Dios se convierte en 'best seller'
El revisionismo de los s¨ªmbolos cristianos y novelas con trasfondo religioso llenan las librer¨ªas
Dios fue el mismo Judas que se encarn¨® en el ap¨®stol para asegurar el cumplimiento de su propia voluntad. Jes¨²s tuvo relaciones con Mar¨ªa Magdalena, quien pudo haber escrito el cuarto evangelio.
Son dos pruebas de que Dios no es intocable en Occidente. Dos momentos literarios separados por medio siglo donde las figuras supremas del cristianismo han sido objeto de ficciones en manos de Jorge Luis Borges y de investigaciones en las de Juan Arias. Un tema, el religioso y lo sagrado, que vive una eclosi¨®n con relatos, novelas y ensayos de toda estirpe que conquista a lectores de medio mundo. No en vano es un mercado potencial de dos mil millones de cat¨®licos, y de otras tantas personas que los comprar¨ªan por entretenimiento. S¨®lo en Espa?a, desde el a?o 2000, el ISBN ha registrado 1.085 t¨ªtulos que contienen la palabra Dios, 784 Jes¨²s, 81 Jesucristo, 43 Mar¨ªa y 21 Mar¨ªa Magdalena.
Son libros que parecen ser un atajo de regreso a lo espiritural, religioso y m¨ªstico
El porqu¨¦ de este ¨¦xito de lo sagrado o con trasfondo religioso tiene varias respuestas: por los hallazgos arqueol¨®gicos y literarios sobre el cristianismo, por el cuestionamiento de temas reprimidos y secretos de la Iglesia, por el agotamiento del nihilismo y del posmodernismo, por el cansancio que se vive de la tecnolog¨ªa y, claro, en la narrativa por la combinaci¨®n de aventura, cuestionamiento de temas sacros y la posibilidad de tener de manera sencilla una dosis de cultura, afirman un grupo de te¨®logos, escritores y editores como Juan Jos¨¦ Tamayo, Juan Arana, Juan Arias, Maria ?ngels Filella, J. J. Ben¨ªtez y David Tr¨ªas.
P¨¢ginas que parecen ser un atajo de regreso a lo espiritual, religioso y m¨ªstico. A pasajes escamoteados por el Vaticano. "Hay una especie de vuelta a los rituales y mitos donde la figura de Jes¨²s ejerce una enorme atracci¨®n. Con una diferencia: hoy se busca una nueva cara, una m¨¢s humana que lo acerque a la gente", dice Juan Arias, autor de La Magdalena (El Pa¨ªs Aguilar) y Jes¨²s, ese gran desconocido (Maeva y Punto de Lectura).
Y lo que nadie niega es que el ap¨®stol literario que ha impulsado y hecho visible este fen¨®meno es Dan Brown con El C¨®digo Da Vinci (Umbriel), que desde 2003 ha vendido en el mundo 35 millones de ejemplares y en mayo Cannes estrena la ya pol¨¦mica versi¨®n cinematogr¨¢fica. "Este tipo de libros tratan en todos los casos de asuntos prohibidos y reprimidos, y que el magisterio oficial de la Iglesia ha vetado por mor de una ortodoxia que ha eliminado temas que no cazan o compaginan con la doctrina oficial", opina Tamayo, te¨®logo y autor de Para comprender la crisis de Dios hoy (Verbo Divino).
El rosario de estas teor¨ªas y narraciones lo forman los personajes, s¨ªmbolos y temas cristianos como la Biblia, Jes¨²s, Mar¨ªa, santos, c¨¢taros, templarios, el grial, la Inquisici¨®n, sociedades secretas y dem¨¢s misterios de la fe. Prueba del hallazgo de esta arca literaria es que mientras antes 1 de cada 10 manuscritos que llegaban a las editoriales versaba sobre estos temas, ahora son 4 o 5.
El resultado es una biblioteca que tiene desde ediciones de Los evangelios ap¨®crifos (Arcano Books o Edaf) hasta novelas de espa?olas como Julia Navarro, con La hermandad de la s¨¢bana santa y La Biblia de barro (Plaza y Jan¨¦s), pasando por estudios tipo El dios sin rostro. Presencia del pante¨ªsmo en el pensamiento del siglo XXI (Biblioteca Nueva), de Juan Arana, catedr¨¢tico de filosof¨ªa. Incluso han ca¨ªdo en la tentaci¨®n David Camus, nieto del Nobel franc¨¦s, con Caballeros de la Vera Cruz (Grijalbo) y el cr¨ªtico Harold Bloom con Jes¨²s y Yahve: los nombres divinos (Taurus).
Desde el comienzo, el cristianismo recurri¨® a la representaci¨®n y al s¨ªmbolo para hacer accesibles los misterios de su fe. "Se consideraba que sin ellos no hab¨ªa posibilidad de acceso al n¨²cleo de la religi¨®n. Incluso era un asunto pedag¨®gico", explica Tamayo. Pero la Iglesia torci¨® ese destino y promovi¨® s¨®lo los evangelios y textos acordes a sus intereses, olvidando al Jes¨²s humano, asegura Maria Angels Filella, autora de La mirada violeta (Milenium), que analiza los evangelios con ojos de mujer.
Pero esa conjura empez¨® a ser exorcizada cuando, en 1945 y 1947, se descubrieron los documentos de Nag Hammadi y Qumr¨¢n que desvelaron otra imagen de Jes¨²s, con los evangelios ap¨®crifos y el testimonio de una ¨¦poca que cuestionaba lo dicho hasta entonces. El conocimiento del hebreo, agrega Filella, ilumin¨® otras facetas.
