Ponencia
Francisco Camps ser¨¢ el encargado de defender la ponencia El espa?ol en el mundo en la pr¨®xima convenci¨®n nacional del PP. As¨ª lo anunci¨® Mariano Rajoy en una entrevista en Canal 9 y as¨ª se enteraron algunos miembros de su entorno, si no inmediato, s¨ª inminente. Nadie est¨¢ en condiciones de negar la importancia que el idioma espa?ol, por su peso demogr¨¢fico y el poderoso atractivo que ha desarrollado su cultura, tiene en el mundo. Incluso que el asunto tenga una relativa importancia dentro de la truculenta senda en la que se ha metido el PP para erosionar al Gobierno exagerando el riesgo que corren las esencias patrias frente a la presi¨®n de determinadas periferias. Sin embargo, para la estructura org¨¢nica del segundo partido de Espa?a ¨¦ste no es uno de los temas de mayor calado pol¨ªtico. Ni tampoco lo es para quien, como Camps, en la coyuntura que atraviesa una organizaci¨®n desalojada del poder del Estado y de feudos tradicionales, gobierna la principal comunidad aut¨®noma de Espa?a en manos del PP (la de Madrid, desprovista del entramado municipal y de la arquitectura del Estado, es un s¨ªmbolo, aunque huero si se compara con el impacto de la Generalitat valenciana sobre su territorio). Por el contrario, Camps no ha logrado imponerse en la estructura del PP en funci¨®n del peso territorial que representa y del poder que logra retener pese a la precipitaci¨®n del partido. Y eso, m¨¢s all¨¢ del efecto personal que pueda tener para el presidente del Consell, es un descr¨¦dito, cuando no un desprecio, para la Comunidad Valenciana. Que Camps, que es el ¨²nico que est¨¢ haciendo pol¨ªticas con repercusiones en una de las comunidades m¨¢s din¨¢micas de Espa?a, tenga que defender una ponencia sobre el castellano parece una operaci¨®n que hubiera estado dise?ada por Eduardo Zaplana. Y sobre todo, precisamente Camps, que embisti¨® la legislatura con el yelmo de Jaime I en un arranque valencianista que tuvo que reprimir en seco ante la caricatura que de ¨¦l traz¨® su antecesor en Madrid. Aunque despu¨¦s de tres a?os de desandar ruidosamente aquel camino, la justificaci¨®n oficiosa de que tiene que aguantar ese palo para atenuar su perfil autonomista, no resulta menos pat¨¦tica.
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![Miquel Alberola](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fa29aa3db-bdfa-43fb-82cd-ed3342eb1dbd.jpg?auth=5abbbc17544c795fb929dc58b4a96da576443647cc5afcf26c1f57fbc542efb3&width=100&height=100&smart=true)