Claves de ilusi¨®n en Am¨¦rica Latina
Cumplidos ya 25 a?os del fin de las dictaduras militares en Am¨¦rica Latina y recobrados los modelos democr¨¢ticos en la regi¨®n, destaca el surgimiento en los ¨²ltimos a?os de movimientos y partidos de izquierda que, sobre un impulso pol¨ªtico sin precedentes, colocan ante una cita hist¨®rica al conjunto del continente latinoamericano. Una nueva l¨ªnea de salida, la socializaci¨®n de la ilusi¨®n, queda dise?ada por sucesivas victorias electorales de candidatos presidenciales de izquierda o centro-izquierda: Hugo Ch¨¢vez en Venezuela (1998), Ricardo Lagos en Chile (1999), Lula en Brasil (2002), N¨¦stor Kirchner en Argentina (2003), Mart¨ªn Torrijos en Panam¨¢ (2004), Tabar¨¦ V¨¢zquez en Uruguay (2004), Evo Morales en Bolivia (2005) y Michelle Bachelet en Chile (2006).
Deben ofrecer un proyecto propio, que vaya m¨¢s all¨¢ de la oposici¨®n al modelo neoliberal
Entre los factores que explican la irrupci¨®n de estas nuevas izquierdas y su acceso al poder se encuentra, en primer lugar, el fracaso de los partidos tradicionales, incapaces de solucionar los principales problemas de la poblaci¨®n. En segundo lugar, la revisi¨®n cr¨ªtica de los postulados ideol¨®gicos y estrat¨¦gicos de los partidos de izquierda tras el fin de la Guerra Fr¨ªa, que ha dado nuevas orientaciones estrat¨¦gicas a muchas de las fuerzas del continente que, con fuertes ra¨ªces nacionales, han terminado triunfando en toda la regi¨®n.
Un tercer factor tiene que ver con el avance democr¨¢tico de la zona. Dos d¨¦cadas despu¨¦s de las primeras transiciones a la democracia, el modelo democr¨¢tico ha dejado de estar cuestionado. Y este asentamiento ha sido el marco en el que se ha hecho posible el proceso de integraci¨®n pol¨ªtica de grupos sociales tradicionalmente excluidos. En cuarto lugar, el fracaso de las reformas econ¨®micas estructurales, que, sustentadas sobre pol¨ªticas de disciplina presupuestaria, privatizaciones y desregulaciones, conformaban el denominado consenso de Washington. Impulsadas en los a?os ochenta, no s¨®lo no lograron los resultados prometidos, sino que despertaron entre la poblaci¨®n una profunda y generalizada insatisfacci¨®n.
Seg¨²n datos del Banco Interamericano de Desarrollo, el crecimiento econ¨®mico de la regi¨®n s¨®lo alcanz¨® el 1,5% de media en los noventa y los niveles de pobreza crecieron progresivamente hasta alcanzar al 40% de su poblaci¨®n. Si a esto le unimos el estancamiento del poder adquisitivo, se puede decir que los partidos de izquierda han encontrado opciones de acceso al gobierno a partir del fracaso de aquellas pol¨ªticas neoliberales. Sobre su rechazo han definido en buena medida su identidad pol¨ªtica, y sobre la ilusi¨®n por alternativas econ¨®micas han ampliado considerablemente sus bases sociales.
No se puede decir que sean un grupo homog¨¦neo pero, a pesar de sus diferencias, los nuevos gobiernos de izquierda en Latinoam¨¦rica tienen una serie de rasgos comunes. En primer lugar, la llegada al poder por la v¨ªa de las urnas, denominador com¨²n de la totalidad de fuerzas latinoamericanas que no s¨®lo ya no cuestionan el modelo democr¨¢tico sino que son capaces de vencer electoralmente dentro de ¨¦l. En segundo lugar, la toma de conciencia colectiva y el inter¨¦s por impulsar iniciativas de cooperaci¨®n y acci¨®n exterior conjunta en los ¨¢mbitos pol¨ªtico y econ¨®mico, donde destacan de forma especial el fortalecimiento de Mercosur o las estrategias comunes de negociaci¨®n en los organismos financieros internacionales. Tercero, la voluntad de buscar f¨®rmulas de financiaci¨®n y desarrollo alternativas como, por ejemplo, los nuevos mercados de exportaci¨®n petrol¨ªfera para Venezuela, los intentos de atracci¨®n de la inversi¨®n china en Argentina o el intercambio de profesionales para cubrir determinados d¨¦ficit. Cuarto, el compromiso con la aplicaci¨®n de pol¨ªticas orientadas a la promoci¨®n de la justicia social y la reducci¨®n de la pobreza extrema (programa Hambre Cero del Gobierno de Brasil). Quinto, la preocupaci¨®n por la soberan¨ªa nacional, incluyendo el inter¨¦s por dejar en manos del gobierno el control de la explotaci¨®n de los recursos naturales del pa¨ªs.
El ascenso al poder de las nuevas izquierdas latinoamericanas es un fen¨®meno muy reciente, por lo que todav¨ªa es muy pronto para hacer especulaciones sobre ¨¦xito a medio plazo. El reto est¨¢ en que estas nuevas izquierdas no sean transitorias y se consoliden a partir de la superaci¨®n de dos importantes desaf¨ªos. En primer lugar, la oferta de un proyecto pol¨ªtico propio, capaz de ir m¨¢s all¨¢ de la oposici¨®n al modelo neoliberal. Para ello, deben idear y desarrollar pol¨ªticas p¨²blicas que, en el marco de sociedades plurales y democr¨¢ticas, est¨¦n orientadas a combatir la pobreza extrema y la fuerte desigualdad, como ¨²nico viaje posible hacia la cohesi¨®n social. El segundo gran desaf¨ªo consiste en modernizar los partidos y dotarlos de una organizaci¨®n y un funcionamiento internos conformes a criterios democr¨¢ticos. Con ello contribuir¨ªan a corregir algunas debilidades institucionales fuertemente arraigadas en Am¨¦rica Latina y que dejan mucho espacio a la corrupci¨®n y el abuso de autoridad.
Por ello, la oportunidad de los nuevos gobiernos de izquierda en Am¨¦rica Latina es una cita hist¨®rica con el impulso democr¨¢tico, econ¨®mico y pol¨ªtico que tan urgentemente necesita la regi¨®n. De c¨®mo resuelvan sus principales desaf¨ªos depender¨¢ que esta generalizada socializaci¨®n de la ilusi¨®n no se convierta otra vez en un nuevo desenga?o.
Eduardo Madina es diputado al Congreso del PSOE por Vizcaya.
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