La frontera del crecimiento
La econom¨ªa espa?ola corre el riesgo de una desaceleraci¨®n profunda el a?o pr¨®ximo por el encarecimiento del dinero y el petr¨®leo
Las profec¨ªas de los economistas sobre la evoluci¨®n pr¨®xima de la econom¨ªa espa?ola se dividen en dos: quienes sostienen que la desaceleraci¨®n econ¨®mica se apreciar¨¢ plenamente a partir de la segunda mitad de 2007 y quienes, m¨¢s pesimistas, aseguran que la desaceleraci¨®n se dejar¨¢ sentir ya a finales de 2006. Son mayor¨ªa los primeros, pero los fundamentos del augurio son los mismos en ambos casos. Para este a?o, el llamado consenso de los economistas -el de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros es el m¨¢s conocido y prestigioso- prev¨¦ un crecimiento econ¨®mico del 3,2%, inferior al de este a?o, pero todav¨ªa muy elevado para los usos y costumbres recientes de los pa¨ªses de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria (UEM).
Todav¨ªa queda un amplio margen de maniobra entre el aumento de la demanda (4,5% previsto para este a?o) y el del PIB
Los fundamentos mencionados que explicar¨ªan la desaceleraci¨®n parten del diagn¨®stico conocido sobre el modelo econ¨®mico espa?ol. El crecimiento depende en demas¨ªa de la demanda interna y ¨¦sta, a su vez, depende en demas¨ªa de la vivienda y el consumo, es decir, del endeudamiento de las familias. Al finalizar 2005, los hogares espa?oles deb¨ªan a las entidades bancarias m¨¢s de 474.000 millones de euros en concepto de pr¨¦stamos hipotecarios. Como los precios de los productos espa?oles son superiores a los de los productos importados, la demanda de consumo se satisface con importaciones y el d¨¦ficit exterior aumenta hasta proporciones descomunales. La econom¨ªa espa?ola crece... pero comprando bienes de empresas que no son espa?olas con dinero procedente del endeudamiento.
Sobre este modelo pesan dos amenazas graves. La primera es el encarecimiento del coste del dinero. Hasta ahora es muy moderado, pero a finales de a?o el BCE puede subir el tipo de inter¨¦s hasta el 3 o el 3,25%. Hasta entonces, los indicadores de referencia (euribor, mibor, etc¨¦tera) anticipar¨¢n indefectiblemente esa subida. La conclusi¨®n evidente es que los espa?oles tendr¨¢n que pagar m¨¢s por sus hipotecas -ya se ver¨¢ cu¨¢nto m¨¢s- y por sus pr¨¦stamos. Resulta dif¨ªcil que este sobrecoste no influya sobre el consumo. El coste del dinero puede recibir, adem¨¢s, otra mala influencia: si los inversores o agentes econ¨®micos consideran que la recuperaci¨®n de Alemania es firme, los tipos de inter¨¦s subir¨¢n, con independencia de lo que haga o diga el BCE. A corto plazo, la certeza de la recuperaci¨®n alemana es t¨®xica para el consumo y la vivienda en Espa?a, aunque a largo plazo ser¨¢ favorable, en forma de aumento de exportaciones.
Un a?o de margen
As¨ª que cuando los tipos de inter¨¦s reales sean positivos se aproximar¨¢ la desaceleraci¨®n econ¨®mica. La segunda amenaza, ya t¨®pica, es el petr¨®leo. La econom¨ªa espa?ola consume m¨¢s energ¨ªa por unidad de producto que sus competidores europeos. Tal circunstancia explica su mayor vulnerabilidad... y menor credibilidad.
La opini¨®n mayoritaria es que la econom¨ªa espa?ola tiene todav¨ªa un a?o de margen para mantener su tasa de crecimiento. La primera raz¨®n es que Estados Unidos y Europa -sobre todo EE UU- no se ver¨¢n en apuros hasta el a?o pr¨®ximo; la segunda, que el crecimiento de la demanda interna en Espa?a (4,5% previsto este a?o) todav¨ªa est¨¢ a gran distancia del crecimiento del PIB. En cualquier caso, el Gobierno se enterar¨¢ r¨¢pidamente de cuando estalla la desaceleraci¨®n: cuando la recaudaci¨®n por IVA comience a flaquear.
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