Sacro y nocturno

Siempre han sido interesantes los programas de Jos¨¦ Ram¨®n Encinar, bien trabados, descubriendo cosas, inteligentemente concebidos desde su inter¨¦s por lo contempor¨¢neo y sus ra¨ªces inmediatas. Con el tiempo, el maestro madrile?o ha seguido en los trece de sus propuestas pero, como ha crecido, resulta que ya no nos impresiona s¨®lo por lo que hace sino por c¨®mo lo hace. O dicho de otra forma: cada vez dirige mejor. Desde luego, es su obligaci¨®n, pero no me negar¨¢n que hay muchos que no la cumplen y ah¨ª andan. De manera que aquel que fuera abanderado de la modernidad y responsable de tanta nueva m¨²sica, sin dejar de serlo, ha sabido quitarse de encima una de esas etiquetas que entre nosotros suelen ser mortales de necesidad para llegar, al fin, a ser, por encima de todo, un excelente director de orquesta.

El programa de la ONE reun¨ªa este fin de semana cuatro obras muy bien dispuestas en dos partes. De un lado, Un superviviente de Varsovia, de Sch?nberg, y la Sinfon¨ªa de los salmos, de Stravinski. Y de otro, Laudi alla Vergine Maria, de Verdi, y la Tercera sinfon¨ªa de Szimanowski. Como ven, nada que se escuche de ordinario. Tres obras maestras del siglo XX y un ejemplo del Verdi crepuscular, religioso a su modo entonces, queriendo unirse a los maestros del Renacimiento mientras mira de reojo al m¨¢s all¨¢. La obra de Sch?nberg -cuyos textos recit¨® Luis ?lvarez en su versi¨®n en castellano- es el manifiesto terrible de la barbarie y del dolor y provoca la emoci¨®n de la solidaridad pero tambi¨¦n de la culpa. La Sinfon¨ªa de los salmos es la sabidur¨ªa de un Stravinski que mira hacia atr¨¢s a su manera, pero que refleja hoy lo que fue una ¨¦poca fecunda y duradera del arte moderno ligado a la religi¨®n, esa relaci¨®n que parece haberse perdido para siempre. Y, un poco en la otra orilla, pero sin perder de vista ¨¦sta, la Canci¨®n de la noche -subt¨ªtulo de la Tercera sinfon¨ªa-, de Szymanowski, el compositor polaco que nos lleva a las regiones en las que se funde lo espiritual con lo sensual, la naturaleza con el misterio, el yo con el cosmos.

Una preciosidad de sesi¨®n en la que el Coro Nacional fue estupendo protagonista, disfrutando del aire fresco que parece haber tra¨ªdo Mireia Barrera, su nueva titular. Bien la orquesta, con la presencia estimulante de Massimo Spadano como concertino invitado. Y el tenor sueco P?r Lindskog. Hab¨ªa mucha gente el domingo para un programa de m¨¢s tir¨®n para iniciados que para ne¨®fitos. Se dir¨ªa que las cosas cambian. Pero ya se sabe lo del gato escaldado, as¨ª que mejor esperar un poco.