Mamas y madres
Una de las promesas de la nueva medicina regenerativa es la de reconstituir un ¨®rgano da?ado y regenerar su funci¨®n mediante el empleo de c¨¦lulas madre del propio paciente, convirti¨¦ndolas en c¨¦lulas adultas de ese ¨®rgano. De este modo, ser¨ªan necesarias menos donaciones de ¨®rganos, y el mayor problema de los trasplantes, su rechazo, quedar¨ªa resuelto.
Para convertir esta promesa en realidad, hay que averiguar primero si existen c¨¦lulas madre adultas. Si no deseamos realizar clonaciones ¨¦ticamente controvertidas, necesitamos identificar, si las hay, las c¨¦lulas madre de ¨®rganos como el h¨ªgado, el coraz¨®n, el ri?¨®n..., y convencerlas de que crezcan y se conviertan en c¨¦lulas funcionales de esos ¨®rganos.
Sin embargo, la b¨²squeda de c¨¦lulas madre de ¨®rganos adultos se ha revelado elusiva. No es de extra?ar, ya que encontrar una c¨¦lula madre es como buscar la aguja en el pajar. La cosa se complica m¨¢s a¨²n si no estamos seguros de que en el pajar haya aguja alguna. Es decir, si no sabemos si entre los millones de c¨¦lulas de un ¨®rgano adulto se encuentran unas pocas c¨¦lulas madre capaces de regenerarlo.
Afortunadamente, no todos los ¨®rganos son iguales para revelarnos si poseen o no c¨¦lulas madre. Por ejemplo, es muy probable que la gl¨¢ndula mamaria posea c¨¦lulas madre. La raz¨®n es que este ¨®rgano se desarrolla en la pubertad, y lo hace a partir de c¨¦lulas ya presentes en el organismo. Adem¨¢s, es de todas conocido que las gl¨¢ndulas mamarias crecen durante el embarazo y la lactancia, lo que tambi¨¦n sugiere la presencia de c¨¦lulas madre que se desarrollan y diferencian a c¨¦lulas mamarias adultas en esos momentos.
En efecto, estudios en animales han demostrado que es posible regenerar completamente una gl¨¢ndula mamaria, y conseguir que ¨¦sta produzca leche, mediante el trasplante de fragmentos de tejido de dicha gl¨¢ndula. Existen, pues, c¨¦lulas madre de la gl¨¢ndula mamaria capaces de regenerar su estructura y su funci¨®n y merec¨ªa la pena intentar encontrarlas. Es lo que han conseguido un grupo de investigadores australianos y canadienses que publican estos hallazgos en el n¨²mero de la revista Nature del pasado 5 de enero.
?C¨®mo han encontrado estos investigadores la aguja madre en el pajar de la gl¨¢ndula mamaria? Los cient¨ªficos sab¨ªan que las c¨¦lulas pueden distinguirse entre s¨ª aprovechando el diferente conjunto de mol¨¦culas que presentan en su membrana, mediante el empleo de anticuerpos monoclonales espec¨ªficos que se unen a dichas mol¨¦culas. Los anticuerpos pueden ser qu¨ªmicamente modificados para enlazarlos a mol¨¦culas que les confieren color. Al a?adirlos entonces a las c¨¦lulas, se unen a ellas y las marcan con su color.
Mediante el empleo de instrumental sofisticado, podemos ahora separar las c¨¦lulas que tienen unidos los anticuerpos de las que no los tienen, e identificar las diferentes c¨¦lulas por los colores que les confieren estos anticuerpos. Utilizando esta estrategia, los investigadores separaron las diversas clases de c¨¦lulas mamarias y las inyectaron en ratones a los que se hab¨ªa extirpado las mamas. Observaron que, como esperaban, una de las clases de c¨¦lulas aisladas era capaz de regenerarlas. Los investigadores estudiaron tambi¨¦n cu¨¢ntas de estas c¨¦lulas eran necesarias para reconstituir una mama completa. Se quedaron tan sorprendidos como nos quedamos ahora nosotros al comprobar que una sola c¨¦lula madre era capaz de reconstituirla.
Estos resultados prometen conseguir un d¨ªa la reconstituci¨®n de una mama extirpada como consecuencia de un c¨¢ncer, por ejemplo, a partir de c¨¦lulas madre de la paciente. Sin embargo, las cosas no son tan f¨¢ciles. Y es que se sospechaba que la diferente incidencia de c¨¢ncer de mama entre las mujeres era debida a la diferente cantidad de c¨¦lulas madre mamarias que ¨¦stas pod¨ªan poseer. Esto se explicar¨ªa porque las c¨¦lulas madre, con su capacidad mayor para crecer, podr¨ªan convertirse m¨¢s f¨¢cilmente en c¨¦lulas tumorales. Una vez identificadas las c¨¦lulas madre mamarias, era f¨¢cil averiguar si esta hip¨®tesis era cierta. Para ello, los investigadores analizaron la cantidad de c¨¦lulas madre en muestras de tejido mamario de ratones y comprobaron que aquellos animales con mayor probabilidad de desarrollar c¨¢ncer de mama pose¨ªan, en efecto, hasta cuatro veces m¨¢s c¨¦lulas madre de lo normal.
Es la primera vez que se consigue reconstituir un ¨®rgano completo en un animal a partir de una sola c¨¦lula. Son resultados espectaculares y prometedores. Adem¨¢s, proporcionan tambi¨¦n una idea del riesgo de desarrollo de c¨¢ncer que puede conllevar la reconstituci¨®n potencial de ¨®rganos a partir de sus c¨¦lulas madre, una informaci¨®n que es vital para maximizar los beneficios terap¨¦uticos y minimizar los riesgos. Una vez m¨¢s, la buena investigaci¨®n nos pone en el buen camino.
Jorge Laborda es decano de la Facultad de Medicina. Universidad de Castilla-La Mancha
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