Cirugeda defiende la idoneidad de su barrio para j¨®venes en Basauri
El proyecto prev¨¦ 35 viviendas individuales de 42 metros, de bajo alquiler y zonas comunales
Palafitos del siglo XXI a 200 euros al mes durante cinco a?os en Basozelai, lo mejor de Basauri, para j¨®venes que quieren emanciparse y no les importa vivir con obligaciones comunitarias. El proyecto de 35 viviendas de alquiler, surgido desde el ?rea de Juventud del Ayuntamiento (PNV), ha revelado las contradicciones sociales y pol¨ªticas que provoca la resoluci¨®n del problema de la vivienda para los j¨®venes. De momento, la iniciativa ha encontrado el rechazo del resto de los grupos pol¨ªticos, incluso los que participan en el equipo de gobierno.
Sin embargo, los j¨®venes de Basauri han reaccionado en buena parte con ilusi¨®n ante la propuesta del arquitecto Santiago Cirugeda (Sevilla, 1971): es un proyecto atractivo, ecol¨®gico, econ¨®mico, apuesta por la vida en comunidad e incentiva el ahorro de los arrendatarios. Y, encima, son construcciones en madera, de una planta, peque?as casas independientes; nada que ver con los habituales edificios de viviendas sociales.
Santiago Cirugeda estuvo hace tiempo en Arteleku (San Sebasti¨¢n), impartiendo un taller de arquitectura. Conocido por su actividad contra la especulaci¨®n urban¨ªstica y el alto precio de la vivienda, ha trabajado -siempre con escrupuloso respeto a la normativa vigente- en la ocupaci¨®n de espacios p¨²blicos con contenedores de obras o en la construcci¨®n de pr¨®tesis habitables en fachadas, patios o cubiertas. Sus proyectos se han presentado en el Centro George Pompidou de Par¨ªs, en la Bienal de Arquitectura de Rotterdam o en la de Venecia.
Cuando el concejal de Juventud de Basauri, Urtzi Arriaga, preocupado por la situaci¨®n de los j¨®venes de esta localidad de 40.000 habitantes, se plante¨® una soluci¨®n posible, se acord¨® del trabajo de Cirugeda. "Se trataba de resolver ese primer paso hacia la emancipaci¨®n, un espacio transitorio que tambi¨¦n posibilitara la relaci¨®n entre los arrendatarios y el resto del pueblo". Porque el solar elegido, una ladera en Basozelai, frente al campo de f¨²tbol del Baskonia, es una de las referencias de ocio cl¨¢sicas del pueblo, donde pasean los jubilados y se enamoran los m¨¢s j¨®venes.
Santiago Cirugeda ha tenido en cuenta todos los factores que estaban en juego. Es terreno urbano, pero su propuesta respeta el entorno natural. Ha creado un peque?o barrio de 35 viviendas individuales, que salvan la ladera con micropilotes, unidas en su cubierta por espacios comunes y que permiten el paseo por su interior. "No se pod¨ªa dejar de lado a quienes ahora frecuentan la zona", comenta el arquitecto sevillano.
El dise?o, a vista de p¨¢jaro, es la de un peque?o barrio de caser¨ªos, sin aparente ordenaci¨®n urbana. Son edificaciones de 42 m2 de planta, con 20 m2 de terraza, que se sostienen sobre la ladera sin agresividad, al aire. Los muros y el techo se construir¨¢n a partir de planchas de madera maciza, una soluci¨®n inspirada en las viviendas sociales de Austria, donde se llegan a levantar edificios de cinco plantas con este material. La distribuci¨®n interior ser¨¢ m¨ªnima, salvo el ba?o y quiz¨¢s un peque?o dormitorio para el arrendatario.
Espacios comunes
Y luego est¨¢n los espacios comunes. "Es la tercera parte de la casa: la conexi¨®n entre las techumbres para establecer lugares de ocio, que pueden ser peque?as huertas o terrazas para preparar barbacoas", explic¨® Cirugeda ayer en Bilbao. Esto exigir¨¢ una relaci¨®n m¨¢s ¨ªntima entre los propios inquilinos, que tendr¨¢n que resolver asuntos comunes. Una utop¨ªa si se atiende a las encuestas sobre la juventud, que afirman no s¨®lo sus reticencias para salir del hogar familiar, sino que eluden cualquier compromiso social.
El arquitecto sevillano responde: "Est¨¢ claro que hay una demanda de vivienda por parte de los j¨®venes; la propia Ley de Vivienda reconoce la necesidad de aportar nueva tipolog¨ªas porque no hay una ¨²nica soluci¨®n a la vivienda social; y seguro que en Basauri habr¨¢ m¨¢s de 35 interesados en esta propuesta".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.