Cita imposible en Londres
El cine actual es el teatro por otros medios. Muchos directores se mueven con soltura en el escenario y detr¨¢s de la c¨¢mara: de Elia Kazan a Patrice Ch¨¦reau, o a Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez, que nos queda m¨¢s cerca. No es extra?o que otros se decidan a dar el salto. Isabel Coixet ha escogido para su debut esc¨¦nico 84 Charing Cross Road, adaptaci¨®n de una obra narrativa en la que Helene Hanff, escritora estadounidense de origen jud¨ªo, evoca su relaci¨®n epistolar con un librero londinense.
Hanff trabajaba como lectora para unos estudios de cine cuando comenz¨® a cartearse con Frank Doel, reci¨¦n acabada la II Guerra Mundial. Le ped¨ªa libros de viejo, ediciones encuadernadas en piel, con lomos estampados en oro, que no encontraba en Nueva York. Hanff y Doel comparten pasi¨®n por la novela bien editada, por la antolog¨ªa po¨¦tica cuasi imposible de encontrar. Y a trav¨¦s de peticiones y env¨ªos, van entablando una relaci¨®n de amistad casi ¨ªntima, o de amor sublimado.
84 Charing Cross Road
De Helene Hanff. Versi¨®n: James Roose-Evans. Traducci¨®n: Ram¨®n de Espa?a. Int¨¦rpretes: Carme El¨ªas, Josep Minguell. Escenograf¨ªa: Jon Berrondo. Iluminaci¨®n: Jos¨¦ Luis L¨®pez Linares. Composici¨®n musical: Alfonso Vilallonga. Adaptaci¨®n y direcci¨®n: Isabel Coixet. Teatro F¨ªgaro. Madrid.
Carme El¨ªas y Josep Minguell, sus int¨¦rpretes, est¨¢n sentados en los extremos de una mesa largu¨ªsima, como la que utilizaba Kristian Lupa en su puesta en escena de Extinci¨®n, de Thomas Bernhard. Nueva York y Londres, separados por un tablero y una monta?a de libros viejos. No se miran, dicen al p¨²blico el texto de las cartas que se escriben. Se env¨ªan regalos. Adivinamos que a ¨¦l le gusta Helene: se la ha ido imaginando a su modo, sin foto que certifique la realidad. La invita a ir a Londres.
Ella acepta, pero su trabajo de escritora, encadenando encargos cada vez mejores, no la deja. Y as¨ª van pasando los a?os. Coixet dirige con buen gusto esta obra morosa, roma. Su protagonista parece no tener m¨¢s vida que la que le da la literatura. No habla de otra cosa, encadena relaciones de t¨ªtulos y de autores. Llega un momento en que el p¨²blico se da cuenta de que jam¨¢s ir¨¢ a Londres: ah¨ª se acaban las expectativas, y la tensi¨®n dram¨¢tica.
Helene y Frank se tocan a trav¨¦s de los libros. Hacia el final, Coixet los coloca juntos en la boca del escenario, como dos fantasmas, pas¨¢ndose un ejemplar. Ese momento delicado, de los mejores de la funci¨®n, evoca el ep¨ªlogo de Tu mano en la m¨ªa, dirigido por Brook: cuando Ch¨¦jov (Michel Piccoli), ya difunto, tocaba la mano de su esposa (Natasha Parry). El¨ªas y Minguell encarnan a sus personajes con holgura.
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