El primero y de primera

El pasado d¨ªa 9 de febrero, el Congreso de los Diputados dio su aprobaci¨®n a la reforma del Estatut de la Comunitat Valenciana. El Estatut valenciano se convert¨ªa as¨ª en la primera de las reformas estatutarias ahora en curso. Lo hizo tras un amplio consenso, como continuaci¨®n del b¨¢sico alcanzado en las Corts Valencianes. Un consenso inscrito en el marco y dentro de los l¨ªmites de la Constituci¨®n.

Si en 1982 el Estatuto valenciano se aprob¨® en octavo lugar, ahora ha sido aprobado el primero. La Comunitat Valenciana alcanza, con este texto legal, un grado de autogobierno que la sit¨²a en el primer nivel de las comunidades aut¨®nomas de Espa?a. Entre otros aspectos, el nuevo Estatut incluye referencias a los derechos hist¨®ricos como nacionalidad, recupera el derecho civil foral, establece en el procedimiento de reforma estatutaria la incorporaci¨®n de refer¨¦ndum para ratificaci¨®n por la ciudadan¨ªa e introduce la capacidad de disoluci¨®n de las Cortes por parte del President. Son todos ellos elementos que equiparan este Estatut a las comunidades hist¨®ricas entre las cuales, desde ahora, se sit¨²a la nuestra.

A veces es conveniente colocarse en el pasado para, desde all¨ª, mirar con perspectiva d¨®nde est¨¢bamos y ad¨®nde hemos llegado veintitr¨¦s a?os despu¨¦s del primer texto con el que se accedi¨® a la autonom¨ªa en un complicado proceso que quiso realizarse por la v¨ªa del art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n y que, al final, acab¨® en la v¨ªa lenta, con el a?adido posterior de una ley especial de transferencias que permiti¨® alcanzar un techo auton¨®mico m¨¢s alto del que preve¨ªa la v¨ªa utilizada, la del art¨ªculo 143 de la Constituci¨®n.

En estos a?os pasados, el desarrollo pol¨ªtico, econ¨®mico, cultural y social de la Comunitat Valenciana ha generado un innegable progreso a todas las personas que en ella viven y trabajan. En efecto, durante el ¨²ltimo cuarto de siglo han cambiado muchas cosas y lo que no era posible o razonable entonces, hoy debe serlo. Por ejemplo, el establecimiento de una carta de derechos, una renta garantizada para combatir la pobreza y facilitar la reinserci¨®n, o f¨®rmulas aut¨®nomas de gesti¨®n en puertos y aeropuertos. Tambi¨¦n una mayor presencia auton¨®mica junto al Gobierno de Espa?a en la Uni¨®n Europea, otro modelo de organizaci¨®n jurisdiccional, una intervenci¨®n directa en la recaudaci¨®n fiscal -a trav¨¦s de una agencia tributaria con posibilidad de consorciarse con el estatal-, y una mejor y m¨¢s adecuada financiaci¨®n decidida en el marco multilateral,... son otras tantas propuestas del nuevo Estatut y que constituyen un avance evidente en el autogobierno que posibilitar¨¢ mejorar las condiciones de vida de las personas.

Y todo ello ha sido posible porque -repito- se ha dado un amplio consenso en las Corts, (m¨¢s del noventa por ciento de la representaci¨®n pol¨ªtica, esto es m¨¢s del ochenta por ciento del voto emitido en las pasadas elecciones auton¨®micas). Por eso puede afirmarse que sin la actitud decidida y firme de los socialistas valencianos, con Ignasi Pla al frente, este proceso de reformas no hubiera sido posible. Se ha actuado, sobre todo, con responsabilidad, que es lo que debe hacerse cuando se trata de defender los intereses generales. Esta actitud es la mayor garant¨ªa para poder gobernar en el futuro. Esto diferencia a los socialistas del Partido Popular que, donde no gobierna, obstaculiza cualquier acuerdo que permita avanzar en el autogobierno.

Con relaci¨®n a la lengua propia, el valenciano, lo esencial se resume se?alando que, a partir de ahora, ser¨¢ a la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua, instituci¨®n de la Generalitat, a quien corresponda determinar la normativa e identidades ling¨¹¨ªsticas. A este respecto, ya se ha pronunciado en los siguientes t¨¦rminos: "La denominaci¨®n valenciano y tambi¨¦n las denominaciones lengua propia de los valencianos o idioma de los valencianos u otras avaladas por la tradici¨®n hist¨®rica valenciana, el uso popular o la legalidad vigente, no son ni han de ser objeto de pol¨¦mica: todas sirven para designar nuestra lengua propia. El valenciano, idioma hist¨®rico y propio de la Comunidad Valenciana, forma parte del sistema ling¨¹¨ªstico que los correspondientes estatutos de autonom¨ªa de los territorios espa?oles de la antigua Corona de Arag¨®n reconocen como lengua propia".

Con la inclusi¨®n de la Acad¨¨mia en el Estatut se da un paso decisivo para sacar del debate pol¨ªtico las cuestiones de identidades ling¨¹¨ªsticas y llevarlas donde les corresponde, es decir, a la decisi¨®n serena y cient¨ªfica, propia de los acad¨¦micos.

Por ¨²ltimo, me referir¨¦ al l¨ªmite electoral del 5 por ciento que figuraba en el Estatuto del 82, y que se suprime en el nuevo Estatut. Deber¨¢ ser una Ley Electoral Valenciana la que decida en el ¨¢mbito de las Corts. De esta manera hemos sacado cualquier barrera a la participaci¨®n electoral del texto fundamental de los valencianos. Y ello es positivo. Ahora, la v¨ªa para la modificaci¨®n es m¨¢s r¨¢pida y supone un considerable avance para buscar soluciones consensuadas en el futuro.

En todo acuerdo pol¨ªtico en torno a reformas relevantes, como la aqu¨ª comentada, es preciso valorar lo que se avanza en relaci¨®n con la etapa anterior. Lo dijo Willy Brandt, "No te dejes arrastrar por la melancol¨ªa de lo que no has conseguido, al¨¦grate de lo que has logrado porque te servir¨¢ para seguir insistiendo en tus ilusiones".

Cipri¨¤ Ciscar es diputado socialista en el Congreso.