El Gobierno mantiene sus expectativas de paz y rechaza cambiar de pol¨ªtica
La Moncloa resta relevancia al comunicado de ETA, pero admite que ha enfriado el optimismo
El comunicado difundido por ETA en la tarde del s¨¢bado no ha cambiado la estrategia y las perspectivas de paz del Gobierno en el Pa¨ªs Vasco. "El Ejecutivo mantiene su pol¨ªtica, sus objetivos y sus expectativas en Euskadi", manifestaron ayer fuentes cercanas a La Moncloa tras analizarlo con detalle. Lo que los terroristas expusieron en ¨¦l mantiene intactas las esperanzas del Gobierno sobre un hipot¨¦tico proceso de paz, esperanzas que se basan en la informaci¨®n de que dispone y que corrobora lo que el presidente Zapatero afirm¨® el pasado d¨ªa 3, que "est¨¢ pr¨®ximo el principio del fin" de la banda.
El di¨¢logo final con ETA estar¨¢ dirigido desde la Presidencia del Gobierno
La Moncloa insiste en que el proceso tendr¨¢ altibajos y durar¨¢ m¨¢s de una legislatura
El Gobierno no ve nada relevante en el comunicado de la banda, en el que ni le cita ni menciona la posibilidad de abandonar la violencia. No obstante, el Ejecutivo admite que el comunicado, que no s¨®lo le ha sorprendido a ¨¦l sino a la ilegalizada Batasuna, ha enfriado su optimismo y el de quienes comparten su estrategia frente a ETA. Este comportamiento de la banda es un ejemplo m¨¢s, seg¨²n se?alan en La Moncloa, de los avatares a los que alude el presidente cuando dice que el proceso ser¨¢ "largo, con altibajos y no sometido a un horizonte temporal".
El Gobierno, que tampoco contaba con una declaraci¨®n inminente de cese de la violencia de ETA, rehuy¨® ayer realizar declaraciones p¨²blicas sobre su an¨¢lisis pormenorizado del comunicado. En diversos ¨¢mbitos de la izquierda abertzale que han estudiado tambi¨¦n en detalle el comunicado se considera que ¨¦ste es ante todo un texto de reivindicaci¨®n de los ¨²ltimos ocho atentados de ETA, si bien en las frases m¨¢s pol¨ªticas contiene algunos elementos de lo que ser¨¢ la propuesta de la banda cuando haga p¨²blico el cese de la violencia.
Estos elementos que adelanta el comunicado coinciden con el discurso de la ilegalizada Batasuna desde el mitin de Anoeta en noviembre de 2004: que se respeten los acuerdos que decidan los vascos, y el establecimiento de la negociaci¨®n y el di¨¢logo como caminos para la paz y la normalizaci¨®n pol¨ªtica. Paralelamente, el texto difundido por la banda el pasado s¨¢bado no hace apelaciones a la violencia, como ha sucedido habitualmente en los comunicados reivindicativos de ETA, lo que no ha pasado inadvertido en La Moncloa.
El Gobierno, seg¨²n manifestaron ayer fuentes de la Presidencia, mantiene la aseveraci¨®n de su presidente sobre las expectativas de paz, sobre la base de "una pol¨ªtica que se est¨¢ realizando en muchos frentes, no est¨¢ sometida a un horizonte temporal y est¨¢ y estar¨¢ dirigida desde La Moncloa". Se refieren a que el eje del proceso no estar¨¢ en Euskadi, donde hay numerosas iniciativas en marcha, con muchos movimientos sociales a favor de la apertura del proceso de paz -sindicatos, colectivos de mujeres, contactos pol¨ªticos para constituir una mesa de partidos sobre la normalizaci¨®n-, sino en la Presidencia del Gobierno, desde d¨®nde se realizar¨¢ la interlocuci¨®n principal.
El Ejecutivo a¨²n "no tiene un calendario, pero s¨ª una hoja de ruta" del proceso. Ya la ha adelantado varias veces. Cuando ETA declare el cese de la violencia, el presidente del Gobierno se tomar¨¢ un tiempo prudencial para conocer a fondo la voluntad de la banda de abandonar definitivamente el terrorismo, y cuando la constate comparecer¨¢ en el Parlamento para ofrecer la hoja de ruta: la apertura del di¨¢logo con ETA y la constituci¨®n de la mesa de partidos en Euskadi.
La Moncloa resalta el car¨¢cter at¨ªpico de este futuro proceso, comparado con sus precedentes de Argel, liderado por Felipe Gonz¨¢lez en 1989, y de Suiza, que dirigi¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar entre 1998 y 1999, incluso en el protocolo. ETA no tiene por qu¨¦ actuar de la misma manera, a trav¨¦s de un comunicado oficial, y el presidente, por su parte, ha ofrecido una f¨®rmula in¨¦dita: comparecer en el Parlamento para pedir autorizaci¨®n para dialogar con la banda. En 1998, Aznar hizo una declaraci¨®n institucional en La Moncloa.
No obstante, fuentes de la Presidencia insisten en que el proceso de paz no est¨¢ sometido a un plazo temporal, porque probablemente dure varias legislaturas. De ah¨ª la trascendencia de que el primer partido de la oposici¨®n, el PP, se incorpore al proceso. El proceso de paz en Irlanda del Norte dio sus primeros pasos con la Declaraci¨®n de Downing Street (1993), con el Gobierno conservador de John Major, y el Acuerdo de Stormont (1998) y cierra un primer ciclo con el desarme del IRA en julio de 2005, bajo el mandato del laborista Tony Blair.
Tambi¨¦n es importante la incorporaci¨®n del PP por su influencia en sectores sociales que jugar¨¢n un papel en el proceso.
Asimismo, el proceso antes de echar a andar, y ¨¦sa es otra singularidad respecto a los precedentes fallidos, est¨¢ contando con una importante movilizaci¨®n social en el Pa¨ªs Vasco. Este hecho, que los partidos vascos denominan "blindaje" del proceso, creen que garantizar¨¢ su irreversibilidad.
El Gobierno mantiene su confianza en que el cese de la violencia llegar¨¢, adem¨¢s, por el contexto internacional -el terrorismo islamista ha eclipsado al de ETA, y el precedente del IRA-, la presi¨®n judicial, policial, social y pol¨ªtica sobre los etarras y su entorno pol¨ªtico.
El presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Manuel Chaves, declar¨® ayer, en alusi¨®n a Zapatero, que "un gobernante que se precie tiene la obligaci¨®n de intentar la paz, sin precios, sin hipotecas, aunque sea duro, largo y arriesgado". "Si ETA abandona las armas, ?por qu¨¦ no intentar la paz si es lo que quiere la mayor¨ªa de los ciudadanos? Los que buscan la paz son los pol¨ªticos valientes, los que no, son cobardes. Y Zapatero es un pol¨ªtico valiente", informa Manuel J. Albert.
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