Una cosa rara

Si la sublimaci¨®n de lo vulgar nos aleja de la cultura, la vulgarizaci¨®n de lo sublime contiene adem¨¢s una buena dosis de perversi¨®n.

Pr¨¢cticamente ning¨²n espa?ol de clase media ignora, a estas alturas, que a 2006 lo han convertido en el a?o de Mozart, genial compositor donde los haya.

La perversi¨®n, desde mi punto de vista, se da cuando los que manejan la informaci¨®n o, lo que es lo mismo, detentan el poder se empe?an en instruir al vulgo introduci¨¦ndole en una suerte de limbo intelectual donde s¨®lo tiene cabida el pensamiento "oficial".

?Qui¨¦n ha o¨ªdo hablar, por ejemplo, de que en este 2006 se cumplen 200 a?os de la muerte del compositor valenciano Vicente Mart¨ªn i Soler, contempor¨¢neo de Mozart y Salieri? Confieso con pudor que acabo de enterarme.

Si Mozart levantara la cabeza se sorprender¨ªa al contemplar c¨®mo quien le super¨® en ¨¦xito y n¨²mero de representaciones, en la Europa esplendorosa del siglo XVIII, se encuentra sumido en el olvido m¨¢s absoluto. Reconforta pensar que cada vez que escuchemos el ¨²ltimo acto de Don Giovanni, rescataremos del ostracismo a este desconocido compositor, ya que Mozart, iron¨ªa del destino, incluy¨® un fragmento de su obra Una cosa rara en su c¨¦lebre ¨®pera. Cuando, con emoci¨®n, he podido escucharla me he convencido de que el a?o 2006 tambi¨¦n merece ser, con todos los honores, el a?o de Vicente Mart¨ªn i Soler.