Berlusconi asegura ser "el Jesucristo de la pol¨ªtica" italiana
La campa?a electoral italiana no ha hecho sino comenzar, y Silvio Berlusconi ya ha interpretado a casi todos los personajes del manicomio: el viernes se compar¨® con Napole¨®n, y el s¨¢bado, con Churchill y Jesucristo. "Soy el Jesucristo de la pol¨ªtica, la v¨ªctima inocente que se sacrifica por todos", anunci¨® ante 5.000 fieles durante un mitin en Ancona. En los actos pol¨ªticos de Berlusconi hay chistes, insultos y provocaciones. Ni un minuto de aburrimiento. Il Cavaliere quiere galvanizar a los suyos y dispara con calibre grueso para acaparar titulares y minutos en televisi¨®n. Hasta el momento, toda la campa?a gira en torno a su persona.
"Es m¨¢s f¨¢cil conseguir la paz en Oriente Pr¨®ximo que convertir a Romano Prodi en una persona inteligente", dijo en Ancona como remate de un chiste. Tras cargar contra su rival, asegur¨® que Prodi carec¨ªa de importancia y que el aut¨¦ntico jefe del centro-izquierda era Massimo d'Alema, presidente de los Dem¨®cratas de Izquierda (antiguo PCI). Acto seguido identific¨® a todo el centro-izquierda con el comunismo y sigui¨® desmelen¨¢ndose: "Estos d¨ªas, a ratos perdidos, estoy leyendo la obra completa de Lenin y Stalin, y os puedo asegurar", coment¨® ante un auditorio embelesado, "que son personas que odian la vida, que verdaderamente hacen da?o". Llegado a ese punto, tocaba chiste: "Resulta que el desierto del S¨¢hara se hace comunista; al principio no ocurre nada, pero luego, poco a poco, la arena empieza a desaparecer...". Y una nueva comparaci¨®n: "Leo que Winston Churchill nos salv¨® de los nazis. Pues bien, Berlusconi nos salvar¨¢ de los comunistas".
Nunca, ni cuando exist¨ªan la Democracia Cristiana y el Partido Comunista, hab¨ªa agitado de tal forma un dirigente conservador el espantajo del marxismo. S¨®lo los ribetes m¨¢s radicales de la Uni¨®n, la coalici¨®n de centro-izquierda, se identifican como comunistas, pero Berlusconi espera asustar, a base de insistencia, al electorado conservador abstencionista, decepcionado con los ¨²ltimos cinco a?os de Gobierno.
La comida del le¨®n
Hubo tambi¨¦n cr¨ªticas a la prensa italiana. "Si un militante de Forza Italia mete la mano en la jaula de un le¨®n y consigue sacarla entera, ?qu¨¦ titulan los peri¨®dicos al d¨ªa siguiente? 'Secuaz de Berlusconi roba la comida a un inmigrante africano".
Por la ma?ana, en Roma, Berlusconi sali¨® a dar un paseo por el centro de la ciudad para estrechar manos y adoptar un tono intimista y sufrido en los mensajes: "Yo he superado pruebas dif¨ªciles, he estado enfermo de c¨¢ncer [de pr¨®stata]. Dir¨ªa que desde entonces", coment¨® a un grupo de personas, "carezco de miedo. Recuerdo la camilla que me llevaba al quir¨®fano. Cualquier otra situaci¨®n se queda en nada comparada con aquello". Luego admiti¨® por primera vez la posibilidad de una derrota, y asegur¨® que en ese caso (que calific¨® de "tan improbable que puede darse por imposible") resistir¨ªa la tentaci¨®n de retirarse "a las Bahamas" y asumir¨ªa la jefatura de la oposici¨®n.
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