"El mercado del arte es probablemente el ¨²nico que no est¨¢ regulado"
Sabine Breitwieser (Wels, Austria, 1962) es, desde 1999, directora de la Fundaci¨®n Generali y responsable de su colecci¨®n de arte contempor¨¢neo, dotada con 1.700 obras de peso internacional de 170 autores -un porcentaje alt¨ªsimo de autoras- que han sido realizadas en la segunda mitad del siglo XX, con predominio de los soportes fotogr¨¢fico, cine, v¨ªdeo e instalaci¨®n. La documentaci¨®n y restauraci¨®n de trabajos tan se?eros como los dibujos y pel¨ªculas de Gordon Matta-Clark, las obras de "cine expandido" de Valie Export o los prototypes de Walter Pichler, adem¨¢s de los tempranos v¨ªdeos de artistas austriacos y centroeuropeos, ha sido tambi¨¦n empresa radical de esta instituci¨®n situada en el coraz¨®n de Viena, a pocos minutos de la Karlplatz.
"Puede resultar arbitrario que un pa¨ªs invitado a Arco act¨²e al mismo tiempo como patrocinador"
La Generali inaugur¨®, el pasado 20 de enero, la muestra Cinema like never before, un "laboratorio" cinematogr¨¢fico semejante a una sala de edici¨®n que rompe con la celebraci¨®n del mito del cine, con los cineastas Antje Ehmann y Harun Farocki como comisarios.
PREGUNTA. Cada vez hay m¨¢s ferias de arte y cada vez son m¨¢s concurridas y lucrativas. En su opini¨®n, ?qu¨¦ papel deber¨ªa tener Arco -u otra feria de arte, por as¨ª decir, perif¨¦rica- para ser m¨¢s competitiva en una industria global multibillonaria?
RESPUESTA. A las personas que trabajamos en un museo, y a cada vez m¨¢s coleccionistas privados, nos interesa un programa que sea sugestivo y claramente definido, un programa que implique una reflexi¨®n cr¨ªtica de los problemas y fen¨®menos de nuestro tiempo y su relaci¨®n con el arte contempor¨¢neo. Durante la pasada d¨¦cada, Arco se hizo un hueco importante dentro del circo de las ferias de arte y, por lo que parece, ha sido muy fruct¨ªfero porque ha creado un lugar de encuentro donde caben directores de museo, comisarios o cr¨ªticos internacionales que integran los diferentes paneles de charlas y discusiones. Recuerdo haber participado en dos mesas durante una misma edici¨®n hace unos a?os, una era sobre las colecciones corporativas, otra sobre media art en las colecciones. Se podr¨ªa decir que tiene cierto sentido invitar a un pa¨ªs diferente cada a?o y presentar sus instituciones, programas culturales y artistas no s¨®lo en Arco, sino tambi¨¦n en galer¨ªas, museos y centros art¨ªsticos de Madrid. Pero en cierto sentido, esa estrategia -me refiero a que el pa¨ªs invitado funcione como patrocinador- puede resultar un tanto arbitraria, ya que el concepto mismo de "financiar" se convierte en el programa.
P. ?Piensa que las barreras entre los artistas de las bienales y los artistas de una feria de arte se han roto definitivamente?
R. Estamos experimentando la total comercializaci¨®n de la vida, lo vemos incluso en nuestras apetencias, deseos y... fracasos. ?Por qu¨¦ un determinado contexto para la producci¨®n de arte deber¨ªa estar excluido del mercado? La categorizaci¨®n de los artistas en aquellos que venden y otros que crean, para ciertos contextos o conceptos curatoriales, no cuenta a la larga. De cualquier forma, hay un abismo entre crear una colecci¨®n y comprar en situaciones cuasi tur¨ªsticas. Cosa distinta es la posproducci¨®n, la transformaci¨®n de ciertas obras de arte con la finalidad de satisfacer las demandas del coleccionista. Un buen trabajo puede transformarse f¨¢cilmente en algo parecido a un (mal) recuerdo o en un (bonito) souvenir.
P. En ese mundillo lleno de artistas/comerciantes, comerciantes/artistas, en complicidad con el capital que maneja la feria y que intenta asegurarse la presencia no s¨®lo de los compradores, sino tambi¨¦n de los cr¨ªticos, ?no ser¨ªa interesante ir de una cr¨ªtica institucional a una verdadera instituci¨®n de la cr¨ªtica, se?alando claramente al mercado y a sus especuladores? ?Es el museo capaz de afrontar esa tarea?
R. Es que, en realidad, el mercado del arte es probablemente el ¨²nico que no est¨¢ regulado, es un mercado no controlado oficialmente. Y eso es algo que hemos aprendido del trabajo de Hans Haacke, un artista que ha llamado la atenci¨®n sobre el peligro del comercio interno de los administradores de los museos americanos. Institution for Critique of Institutions es el titular de un art¨ªculo que se refiere al programa de la Fundaci¨®n Generali, un proyecto que emprendimos con la artista Andrea Fraser sobre la funci¨®n del arte en las corporaciones, partiendo de la Fundaci¨®n Generali como caso de estudio para el patrocinio de arte.
P. En Austria el ejemplo de la Generali es paradigm¨¢tico de c¨®mo una instituci¨®n puede redefinir las relaciones entre la ciudadan¨ªa y el museo. ?Es usted optimista con vistas al futuro o, simplemente, lo ve como una cuesti¨®n de supervivencia?
R. De hecho, ¨¦sta es la cuesti¨®n crucial. Las instituciones, especialmente las art¨ªsticas, est¨¢n cada vez m¨¢s obligadas a encontrar argumentos para hacer su programaci¨®n, incluso para su existencia en general, si no est¨¢n orientadas a una audiencia masiva. Creo que ese arrollador factor econ¨®mico en nuestra sociedad necesita de un modelo que le conteste, totalmente opuesto, y ah¨ª es donde el museo puede tener un papel importante.
P. ?Cu¨¢les cree que ser¨¢n las "representaciones" del arte austriaco que veremos en Madrid? ?Ser¨¢ una selecci¨®n oficial o una visi¨®n gen¨¦rica de lo que est¨¢ pasando ahora en su pa¨ªs?
R. Por supuesto que Austria en Arco no representar¨¢ lo que est¨¢ pasando en mi pa¨ªs, ello necesitar¨ªa de una colaboraci¨®n muy estrecha con una escena art¨ªstica que es muy activa en lugar de un programa de comisariado estatal. ?sta es una de las razones por las cuales presentaremos paralelamente a la feria, en el Espacio Uno del Reina Sof¨ªa, una pieza muy singular y especial de nuestra colecci¨®n, un trabajo que tiene que ver con temas como la supervisi¨®n y el control, y que visualiza la transici¨®n entre una sociedad disciplinaria a otra de control social. Se trata de la videoinstalaci¨®n titulada I thought I was seeing convicts (2000), del cineasta Harun Farocki, una obra que fue muy discutida en los ¨²ltimos a?os. Despu¨¦s de haberla producido y presentado por primera vez en Viena hace dos a?os, se mostr¨® en 40 ciudades de Europa, Am¨¦rica y Asia. Adem¨¢s de las versiones alemana e inglesa, hemos producido la portuguesa y, ahora, para su exposici¨®n en Madrid, la espa?ola.
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