La verdad est¨¢ en peligro de extinci¨®n
Entre el anhelo de la transparencia y el granel de las falsificaciones se balancea nuestro tiempo. Sin embargo, sobre el marem¨¢gnum de las copias pirata, el amarillismo o los colorantes, parec¨ªa quedar a salvo la verdad cient¨ªfica. La verdad cient¨ªfica como el firme acantilado de la verdad donde ven¨ªa a romperse y sucumbir cualquier oleaje mendaz.
Las recientes noticias de grandes mentiras en la ciencia, de falacias deliberadamente mu?idas para obtener honores, anuncian el fin completo de la verdad. Revistas impecables como Science o Lancet han llegado a difundir trabajos de Hwang Woo-Suck, de la Universidad Nacional de Se¨²l, y de Jon Sudbo, doctor en el Hospital Radiol¨®gico de Oslo, que constitu¨ªan montajes m¨¢s o menos burdos de descubrimientos inexistentes. Llegados aqu¨ª, si la ciencia tambi¨¦n miente, si no hay pilar posible donde asentar la verdad, ?qu¨¦ significa lo verdadero?
La demanda de verdad, como de aire limpio, es una obsesi¨®n central de nuestro tiempo. Todos mienten, y encima sabemos que nos mienten
La demanda de verdad, como la de aire limpio y zumos sin aditivos, ha llegado a constituirse en una obsesi¨®n central de nuestro tiempo. Todos mienten, y sabemos encima que nos mienten. Mienten los media, incluido The Washington Post o The New York Times, a trav¨¦s de la tentaci¨®n sensacionalista, mienten el Gobierno y la oposici¨®n impulsados por el electoralismo, mienten los curas ped¨®filos o los mandatarios alcoh¨®licos, mienten las revistas femeninas, los sondeos de opini¨®n y los hombres del tiempo. Pero, a estas alturas, si dijeran la verdad, ?sabr¨ªamos reconocerla? ?dispondr¨ªamos de medios para verificarla? Las reproducciones del original han llegado a ser tan perfectas que cuando se realiz¨® una r¨¦plica de la Dama de Elche hubo urgencia por marcar con un sello la copia y evitar futuras confusiones. Antes el sello acu?aba el oro o la plata de ley. Ahora el sello vacila entre uno y otra. De hecho, la digitalizaci¨®n impide distinguir entre el original y la copia. No hay reproducciones fotogr¨¢ficas puesto que la producci¨®n nace originalmente en reproducci¨®n.
Y as¨ª, tambi¨¦n, ocurrir¨¢ con los seres vivos a trav¨¦s de las clonaciones. La realidad se dobla con una realidad de segundo grado que sumada a la anterior borra el principio de verdad inicial. Finalmente, s¨®lo vale aquello que funciona, s¨®lo obtiene un label de autenticidad el medicamento que cura, la m¨¢quina que incrementa la productividad, el conocimiento que nos perfecciona. Incluido, efectivamente, el enga?o o el autoenga?o que procede bien de los placebos, de las psicoterapias, de los videojuegos o de la realidad virtual en general.
La verdad inventada
En la vida corriente, el 80% de los alimentos procede de f¨¢bricas y es resultado de materias primas tratadas con conservantes, antibi¨®ticos, procesos gen¨¦ticos, hormonas. Estas t¨¦cnicas han incrementado la productividad y abaratado el precio, pero han sustra¨ªdo, a la vez, el alma de las cosas. En esa oquedad no hay nada o, como sucede con los procesos de fecundaci¨®n artificial, un espacio disponible para introducir otra sustancia.
El mundo viene a ser crecientemente mestizo e incrementa la opacidad del origen. De este modo, la idea de una verdad pura asociada con la transparencia neta es un mito falso, otra falsificaci¨®n adicional. Il n'y a rien de plus beau que les histoires vrais (No hay nada m¨¢s hermoso que las historias verdaderas) dec¨ªa la publicidad de la pel¨ªcula Salvoconducto, de Bertrand Tavernier, pero, ciertamente, las pel¨ªculas necesitan montarse para que el p¨²blico las reciba apropiadamente.
En Estados Unidos, acaba de saltar un esc¨¢ndalo a prop¨®sito de la falsedad de unas memorias, Million little pieces, del g¨¢nster James Frey, de las que se han vendido m¨¢s de 3,5 millones de ejemplares tras recomendarlas Oprah Winfrey en su programa televisivo. Pero se trata, sin duda, de un esc¨¢ndalo farisaico, como ense?aban los jesuitas. Antes de esas memorias espurias han aparecido muchas otras inventadas, desde las de Lilllian Hellman a Augusten Burroughs, desde las de Carlos Barral a las de Caballero Bonald. "La verdad tambi¨¦n se inventa", dice Caballero Bonald recordando a Machado.
