Bultos tirados en la pista y viajeros con lo puesto
Los pasajeros del vuelo 396 de la compa?¨ªa israel¨ª El Al no daban cr¨¦dito a lo que ve¨ªan. Mientras esperaban para subir a su avi¨®n, les llam¨® la atenci¨®n un bulto. No estaba en la bodega de la aeronave. Ni siquiera en uno de los carros que deb¨ªan transportarla. Yac¨ªa en medio de la pista. Sin que nadie se preocupara por ¨¦l.
"??se no ser¨¢ uno de nuestros bultos, no?", pregunt¨® una de las turistas. Nadie le respondi¨®. "Pasaron 25 autocares: de Iberia, de AENA, de limpieza, de seguridad. Pero todos la esquivaban", relata Carmen Sim¨®n, una de las personas que abord¨® el vuelo 396 con destino Tel Aviv. "Como la maleta segu¨ªa all¨ª y nadie la pillaba, resolvimos hablar con las autoridades. '?Han visto que hay una maleta en el medio de la pista?', les dijimos. Pero nada", relata Sim¨®n. "?Tomamos el avi¨®n y esa maleta segu¨ªa all¨ª!", comenta sorprendida desde Petra, Jordania.
La odisea de las maletas acababa de empezar para los viajeros. Al llegar a Tel Aviv -tras partir con casi una hora de retraso-, Sim¨®n y sus compa?eros de excursi¨®n esperaron a que su equipaje saliera por la cinta. En vano. "Se supone que el carro que trasladaba las maletas en la T-4 no lleg¨® al avi¨®n. Y ahora nos dicen que vamos a tardar entre tres y cuatro d¨ªas para recuperar nuestras pertenencias". Carmen est¨¢ furiosa. "?Me han dejado con lo puesto!", se queja.
Al igual que ella, 19 compa?eros de excursi¨®n se han quedado sin medicinas y con lo justo de ropa y de dinero. Denunciaron el hecho apenas aterrizaron en tierra israel¨ª. La aerol¨ªnea les indemniz¨® por el percance.
El m¨¢s damnificado por el problema de las maletas ha sido, de lejos, Santiago Garc¨ªa. Es el sacerdote a cargo de la excursi¨®n. Nadie sabe c¨®mo har¨¢ para celebrar la misa estos d¨ªas. En la T-4 de Madrid se quedaron su c¨¢liz, su alba y sus libros sagrados.
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