El 'e-mail' comercial tendr¨¢ un precio
Yahoo y AOL prueban en EE UU un servicio para cobrar a las empresas por cada correo electr¨®nico que env¨ªen
Con el correo electr¨®nico indeseado que recibimos cada d¨ªa puedes: "Alargar tu pene y pecho simult¨¢neamente; mejorar tu historial crediticio -lo que te convertir¨¢ m¨¢gicamente en millonario-; tomar Viagra para durar m¨¢s con la mujer que hipnotizaste para llevarte a la cama; mirar c¨®mo se desnudan voluptuosas mujeres en tu c¨¢mara web -pag¨¢ndoles con la tarjeta de cr¨¦dito reci¨¦n concedida-", dice Phil Bradley, un consultor de Internet en su estudio El experimento del spam. "?Y todo en un mismo d¨ªa!", a?ade. El experimento consisti¨® en abrir ocho cuentas de correo, suscribirse a diversos grupos y esperar los spam. Pocas horas despu¨¦s de haberlas creado, recibi¨® la primera promoci¨®n.
El cumplimiento en Espa?a es alto, pero la mayor parte del 'spam' proviene de otros pa¨ªses
La mayor parte de las ofertas crediticias son fraudulentas y las soluciones m¨¦dicas, peligrosas para la salud. Para que el internauta diferencie las empresas confiables de las fraudulentas, AOL y Yahoo, l¨ªderes en el sector, iniciaron hace una semana un proyecto piloto en EE UU para cobrar a las empresas por el env¨ªo de correo comercial. Cobrar¨¢n entre un cuarto de centavo y un centavo de d¨®lar (de 0,20 a 0,80 c¨¦ntimos de euro) por cada mensaje y s¨®lo podr¨¢n enviarlo a usuarios que lo soliciten.
En Espa?a hay 12 millones de direcciones de correo electr¨®nico, seg¨²n la Asociaci¨®n Espa?ola de Comercio Electr¨®nico y Marketing Relacional (AECEM). El 73,8% de los internautas recibe informaci¨®n comercial en su buz¨®n, de la cual un 24,5% es indeseada, seg¨²n el Estudio sobre Comercio Electr¨®nico de 2005 realizado por la AECEM y Red.es. No hay planes para implementar este servicio en Espa?a: "Se probar¨¢ en EE UU en los pr¨®ximos meses y veremos c¨®mo funciona. Queremos mejorar el servicio", afirma una portavoz de Yahoo Iberia.
En Espa?a, la ley exige a las empresas que emiten informaci¨®n comercial que cuenten con el consentimiento del consumidor. "El grado de cumplimiento es alto, pero la mayor parte del spam proviene de otros pa¨ªses", afirma Luis Miguel Oyaga, director general de la AECEM.
El proyecto piloto que inicia en EE UU puede tener repercusiones econ¨®micas para los internautas. Las compa?¨ªas a¨¦reas, por ejemplo, tendr¨¢n que pagar por enviar confirmaciones de los billetes de avi¨®n electr¨®nicos y probablemente, el consumidor terminar¨¢ absorbiendo el coste. "Es una iniciativa preocupante para la industria", afirma Oyaga, que aboga por la creaci¨®n de una lista blanca para que el usuario tenga una forma de certificar el origen de la comunicaci¨®n comercial.
Bradley, en su experimento, descubre c¨®mo obtienen las direcciones de correo electr¨®nico quienes se dedican al spam: las listas de distribuci¨®n de correo. "Nunca respondas a estas listas pidiendo que te den de baja; aunque es probable que lo hagan, te a?adir¨¢n a muchas m¨¢s", afirma. Quienes crean spam lo env¨ªan a combinaciones aleatorias de direcciones. Cuando un incauto responde que no quiere recibir m¨¢s, el que mand¨® el spam confirma que la direcci¨®n existe y enviar¨¢ muchos m¨¢s.
Entre los mensajes m¨¢s extra?os que ha recibido Bradley destacan los que ofrecen t¨¦cnicas hipn¨®ticas para conseguir pareja, seguida de la importaci¨®n de pasas chinas. La m¨¢s atractiva, sin duda, fue una promoci¨®n para comprar una fosa s¨¦ptica como una forma de "mejorar su vida".
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