Gonz¨¢lez Pons, 'blogger'
?Conocen el blog de Esteban Gonz¨¢lez Pons? En estas mismas p¨¢ginas, J. J. P¨¦rez Benlloch hac¨ªa menci¨®n de esa bit¨¢cora electr¨®nica aludiendo a la condici¨®n batalladora del consejero comunicador. Un blog es una especie de diario en la red: es una suerte de expositor en el que poner art¨ªculos, comentarios, ocurrencias, im¨¢genes y sonidos, generalmente por parte de una persona, que es la que firma o la que se hace responsable de lo que all¨ª aparece. Desde octubre de 2005, el blog de Esteban Gonz¨¢lez Pons se aloja en Periodista Digital y es uno m¨¢s de los que este medio electr¨®nico ha creado para distintos colaboradores, la mayor¨ªa muy conservadores. ?No les resulta algo raro que un portavoz gubernamental haga uso de una bit¨¢cora para expresarse?
Con toda probabilidad, la principal encomienda que se le hace a un portavoz gubernamental no es la de argumentar. Lo que se le demanda es que hable ante las c¨¢maras con ¨ªmpetu o con locuacidad o con convencimiento, con una cascada de palabras que ahogue toda perplejidad, toda indecisi¨®n, que elimine todo estorbo o todo reproche al ejecutivo que representa. Por eso, el portavoz exhorta, convoca ruedas de prensa, concede entrevistas. No est¨¢ mal que hable, no esta nada mal que un portavoz se explique. ?Pero de verdad se explica? Hoy en d¨ªa, y como consecuencia del periodismo de declaraciones que se ha impuesto, no es dif¨ªcil convocar a los medios para proclamar ante los micr¨®fonos la ¨²ltima ocurrencia gubernamental. Diga lo que diga, siempre habr¨¢ un informante que registre sus palabras. Si tan sencillo le es llegar a la audiencia, ?necesitaba Gonz¨¢lez Pons un blog en Periodista Digital para poder comunicarse?
Conoc¨ª Periodista Digital en 2004, cuando s¨®lo era una base de datos de Internet. Desde all¨ª pod¨ªas enlazar con este o con aquel art¨ªculo de este o de aquel peri¨®dico, art¨ªculos que no eran de producci¨®n propia, sino procedentes de otros medios, acopiados o reproducidos, por tanto. Mantener una n¨®mina de colaboradores a los que abonar sus art¨ªculos y columnas es muy costoso. Poco a poco, a lo largo de 2005, en Periodista Digital idearon un modo de tener opini¨®n, de editorializar: han ido reemplazando los enlaces a peri¨®dicos externos por bit¨¢coras propias. De lo que se trataba era de incorporar a antiguos y nuevos bloggers como productos de la casa d¨¢ndoles la herramienta digital que precisaban para depositar all¨ª sus textos y art¨ªculos. En poco tiempo, sus responsables pudieron cambiar la estructura del medio: de tener una zona de blogs muy reducida y secundaria, de opinions makers externos, se pas¨® a tener un parque m¨®vil de bloggers que hac¨ªan verdaderamente el peri¨®dico digital y ello sin tener que abonar el grueso de unas colaboraciones numeros¨ªsimas que en otro diario ser¨ªa imposible costear.
El fen¨®meno blog ha propiciado estas cosas. Con la democratizaci¨®n de la opini¨®n que las bit¨¢coras permiten se puede crear un medio de bajo coste, al menos no comparable al que exige sostener colaboradores remunerados. Por principio, un blogger cuyos comentarios se alojan en estos medios no recibe un estipendio, trabaja gratis pues, ya que se contenta con publicar sus ideas u ocurrencias. Hay, por supuesto, algo de vanidad en esta escritura altruista ya que el abono no es material: es la satisfacci¨®n de ver la opini¨®n difundida. Pero, adem¨¢s, el medio puede vender mejor el impago, puesto que presenta el experimento como un periodismo emergente, como un periodismo ciudadano que estar¨ªa sobrepasando a los diarios tradicionales, aquejados de elefantiasis y de todo tipo de atavismos: por ejemplo, tener siempre a los mismos colaboradores, a los mismos columnistas, cuyas ideas, de tan repetidas, ya conocer¨ªamos de antemano. El medio digital, por el contrario, al incorporar todo tipo de bloggers dar¨ªa la vez a numerosos escritores in spe o a periodistas in pectore, dispuestos a sacrificarse sin cobrar, o incluso a pol¨ªticos en activo.
