La herencia indeseada de Cerd¨¤
Salvo excepciones, el urbanista ide¨® un Eixample sin pasajes, pero en este distrito hay 45
M¨¢s de 500 pasajes se cuelan en el entramado de la ciudad de Barcelona. Son callejuelas no siempre bien resueltas. Algunas albergan comercios, restaurantes y equipamientos culturales, mientras que otras, llenas de casitas bajas, parecen haberse quedado ancladas en la d¨¦cada de 1960, como el de Le¨®n. De todos ellos, sorprenden los 45 del distrito del Eixample, que rompen la cuadr¨ªcula de manzanas que traz¨® Ildefons Cerd¨¤.
El urbanista ide¨® un Eixample sin pasajes. "El proyecto de Cerd¨¤, de 1859, no preve¨ªa su existencia, salvo algunas excepciones. De hecho, sus manzanas no eran cerradas, sino que en la mayor¨ªa s¨®lo pod¨ªa edificarse por dos lados. En el centro, Cerd¨¤ pensaba en zonas verdes privadas, propiedad de la comunidad de vecinos o bien los que ocuparan el principal", explica el director del C¨¢talogo de Patrimonio Urbano de Barcelona, Jordi Rogent.
Una vez aprobado en Madrid el proyecto de Cerd¨¤, el Ayuntamiento de Barcelona empez¨® a hallar las primeras complicaciones. La principal dificultad consist¨ªa en la recalificaci¨®n de los terrenos donde deb¨ªan levantarse las viviendas, la mayor¨ªa de los cuales eran agr¨ªcolas. En algunos casos, se hab¨ªan construido casas junto a los antiguos caminos que conduc¨ªan desde Gr¨¤cia, Sant Mart¨ª o Sants hasta lo que hoy es el centro de la capital catalana. El consistorio opt¨® por respetar estas propiedades, lo cual supuso la configuraci¨®n de los primeros pasajes. Es el caso, por ejemplo, de la Carretera Antiga d'Horta, hoy una callejuela ubicada en la manzana que dibujan las calles de Al¨ª Bei, N¨¤pols, Ausi¨¤s Marc y Roger de Flor.
"Cuando el proyecto lleg¨® a Barcelona, enseguida se dieron cuenta de que levantar viviendas s¨®lo en dos lados de las manzanas no resultaba rentable para los propietarios. Se decidi¨® entonces edificar por los cuatro costados", explica Rogent. No bast¨® para algunos propietarios, que optaron por "especular" a¨²n m¨¢s con el suelo. "?stos pensaron que si adem¨¢s abr¨ªan una callejuela donde se hab¨ªa planificado zona verde. podr¨ªan construir m¨¢s casas", a?ade el director del cat¨¢logo. As¨ª nacieron pasajes como el de la Concepci¨® y el de Llu¨ªs Pellicer.
"Se trataba de compaginar una trama muy r¨ªgida, la que ide¨® Cerd¨¤, con otra parcelaria muy complicada. Ellos ced¨ªan espacio para nuevas calles y a cambio dispon¨ªan de m¨¢s suelo para edificar", concluye Rogent. Los ¨²nicos pasajes previstos por el urbanista eran los que deb¨ªan servir para abastecer equipamientos p¨²blicos como los mercados. Ello explica las callejuelas que rodean el mercado de la Concepci¨®.
P¨²blicos y privados
En las d¨¦cadas de 1940 y 1950 se intent¨® eliminar algunos pasajes, lo cual result¨® de nuevo imposible a causa del reparto de la propiedad. As¨ª que hoy los pasajes son, en algunos casos, el lastre de un complicado proceso de recalificaci¨®n urban¨ªstica. De los 45 pasajes del Eixample, 13 son de propiedad privada, lo cual impide cualquier intervenci¨®n del Ayuntamiento. "Hay casos en los que los vecinos nos piden que el pasaje pase a ser privado, pero para ello se requiere el acuerdo de todos los propietarios. Siempre hay uno que se opone", explica la concejal del distrito, Assumpta Escarp.
Sin embargo, los due?os de un pasaje tienen la obligaci¨®n de mantenerlo en buenas condiciones. "La ¨²nica forma que tenemos de adecuar estas calles, y ya requiere el acuerdo del 70% de los vecinos, es una actuaci¨®n subsidiaria. Intervenimos y luego les pasamos la factura", asegura Escarp. El consistorio realizar¨¢ obras en el pasaje de Arag¨®, donde la construcci¨®n de un hotel dej¨® desperfectos en la v¨ªa.
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