Precisamente, en la televisi¨®n, a los reportajes que refieren la realidad se conocen como materiales de "realidad formateada". Los documentales, de los que tanto se abastece ahora el cine, desde los de Javier Rioyo a los de Michael Moore, deben ser debidamente tratados, formateados, para evitar que la verdad a secas sea indigerible o mal asumida por los espectadores.
La fuerza del rumor
Con todo, las instituciones han sido las que m¨¢s cr¨¦dito han perdido ante la ciudadan¨ªa. Desde la Universidad a la pol¨ªtica, desde los medios de comunicaci¨®n hasta el Vaticano, han sufrido importantes p¨¦rdidas de valor. El nuevo ciudadano-consumidor se ha vuelto m¨¢s c¨ªnico, m¨¢s cr¨ªtico y mejor informado. Es f¨¢cilmente infiel a una creencia o a un producto, a un partido o a una pareja que le decepciona o le hace dudar de su honestidad. La falta general de verdad, y a¨²n m¨¢s, de verdad continuada, ha gestado un p¨²blico esc¨¦ptico tanto ante los creadores de opini¨®n como ante los profesionales de la mercadotecnia.
As¨ª, frente a la debilitada fe en las instancias constituidas, la gente tiende a fiarse m¨¢s del boca boca. Al tendero tradicional que informaba y aconsejaba sobre un determinado producto lo reemplaz¨® el universo de la publicidad. Ahora, sin embargo, el descr¨¦dito de la publicidad convencional ha impulsado el nacimiento de una nueva mercadotecnia o marketing viral, que consiste en difundir comentarios favorables sobre una determinada marca. As¨ª, la Viral & Buzz Marketing Association (VBMA) define el marketing viral como "la estrategia que incentiva al receptor de un mensaje para que lo transmita r¨¢pida y espont¨¢neamente a otros consumidores potenciales, adquiriendo dicho mensaje la validez y la credibilidad que no consigue por los medios tradicionales de transmisi¨®n".
Nuevas empresas en el mundo del marketing, como Electric Artist, Ammo, Big Fat o Buzz Marketing Group, basan su ¨¦xito en la estrategia del rumor y emplean a gentes contratadas para propagar la bondad de ciertos art¨ªculos en los ambientes apropiados. Actores desconocidos que hacen de turistas y muestran las ¨²ltimas novedades de Sony; actores prestigiosos que aparcan en lugares distinguidos un determinado modelo de coche; adolescentes contratados que difunden entre sus condisc¨ªpulos una marca de ropa o de zapatillas, gentes comunes que propagan las ventajas de Apple o la Play Station Portable (PSP).
El rumor y su capacidad de influencia ha regresado con las nuevas tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n y se celebran cert¨¢menes, como Viral Awards, para premiar las mejores campa?as de esta modalidad. Por su parte, Matt Britton, director general de Mr Youth, una compa?¨ªa l¨ªder en la publicidad destinada a los estudiantes universitarios, declaraba: "Los j¨®venes est¨¢n controlando al ciento por ciento los medios por los que orientar sus consumos. La habilidad de las marcas para influir sobre los estudiantes a trav¨¦s de los medios tradicionales ha concluido... Los mensajes de texto, los nuevos m¨¦todos on line, el blogging, el podcasting, las mercadotecnias creando suceso, ser¨¢n los elementos que marcar¨¢n la tendencia futura (Internacional Herald Tribune. 10-9-2005).
Porque ya, desde ahora hasta el pr¨®ximo futuro, la obtenci¨®n y disfrute de la verdad (real u operativa) tiende a ser, cada vez m¨¢s un producto escaso o de lujo, como las manzanas biol¨®gicas, los espacios silenciosos, las aguas puras. Y, sin duda, las personas honradas, el comercio verdaderamente justo, el dinero ¨¦tico, las pol¨ªticas transparentes, la ciencia exacta. ?Una ilusi¨®n? ?Una ficci¨®n? Miguel Catal¨¢, que ha publicado recientemente Antropolog¨ªa de la mentira (Taller de Mario Muchnik), recuerda una cita de V¨ªctor Hugo en Los Miserables que dice: "La mentira es lo absoluto del mal (...) la mentira es precisamente la forma del demonio". ?Pero qui¨¦n no suscribir¨ªa que el Mal y no el Bien, la fuerza de la org¨ªa y no de la virtud, la potencia de la frivolidad y no del rigor es el supremo estilo del tiempo?
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