El resultado ha sido la multiplicaci¨®n de una demograf¨ªa copiosa de bloggers en Periodista Digital, algunos realmente interesantes y otros, por el contrario, pura exhibici¨®n doctrinal, agitaci¨®n o propaganda. Y, en efecto, hemos visto c¨®mo crec¨ªan los bitacoreros m¨¢s extremados en la secci¨®n pol¨ªtica, c¨®mo aumentaban los comentaristas ruidosamente afines al PP o simplemente escorados hacia la derecha m¨¢s estrepitosa.
No podemos confundir la argumentaci¨®n democr¨¢tica con la pirotecnia g¨¢rrula o con la agitaci¨®n populista. Nuestros representantes pol¨ªticos deber¨ªan expresarse haciendo uso de la deliberaci¨®n, haciendo uso del pensamiento: unas pocas ideas que se pronuncian en el espacio p¨²blico para que los ciudadanos reflexionen. La esfera medi¨¢tica de nuestros d¨ªas no facilita esa mesura, desde luego, y lo habitual es que la ch¨¢chara inacabable, el estr¨¦pito y las malas maneras sean frecuentes: a todos nos salpica el ruido y cada vez resulta m¨¢s dif¨ªcil hallar espacios reservados al silencio. "Vivimos en una cultura que es, de manera creciente, una gruta e¨®lica del chismorreo; chismes que abarcan desde la teolog¨ªa y la pol¨ªtica hasta una exhumaci¨®n sin precedentes de las cuitas personales", hab¨ªa dicho ya George Steiner en Lenguaje y silencio. Pues eso, chismes, esl¨®ganes ruidosos o ret¨®rica populista es lo que escribe Gonz¨¢lez Pons en su bit¨¢cora, haciendo uso de una prosa abundante, locuaz. Es el suyo un discurso abundoso y afectado que repite machaconamente para insistir en cuatro o cinco cuestiones que, como los mandamientos, se resumen en dos: el anticatalanismo, el antizapaterismo.
En la blogosfera empieza a ser raro encontrar una bit¨¢cora que invite al pensamiento. Lo que lamentablemente impera en la Red (y Periodista Digital es ya un s¨ªntoma) es, cada vez m¨¢s, el estr¨¦pito y, en especial, el ruido de una derecha incluso montaraz... No s¨¦: al paso que va, Gonz¨¢lez Pons acabar¨¢ pareci¨¦ndose a otro gran portavoz, a Alfredo Urdaci, por ejemplo, quien, por cierto, acaba de abrir un blog con el que dar batalla. Dec¨ªa J. J. P¨¦rez Benlloch que una bit¨¢cora bien puede verse como "una variante de periodismo y narcisismo, tan a menudo indiscernibles". Creo, por el contrario, que es ya una variante de la guerra de posiciones. Cuando hablo de guerra de posiciones me refiero a aquella situaci¨®n en la que los contendientes se guarecen en sus respectivas trincheras observando al enemigo con la esperanza de que la propia fortificaci¨®n le lleve a desistir. Durante la fase inicial de la Primera Guerra Mundial, cobijados en sus trincheras, los soldados constataron que el conflicto se dilataba. El uso de metralletas, de gases t¨®xicos y de alambradas y cercados imped¨ªa avances significativos y ese estancamiento provoc¨® numerosos muertos. Salvando las distancias, en algo parecido se esta convirtiendo la blogosfera propagand¨ªstica: en una guerra de trincheras. Ustedes me perdonar¨¢n, pero yo ya me he puesto a cubierto...
Justo Serna es profesor de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad de Valencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.