¦n van bien, aunque con matices, en el mercado municipal. "Los clientes de toda la vida han vuelto, pero hay otros que ya no vienen porque no tienen sitio donde aparcar", asegura Milagros Asensio, due?a de una charcuter¨ªa. Ella, como Jos¨¦ G¨¢lvez, opina que la exposici¨®n no era necesaria. Prefieren que el barrio pase p¨¢gina y vuelva a la normalidad. "Hay un ambiente raro y mucha gente vuelve con miedo. El Carmel a¨²n no es el barrio que era", dice Jos¨¦.Una mujer contempla la exposici¨®n de recortes de prensa sobre el accidente.
/ MARCEL.L? S?ENZ
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