Cinco personajes para un caso

Julio Iglesias gan¨® el festival de Benidorm en 1968 e inici¨® una mete¨®rica carrera hasta convertirse en ¨ªdolo mundial, gallego y espa?ol, pero con residencia en Miami (Estados Unidos). Siempre conserv¨® simpat¨ªa hacia la cuna de su carrera. Julio Iglesias participa como consejero en varias sociedades controladas por los hermanos Enrique y Andr¨¦s Ballester, promotores de Altea Hills o propietarios de Edificaciones Calpe. Y no dud¨® en ofrecer su imagen para vestir el apote¨®sico mitin electoral que acogi¨® el estadio de Mestalla en marzo de 1993 en pleno ascenso de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar hacia su primera jefatura de Gobierno.

A?os m¨¢s tarde, Julio Iglesias ofreci¨® un concierto un poco apagado en Valencia pero aprovech¨® la ocasi¨®n para visitar a su amigo Eduardo Zaplana, que tambi¨¦n salt¨® a la fama desde Benidorm, y tenderse c¨®modamente en el sof¨¢ de cuero del despacho del entonces presidente de la Generalitat. Entre chanzas y bromas descubrieron c¨®mo las agendas de ambos coincid¨ªan en Mosc¨² un a?o despu¨¦s. Uno iba a cantar. Otro encabezaba una misi¨®n comercial organizada por el Instituto Valenciano de la Exportaci¨®n (Ivex).

Iglesias y Zaplana descubrieron que sus agendas coincid¨ªan en Mosc¨². Uno iba a cantar. Otro encabezaba una misi¨®n comercial. Marquina, delegado del Ivex en Miami, condujo a Tabares en 1997 sobre la compleja trama urbana y jur¨ªdica de la ciudad estadounidense.

Luis F. Esteban, secretario del cantante, no dej¨® pasar la ocasi¨®n: "?Qu¨¦ tal una misi¨®n conjunta?" "Es un ¨¢guila", comentaba entonces Juan F. Garc¨ªa, jefe de gabinete del entonces presidente.

Unos d¨ªas despu¨¦s, Esteban reclamaba la atenci¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Tabares, director del Ivex, y Jos¨¦ Manuel Uncio, director del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), para acordar los pormenores del acuerdo de colaboraci¨®n.

Tabares acababa de estrenarse en el cargo. Joan Mir, director de Promociones de la Comunidad Valenciana (Procova), era uno de los pocos altos cargos nombrados por los socialistas que hab¨ªa conservado su puesto. Diego Such, entonces consejero de Industria, hab¨ªa rebautizado el departamento pero hab¨ªa solicitado a Mir que siguiera en la direcci¨®n. Dos a?os m¨¢s tarde, Mir dej¨® el instituto. Corri¨® el escalaf¨®n y Tabares, un abogado experto en comercio internacional y direcci¨®n de empresas que era plantilla de Procova desde su fundaci¨®n en 1989, se puso al frente del instituto.

Peinar los detalles del acuerdo result¨® una ardua tarea. Tabares aprovech¨® visitas institucionales de la Generalitat Valenciana a Nicaragua o Colombia para hacer escala en Miami y revisar los previos del acuerdo.

Jos¨¦ Marquina, entonces responsable de la C¨¢mara de Comercio de Espa?a y delegado del Ivex en Miami, conduc¨ªa a Tabares sobre la compleja trama urbana y jur¨ªdica de la ciudad estadounidense.

Julio Iglesias y Jos¨¦ Mar¨ªa Tabares firmaron el contrato oficial el 29 de diciembre de 1997. Los anexos, los documentos que nunca se sometieron al escrutinio de la oposici¨®n o la ciudadan¨ªa, se firmaron el mismo d¨ªa.

Tabares apenas sufri¨® la pol¨¦mica pol¨ªtica que afrontaron de buena gana el consejero Diego Such, gran defensor del acuerdo, y el propio Zaplana. Y dej¨® el cargo en julio de 1999, lo mismo que Diego Such, al t¨¦rmino de la legislatura.

Apenas cuatro meses de dejar el cargo, Tabares recuper¨® un inesperado protagonismo cuando su sucesora al frente del Ivex, Carmen de Miguel, formul¨® una denuncia por quebranto relacionada con una complicada trama relacionada con la generaci¨®n de derechos de exportaci¨®n de veh¨ªculos Ford a T¨²nez a cambio de compras a una serie de empresas tunecinas, todas ellas relacionadas con el mismo empresario, que resultaron ser ficticias. Tabares fue condenado por la Audiencia Provincial de Valencia el pasado 23 de marzo a cinco a?os de prisi¨®n y a devolver 10,5 millones de euros al Ivex y a los bancos perjudicados por la pelota de letras que soportaba unos ingresos que nunca pudieron realizarse. Y ahora vuelve a cobrar protagonismo tras prestar declaraci¨®n en Sevilla en torno a los pormenores del contrato que firm¨® con Julio Iglesias.

Y vuelve tambi¨¦n Jos¨¦ Marquina, el responsable de la oficina del Ivex en Miami que ejerci¨® como cicerone de Tabares. Marquina mantuvo la representaci¨®n del Ivex hasta diciembre de 2004. Seg¨²n su relato, el ¨²ltimo d¨ªa de aquel a?o, un agente que actuaba en nombre del Ivex le comunic¨® su despido.

Marquina viaj¨® a Estados Unidos como becario de la C¨¢mara de Comercio de Castell¨®n a principios de los a?os ochenta, cuando Carlos Fabra, actual presidente de la Diputaci¨®n de Castell¨®n, asentaba sus reales en la instituci¨®n cameral.

Marquina denunci¨® al Ivex en Florida por algo parecido a despido improcedente, pero luego descarg¨® veneno. En una entrevista concedida a Levante-EMV, asegur¨® haber inflado y multiplicado facturas para satisfacer pagos a empresas vinculadas con Julio Iglesias en varios para¨ªsos fiscales de orden de sus superiores jer¨¢rquicos.

El juez que llam¨® a declarar a Tabares llam¨® tambi¨¦n a Marquina, que acudi¨®, pero no pudo esgrimir una prueba que integre a todos los personajes en una trama s¨®lida.