Ah¨ª estar¨ªa la g¨¦nesis del milagro literario. Pero ?por qu¨¦ hasta ahora? Seg¨²n Arana, "fue tras la II Guerra Mundial, el nihilismo y la posmodernidad que se buscaron otras dimensiones trascendentes. Este regreso a lo espiritual puede deberse al agotamiento de esas corrientes. Tanto que pensadores como Vattimo o Derrida han vuelto a preguntarse por la religi¨®n". Gianni Vattimo ha escrito con Richard Rorty El futuro de la religi¨®n (Paid¨®s) y Jos¨¦ Antonio Marina Por qu¨¦ soy cristiano (Anagrama).
Todo lo referente a lo sacro, con una lectura actual, es muy eficaz narrativamente, dice David Tr¨ªas, editor de Plaza y Jan¨¦s, una de las que m¨¢s vende en la l¨ªnea del thriller hist¨®rico-religioso. El sello tiene su trinidad de autores que sobrepasan el mill¨®n de ejemplares vendidos: Julia Navarro, Matilde Asensi (El ¨²ltimo Cat¨®n) y Javier Sierra, que con La ¨²ltima cena llegar¨¢ en marzo a EE UU con un mill¨®n y medio de ejemplares y una mercadotecnia a lo Brown. Para Pablo ?lvarez, editor de Mart¨ªnez Roca, el ¨¦xito est¨¢ en los elementos del thriller narrado en un estilo directo y conciso.
Esta desacralizaci¨®n se remonta en Espa?a a los ochenta. Fue cuando J. J. Ben¨ªtez convirti¨® a Jes¨²s en un best seller en 1984 con el primer tomo de Caballo de Troya (Planeta), que dice escribir a la luz de documentos secretos estadounidenses. Para Ben¨ªtez, que acaba de editar el s¨¦ptimo libro y ventas totales superiores a los 4 millones de ejemplares, el boom de estos libros prueba que "la sociedad empieza a pensar por s¨ª misma. La gente est¨¢ perdiendo el miedo a los dogmas y a las amenazas de las religiones, aunque quedan fan¨¢ticos".
Pero este credo de tolerancia no es tan antiguo en Occidente. Por ejemplo, el ¨ªndice de libros prohibidos de la Iglesia cat¨®lica lo elimin¨® Pablo VI en el Concilio Vaticano II, despu¨¦s de su instauraci¨®n en el siglo XVI. Aunque tres siglos antes, con la Inquisici¨®n, nacida para enfrentar a los c¨¢taros, que eran una vuelta a la imagen de Jes¨²s, la quema de libros se convertir¨ªa en una pr¨¢ctica habitual.
Por eso muchos consideran que este acontecimiento literario es una muestra de que Occidente ha superado sus intransigencias, aunque con algunos tics, tras procesos como la reforma protestante, el Renacimiento, la Ilustraci¨®n y varios concilios. Hasta llegar, seg¨²n Filella, "a la libertad de expresi¨®n que es propia de la democracia, que nos permite aprender a re¨ªrnos de nosotros mismos, algo que deben aprender incluso los musulmanes". Y todo por la pereza de Dios, porque, como se queja la viuda de Montiel en un cuento de Garc¨ªa M¨¢rquez, si ¨¦l hubiera trabajado el domingo habr¨ªa podido terminar mejor el mundo: "Ha debido aprovechar ese d¨ªa para que no le quedaran tantas cosas mal hechas. Al fin y al cabo, le quedaba toda la eternidad para descansar".

De Judas al Jes¨²s clonado
A partir de la muerte de Dios, proclamada por Nietzsche en el siglo XIX, los libros han servido para que te¨®logos, fil¨®sofos o escritores plantearan m¨¢s abiertamente sus teor¨ªas o especulaciones en torno al cristianismo. A finales del XIX tambi¨¦n hubo mucha indagaci¨®n religiosa por la p¨¦rdida y crisis de fe, afirma Juan Arana.
En el siglo XX, entre nihilismo y posmodernidad, la figura de Jes¨²s, personaje clave en la historia, ha sido revisada y objeto de toda clase de especulaciones por parte de grandes escritores. Tres aproximaciones muy reflexivas las hicieron Nikos Kazantzakis en La ¨²ltima tentaci¨®n, Jos¨¦ Saramago en El evangelio seg¨²n Jesucristo y Norman Mailer en El evangelio seg¨²n el hijo. Muestran un Jes¨²s en pugna perpetua con su humanidad y debilidades terrenales; un Dios que manipul¨® a su hijo y le labr¨® su destino para dejar claro su poder; y un Jes¨²s con sentido del humor pero abrumado de dudas ante tan inhumana misi¨®n. Pero fue Borges, en 1944, uno de los primeros en popularizar las teor¨ªas sobre Dios y su hijo en Tres versiones de Judas.
En el cap¨ªtulo m¨¢s comercial, algunos referentes con trasfondo religioso, seg¨²n David Tr¨ªas, son El nombre de la rosa, de Umberto Eco, y Los pilares de la Tierra, de Ken Follet. Y a sus alrededores, Peter Berling con su pentatolog¨ªa del grial, Andreas Faber Kaiser con Jes¨²s naci¨® y muri¨® en Cachemira o Jim Hougan con El ¨²ltimo merovingio. Y la pen¨²ltima trama va al futuro con la Trilog¨ªa del Cristo clonado (Mart¨ªnez Roca), de James BeauSeigneur.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.