Firmas
Un fantasma recorre hoy Espa?a: la recogida de firmas. Si en tiempos del franquismo y aun del posfranquismo acciones as¨ª se consumaban en voz baja y de tapadillo, y siempre con el riesgo de que un gris o un sujeto de la brigada pol¨ªticosocial te depositara en los calabozos de cualquier comisar¨ªa o te sentara en el banquillo del Tribunal de Orden P¨²blico, con la anuencia de los jueces devotos de la dictadura, y de acuerdo con los contenidos del pliego, donde figuraba la r¨²brica, ahora la democracia ampara a quien, como un feriante, anuncia p¨²blicamente de qu¨¦ va el n¨²mero. Llega a la alameda o a la plaza m¨¢s concurrida de una villa o ciudad, monta la mesa petitoria, la decora con una simbolog¨ªa patria y la flanquea con dos individuos, que suelen disfrutar del aspecto bobalic¨®n y de ropavejer¨ªa de la guardia suiza vaticana, imag¨ªnense a los se?ores Acebes y Zaplana, que dan el tipo con m¨¢s que probada suficiencia, en el caso de que el postulante sea Mariano Rajoy. Si en tiempos del franquismo y aun del posfranquismo, se ped¨ªan firmas furtivamente a favor de unos dirigentes obreros procesados, de unos universitarios vapuleados, de unos militantes de izquierdas encarcelados o de unos huelguistas despedidos, ahora la democracia permite que se amenicen estas acciones, que son verdaderos espect¨¢culos populares, con su megafon¨ªa, sus himnos y sus discursos. Posiblemente, muchos de los que ahora participan con ¨¦nfasis y platillos, en aquellos otros tiempos, alentaban la represi¨®n contra los que se la jugaban por los derechos y las libertades, y aun ejerc¨ªan de confidentes y pretorianos del viejo r¨¦gimen. Hoy, un fantasma recorre Espa?a, y Mariano Rajoy recoge firmas donde le da la gana. Y es tanto el ajetreo que se lleva el hombre, que hasta ya est¨¢ concediendo franquicias, para que provincias y regiones puedan recogerlas tambi¨¦n por su cuenta. Pero se ve que al presidente Francisco Camps no le ha concedido ninguna. Tal vez eso explique por qu¨¦ ni Camps ni nadie del Consell que preside hayan puesto la suya al pie de un escrito condenando la agresi¨®n de que ha sido v¨ªctima, por parte de la barbarie ultra, la librer¨ªa valenciana Tres i Quatre. Qu¨¦ miserable descuido.
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