Versi¨®n de los ochenta

Porque los viajes a trav¨¦s del tiempo no parecen muy viables de momento, pero, escuchando a este cuarteto de Birmingham, si uno cerraba los ojos pod¨ªa sentirse perfectamente en la legendaria sala Rock-Ola oyendo a grupos como Echo & The Bunnymen, The Chameleons o The Sound.

O quiz¨¢ no, porque, pese a que las nuevas generaciones les conceden el dudoso honor de ser la alternativa brit¨¢nica a Interpol, lo que le falta a este cuarteto son, como dec¨ªa ayer un espectador, temazos. Grandes canciones que les lleven a atravesar d¨¦cadas con su influencia, como ha ocurrido con los grupos citados o con otros como U2 o Joy Division, que tambi¨¦n figuran entre sus influencias m¨¢s notables y evidentes y tuvieron una larga lista de temas que se han convertido en inmortales.

Con un repertorio de pop oscuro que encuentra su mejor veh¨ªculo en el trabajo de la base de ritmo, en unas guitarras tan r¨ªtmicas como fr¨ªas y en una de esas voces que revelan cierta tortura, los Editors cuajaron una correcta actuaci¨®n en vivo ante generaciones que carecen de aquellas referencias musicales de hace dos d¨¦cadas y a las que temas como M¨²nich, The bullet o Fingers in the factories tal vez les basten como algo novedoso, o m¨¢s bien de moda.

Pero quienes vivieron o degustaron el pop oscuro y psicod¨¦lico de los a?os ochenta y el esfuerzo sonoro de los grupos citados tuvieron siempre la sensaci¨®n de estar asistiendo a una pel¨ªcula que ya hab¨ªan visto antes o, mejor a¨²n, a alguna reencarnaci¨®n m¨¢s sosa de aqu¨¦lla.

Que tengan o no futuro los Editors depende de su capacidad de crear, no s¨®lo canciones, sino temas inmortales, y de su talento para escapar a esas catalogaciones que hacen tanto da?o a las bandas que surgen en el presente: la de "grupo del a?o", que viene a significar "de este a?o y se acab¨®".