Nuevas pasarelas de moda, viejos modelos
No hay duda de que la exitosa incorporaci¨®n, en julio de 2005, del sal¨®n Bread & Butter (BB) al conjunto de los salones que se celebran en los recintos de la Fira de Barcelona supuso un revulsivo para el sector de la moda en Catalu?a y un giro radical al posicionamiento de Barcelona en el mapa internacional de la moda. Cierto es que BB se dirige a un segmento espec¨ªfico del mercado de la moda, el llamado casual wear, pero tambi¨¦n es cierto que ese segmento no tan s¨®lo tiene un papel principal en el actual universo de la moda, sino que se ha revelado sorprendentemente el¨¢stico, en cuanto al espectro de empresas interesadas en ¨¦l, en un momento en que el binomio marca tendencias y constituye un ingrediente esencial de la mayor¨ªa de los negocios de moda saneados.
Simult¨¢neamente al acuerdo de estabilizaci¨®n de la presencia de BB en Barcelona, una excelente noticia para el sector: la empresa alemana y la Fira han anunciado su voluntad conjunta de realizar en la ciudad una pasarela de moda internacional, que acoger¨ªa tambi¨¦n a creadores locales reconocidos y emergentes. Pocas cosas m¨¢s se han conocido del proyecto, pero ha sido suficiente para generar una considerable expectativa en el sector y entre los medios de comunicaci¨®n, y las manifestaciones favorables de la Administraci¨®n local. Dice Guillaume Erner, en su recomendable libro V¨ªctimas de la moda (Gustavo Gili, 2005), que "la moda ser¨ªa una mentira banal, si no fuera porque, ante todo, es una mentira en la que queremos, y nos gusta, creer".
Conviene subrayar que fue el Departamento de Comercio, Turismo y Consumo de la Generalitat de Catalu?a el que invit¨® -en el marco de la reorganizaci¨®n de sus programas p¨²blicos de promoci¨®n de la moda de Catalu?a- a la empresa BB, a trav¨¦s de la Fira, a formular una propuesta que asegurase el futuro de la pasarela de creadores reconocidos, garantizando una financiaci¨®n mayoritariamente privada a corto plazo. Los par¨¢metros establecidos por el departamento no se limitaban a la financiaci¨®n, tambi¨¦n hab¨ªa otros: la necesidad de que la pasarela diera entrada a la mayor¨ªa de los creadores catalanes actualmente reconocidos -con independencia de su presencia o no en el sal¨®n BB- y la conveniencia de mantenerla, aunque imbricada con el sal¨®n, con una personalidad propia.
En este contexto, pues, la propuesta de BB y la Fira nos caus¨® una considerable sorpresa, cuando se nos present¨®, por tres razones principales. La primera es, evidentemente, la financiaci¨®n propuesta por los promotores, que solicitan a la Generalitat de Catalu?a la aportaci¨®n ¨ªntegra de los siete millones de euros de coste total de la pasarela, cuando conoc¨ªan perfectamente la intenci¨®n de la Administraci¨®n catalana de reorientar los esquemas de financiaci¨®n de la promoci¨®n de la moda hacia est¨¢ndares m¨¢s internacionales, siguiendo tambi¨¦n las declaraciones de los responsables de BB, que publicitaban la f¨®rmula de financiaci¨®n privada para sus eventos de fun and profit (diversi¨®n y negocio). BB y la Fira subrayan, err¨®neamente, que su demanda de dinero es inferior a lo que hasta 2006 se dedicaba a la pasarela Gaud¨ª, cuando ¨¦sta costaba 5,4 millones de euros anuales.
Sorprendente, en segundo lugar, es la amplitud del proyecto presentado, que, m¨¢s all¨¢ de las marcas locales reconocidas, se extiende a creadores internacionales y emergentes. Vista la evoluci¨®n reciente de las pasarelas de moda, con la configuraci¨®n de un mapa de centros de referencia de escala pr¨¢cticamente continental, la organizaci¨®n de una pasarela internacional en Barcelona es una tarea que, seg¨²n los expertos, tiene unas posibilidades de ¨¦xito reducidas.
La participaci¨®n de ls Fira de Barcelona como promotor ha sido la tercera causa de sorpresa. A diferencia de BB, no se puede decir que su trayectoria pasada en el ¨¢mbito de la moda haya sido brillante. Sin embargo, lo que m¨¢s estupor ha causado es que en las conversaciones del Departamento con la Fira los t¨¦rminos de su colaboraci¨®n en materia de moda hac¨ªan referencia a suparticipaci¨®n en la parte p¨²blica de los eventos. Su aparici¨®n en el otro lado de la mesa, alineada, sin rubor alguno, con quien pretende ser beneficiario de una parte sustanciosa de los recursos p¨²blicos dirigidos al sector de la moda, supone, aparte de otras consideraciones, una modificaci¨®n significativa del papel de cada actor.
Sorpresas al margen, el hecho es que la Generalitat tiene ante s¨ª una propuesta formal de actuaci¨®n sobre la cual ya hace d¨ªas que sus promotores conoc¨ªan nuestras reservas, pero no hemos cerrado las negociaciones para tratar de adecuar su formulaci¨®n final a los criterios definidos por el consejero Huguet. Nuestros objetivos, en este ¨¢mbito, son fundamentalmente dos: asegurar la aplicaci¨®n eficiente del dinero de los contribuyentes y articular instrumentos eficaces al servicio de la promoci¨®n y dinamizaci¨®n del sector de la moda y la creatividad del pa¨ªs, que no olvidemos que, finalmente, es un sector econ¨®mico y, por tanto, de negocio. Otros objetivos -el posicionamiento de la ciudad, la repercusi¨®n de estos eventos en el sector de la hosteler¨ªa y el ocio de Barcelona, el papel cultural de la moda, etc¨¦tera- corresponden a otros ¨¢mbitos que, por cierto, todav¨ªa no han anunciado en qu¨¦ medida estar¨ªan dispuestos a implicarse en la financiaci¨®n del proyecto. Que la propuesta de BB y la Fira no haya sido aceptada no es el final de nada: puede haber, hay, otras propuestas, seguiremos siendo tan localistas y tan cosmopolitas como hasta ahora, pero hemos enviado un mensaje claro de que la organizaci¨®n de pasarelas de moda en Barcelona no es una forma de ganar dinero f¨¢cil y abundante. Hoy por hoy, la capacidad de atracci¨®n y potencia de BB en Barcelona es incuestionable, pero todos (sector, prensa e instituciones) har¨ªamos bien en poner un poco de sentido com¨²n en la discusi¨®n y recordar la afirmaci¨®n de Coco Chanel "la moda es lo que pasa de moda".
Alfons Garcia Mart¨ªnez es secretario general del Departamento de Comercio, Turismo y Consumo.
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