"Pido al presidente que nos d¨¦ la residencia"
La historia de la nigeriana que apareci¨® en una foto junto a Zapatero en Melilla
El pasado 1 de febrero, EL PA?S public¨® en portada la foto del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, saludando a los inmigrantes acogidos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla. Entre los cientos de subsaharianos que quer¨ªan acercarse al presidente, el fot¨®grafo capt¨® la imagen de una mujer sonriente, con su beb¨¦ de ocho meses en brazos, justo al lado de Zapatero. Esa mujer se llama Eflin Ahmed y es nigeriana. Su testimonio, obtenido a trav¨¦s del tel¨¦fono, ilustra la dureza de la vida de los inmigrantes que llegan a Espa?a en busca de una vida mejor.
A pesar de la foto, Eflin tiene pocas razones para sonre¨ªr. Naci¨® en un pueblo de Nigeria hace 29 a?os, y en 2001 se dijo que no pod¨ªa aguantar m¨¢s en su pa¨ªs. "Mis padres murieron cuando era ni?a, apenas los conoc¨ª. No sab¨ªa nada de Espa?a cuando decid¨ª irme de mi pa¨ªs, pero no ten¨ªa dinero ni trabajo". Eflin no quiere dar muchos datos de c¨®mo fue su viaje, que empez¨® hace cinco a?os. Relata que se uni¨® a un grupo con el que cruz¨® cuatro pa¨ªses antes de llegar a Espa?a: N¨ªger, Libia, Argelia y Marruecos. Todo el camino lo hizo andando, un trayecto que dur¨® "varios meses" y que la llev¨® a las puertas de Europa. Dice que no tuvo que pagar a nadie, y que no tuvieron problemas para atravesar fronteras porque siempre lo hac¨ªan por lugares en donde no estaba la polic¨ªa. No cuenta mucho m¨¢s, quiz¨¢ por miedo.
"Quiero que diga que en mi pa¨ªs las cosas est¨¢n muy mal. D¨ªgaselo a su presidente"
"En Marruecos pas¨¦ casi cuatro a?os. Viv¨ªa en los bosques del Gurug¨²
[un monte cercano a la frontera de Melilla], junto a mi marido". Para comer, ten¨ªan que mendigar. All¨ª se qued¨® embarazada y despu¨¦s tuvo a Emmanuel, su hijo. "Cuando iba a tener al ni?o me llevaron a un hospital de Rabat. Despu¨¦s volv¨ª con mi marido".
Hace seis meses, justo en el momento en que se produjeron las avalanchas en la valla de Melilla, Eflin logr¨® pasar a Europa. No lo hizo saltando la valla, sino "a trav¨¦s de los bosques" con su hijo en brazos, "por un camino que conduc¨ªa a Espa?a". Probablemente se trate de un sendero que bordea el mar en la frontera norte de la ciudad de Melilla, por donde han pasado en ocasiones mujeres embarazadas o con hijos, a quienes la Guardia Civil ha dejado pasar por razones humanitarias.
"Llegu¨¦ con heridas en los pies. All¨ª la polic¨ªa nos rescat¨® a m¨ª y a mi beb¨¦". Desde entonces vive en el centro de inmigrantes de Melilla. Su marido se ha quedado en Marruecos. Aunque ha intentado saltar las valla en tres ocasiones, siempre ha sido interceptado por la polic¨ªa y devuelto a Marruecos. Eflin no sabe nada de ¨¦l desde entonces.
La visita de Zapatero fue algo especial en el CETI, seg¨²n comenta esta inmigrante. "He visto mi foto en el peri¨®dico al lado del presidente. Me puse muy contenta ese d¨ªa. Era la primera vez que ve¨ªa a un presidente. Estuve muy cerca de ¨¦l. Cuando se acercaba todos le ped¨ªan que nos diera la residencia. Yo quer¨ªa hablar con ¨¦l, pero hab¨ªa mucho ruido, gente cantando, y no pude. Pero le di la mano, era muy suave. No s¨¦ c¨®mo se llama, pero creo que es una buena persona. Si tuviera la oportunidad de hablar con ¨¦l le pedir¨ªa que nos diera una tarjeta de residencia para quedarnos en Espa?a".
Eflin no habla espa?ol, se entiende con el periodista en ingl¨¦s. En el CETI recibe clases. Sabe que si se queda en Espa?a tendr¨¢ que hablar el idioma. Tiene una dificultad a?adida. "No s¨¦ leer ni escribir. En mi pa¨ªs no pude ir a la escuela, pero los profesores me ense?an aqu¨ª". A pesar de todo, intenta ser aplicada. "Ya s¨¦ saludar. Buenos d¨ªas, por la ma?ana, y buenas tardes por la tarde. Tambi¨¦n s¨¦ c¨®mo se dice la hora. Recibo dos clases cada d¨ªa; creo que cuando reciba m¨¢s podr¨¦ hablar mejor".
No tiene idea de si podr¨¢ quedarse en Espa?a. Su caso est¨¢ pendiente de resoluci¨®n. "Mi abogado me pregunt¨® si me quiero quedar, y yo le he dicho que s¨ª. Me dijo que intentar¨ªa que no me fuera". Es todo lo que sabe.
Tampoco tiene noticias de su familia desde hace cuatro a?os. "Tengo dos hermanos y una hermana, pero no he hablado con ellos. En Nigeria somos muy pobres y no tenemos tel¨¦fono en casa. No saben que estoy en Espa?a. Pero ahora no quiero ir a verlos, prefiero quedarme en Espa?a. Quiz¨¢ cuando tenga trabajo les podr¨¦ dar dinero para que vivan mejor".
?Y qu¨¦ espera del futuro? "Creo que puedo quedarme aqu¨ª seis meses m¨¢s. No s¨¦ qu¨¦ pasar¨¢ cuando me tenga que ir. No conozco a nadie que me pueda ayudar en Espa?a. Yo era peluquera en Nigeria, y me gustar¨ªa poder trabajar. Me quiero quedar y quiero que mi hijo sea espa?ol".
Eflin se alegra de haber podido contar su historia gracias a la fotograf¨ªa, y da las gracias: "Yo no s¨¦ leer, pero cuando se publique su art¨ªculo le pedir¨¦ a alguien que me lo lea".
Antes de despedirse, le pide un favor al periodista. "Quiero que diga que en mi pa¨ªs las cosas est¨¢n muy mal. En Nigeria estamos sufriendo, por eso toda la gente quiere venir a Europa. Si yo tuviera dinero, tambi¨¦n me traer¨ªa a mi familia. D¨ªgaselo a su presidente".
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