'Caso Ivex', entre el esc¨¢ndalo pol¨ªtico y el delito

Un papel, una factura que fuentes pr¨®ximas al caso dicen haber visto, pero que Jos¨¦ Marquina, ex delegado del Ivex en Miami niega que exista, determinar¨¢ si se lleg¨® a producir un posible delito de falsificaci¨®n documental, malversaci¨®n de fondos y delito fiscal del Instituto Valenciano de la Exportaci¨®n (Ivex) en el cumplimiento del contrato con el cantante Julio Iglesias, que investiga el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 19 de Valencia. Fuentes de la Fiscal¨ªa y de la acusaci¨®n particular, que ejercen ocho diputados socialistas, coinciden en se?alar que sin esa factura ser¨¢ muy dif¨ªcil probar la comisi¨®n de ese supuesto delito. Pero aunque se probara la existencia de tal, ¨¦ste habr¨ªa prescrito. La victoria para los demandantes s¨®lo tendr¨ªa repercusiones pol¨ªticas, que no es poca cosa en un proceso marcado por los vaivenes pol¨ªticos.

La aparici¨®n de una factura que Marquina dice no tener probar¨ªa que existi¨® un delito

La factura en cuesti¨®n corresponde al pago a Julio Iglesias del concierto que el 23 de abril de 1998 ofreci¨® en Orlando (EE UU) al amparo de un contrato firmado en diciembre de 1997 y cuyo contenido real ocult¨® el PP a las Cortes Valencianas, cuyos miembros s¨®lo conocieron una parte, la que fijaba el pago en 2.253.795 euros, pero no los anexos que inclu¨ªan abonos hasta 3.696.224 euros por los servicios de representaci¨®n de la Comunidad Valenciana en distintos eventos cuyos costes de organizaci¨®n corr¨ªan a cargo del Ivex.

El importe de la factura ascend¨ªa a 325.000 d¨®lares, desglosado en tres conceptos: apertura de oficina en Miami; acto del presidente del puerto de Valencia en Orlando; y concierto de Julio Iglesias. Marquina ha dicho que este recibo es falso y que est¨¢ hinchado en m¨¢s de dos veces el coste real de la actuaci¨®n. Lo asegur¨® en unas declaraciones al peri¨®dico Levante-EMV, insinuando que la falsificaci¨®n de facturas era una pr¨¢ctica habitual cuyas pruebas aportar¨ªa a quien necesitara comprobarlo.

El juez del caso Ivex reclam¨® esas pruebas, y Marquina se present¨® ante el magistrado con un malet¨ªn que hac¨ªa presagiar una cuantiosa aportaci¨®n de documentos. No fue exactamente as¨ª. De hecho, Marquina rebaj¨® la intensidad de sus declaraciones period¨ªsticas. Y, sobre todo, dijo que la factura en cuesti¨®n, la ¨²nica que servir¨ªa para probar la falsificaci¨®n, el pago por unos servicios que en realidad no se prestaron, no la ten¨ªa. Otras fuentes, sin embargo, han asegurado a este peri¨®dico que la factura existe y que la han visto. El Ivex niega tener conocimiento alguno de la misma.

La factura, seg¨²n dijo Marquina, tuvo que realizarse para evitar un problema con Julio Iglesias. El cantante deb¨ªa actuar en Miami y se neg¨® si no le pagaban la actuaci¨®n previa en Orlando. El dinero no lleg¨® a tiempo porque el Instituto no comunic¨® a tiempo el env¨ªo al Banco de Espa?a. Seg¨²n Marquina, Faustino Salcedo, responsable del ¨¢rea internacional del Ivex, le orden¨® que girara una factura por el mismo importe y que justificara los pagos como servicios prestados por ¨¦l mismo usando su propia mercantil, Strategies & Solutions. La envi¨®, cobr¨® y pag¨® a Iglesias a trav¨¦s de las empresas del cantante en Bahamas.

El Ivex, seg¨²n fuentes pr¨®ximas a la acusaci¨®n particular, nunca ha pagado en para¨ªsos fiscales. Lo hac¨ªa a trav¨¦s de las mercantiles que constitu¨ªan sus delegados en el exterior. No hay en sus pagos delito fiscal. Lo ha constatado la agencia tributaria. El contrato con Iglesias es legal, anexos incluidos. La diferencia de costes entre eventos casi id¨¦nticos obedece a razones que discurren entre las necesidades de infraestructura y los precios de mercado, discutible pero tambi¨¦n imputable a la pr¨¢ctica de actuaci¨®n con cadenas de subcontrataci¨®n. ?D¨®nde estar¨ªa el delito? En la falsificaci¨®n de facturas. Pero sin la factura, no hay prueba. Marquina acusa. Es su palabra contra la de Salcedo o la de Jos¨¦ Mar¨ªa Tabares, quien fuera director general del Ivex e imputado en la causa. Si la factura apareciera, la falsificaci¨®n habr¨ªa prescrito, pero quedar¨ªa un esc¨¢ndalo pol¨ªtico que salpicar¨ªa al Consell y al PP.