Abrupto final de una peligrosa quimera
El grupo terrorista Ham¨¢s arrasa en las elecciones palestinas, Ir¨¢n dice querer la energ¨ªa nuclear para fines pac¨ªficos compatibles con el exterminio del sionismo, en Irak los dirigentes chi¨ªes deshojan margaritas sobre sus lealtades y los terroristas se preparan para sazonar de muerte la campa?a electoral al Congreso norteamericano y fortalecer a quienes quieren dejar en la estacada a la mayor¨ªa de los iraqu¨ªes comprometidos con el proceso democr¨¢tico. En Afganist¨¢n, los talibanes reflexionan sobre donde exponer la cabeza del presidente Karzai y creen que, aunque en Holanda esta vez no pudo ser, pronto tendr¨¢n maduritos a los parlamentos europeos para que retiren sus tropas. En Siria, donde sin permiso del r¨¦gimen no se mueven ni los grajos, manifestaciones masivas queman embajadas y los mul¨¢s corruptos y c¨®mplices del r¨¦gimen criminal de Assad hijo, exigen a Europa que les pida perd¨®n. En Beirut se ha abierto la veda del cristiano. Y mientras, nuestra gran compa?¨ªa del mundo libre, Google, se convierte en el mejor abanderado y s¨ªmbolo del Zeitgeist cuando, -ofendido, p¨²blicamente y entre aplausos-, niega toda cooperaci¨®n al Gobierno democr¨¢tico norteamericano en la lucha antiterrorista y -discreta pero diligente y servicialmente- acepta trabajar para el r¨¦gimen dictatorial chino en la censura y control de contenidos y abonados. Son apenas unos retazos de actualidad para el segundo lustro del milenio. Comienza entretenido.
Y sin embargo, quiz¨¢s haya indicios de que podemos haber entrado en un proceso de clarificaci¨®n imprescindible y urgente. Aun con tantas probabilidades de agotarse y fracasar, tiene alg¨²n viso de poderse articular y llevarnos a conclusiones y reacciones mas all¨¢ de vergonzantes condenas a las caricaturas o rid¨ªculas exhortaciones a la nada. La crisis desatada -que no generada- por los dibujos del Jyllands-Posten podr¨ªa suponer el principio del fin de una gran quimera y de la hegemon¨ªa de un pensamiento tan vago como d¨¦bil. Puede que por fin se genere la movilizaci¨®n intelectual de las sociedades democr¨¢ticas contra ese Kulturpessimismus que intentan imponernos la equiparaci¨®n general de los valores y su devaluaci¨®n a opiniones, como base argumental del pacto con enemigos insaciables, el trueque de principios y dignidad por hipot¨¦ticas armon¨ªas y promesas de paz.
No debiera descartarse que la historia haga referencia a la intervenci¨®n del domingo en Munich de la canciller alemana Angela Merkel. Habr¨¢ en nuestro espacio cultural muchos con problemas para digerir esta escena del "choque de civilizaciones" en estado puro: una mujer, la m¨¢s poderosa de Europa, advierte al representante de una mafia de cl¨¦rigos medievales de que "han cruzado la l¨ªnea roja". Una mujer portavoz de la sociedad abierta; una mujer libre, que vivi¨® la dictadura comunista y con la conciencia hist¨®rica alemana, que sabe que el nazismo triunf¨® por pasividad y complicidad de los dem¨®cratas; nadie m¨¢s apropiado para decir a los mul¨¢s que sus desaf¨ªos tienen respuesta y que si las mujeres, los dem¨®cratas y la libertad son pisoteados por ellos en Ir¨¢n, nunca lo ser¨¢n aqu¨ª. Aunque ardan embajadas, no pasa nada grave que no sucediera antes de las caricaturas. Es posible que la situaci¨®n clarifique los frentes que ya exist¨ªan, identifique a aliados y enemigos reales, racionalice intereses y haga ver a muchos la inutilidad de disculparse por ser libres o por existir. Puede que este proceso despeje muchos malentendidos por el bien de todos, las sociedades isl¨¢micas y las occidentales y sus relaciones. Las occidentales no han de mendigar cari?os para defender los principios que las convirtieron en pr¨®speras y libres. Han de hacerse respetar para no depender de la merced de quienes desde el victimismo y el resentimiento creen poder movilizar en su favor la amenaza de un odio generado por su propio fracaso y sus muchas miserias. Merkel ha recordado que el nazismo triunf¨® cuando la sociedad libre se traicion¨® a s¨ª misma. El nazismo y el comunismo sucumbieron cuando fue mayor la determinaci¨®n de hacerles frente que la tentaci¨®n de acomodarse a sus pretensiones. El islamismo ha expuesto esta semana sus pretensiones con una claridad meridiana. Por un lado la amenaza de la bomba, y por el otro la exigencia de nuestra rendici¨®n a sus exigencias. Merkel ha respondido poniendo coraje y principios en el coraz¨®n del discurso pol¨ªtico de la Europa continental. Falta hace.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.