Cuando baje la marea
Los casos de corrupci¨®n pueden tener un efecto de catarsis sobre la pol¨ªtica en Canarias
Un empresario de Las Palmas de Gran Canaria nos dijo, en medio de las investigaciones judiciales que han llevado a la c¨¢rcel a un ex director general del Gobierno regional (perteneciente al Partido Popular) y a su novia y ha puesto en entredicho a un alto funcionario del mismo Ejecutivo y a otros empresarios insulares y peninsulares relacionados con la llamada trama e¨®lica:
-Cuando baje la marea quedar¨¢n cuatro lapas.
El clima desatado en las islas a partir de las evidencias judiciales fue primero de estupor -nunca hab¨ªa sido el Archipi¨¦lago escenario de detenciones tan espectaculares como las que orden¨® el juez Miguel ?ngel Parram¨®n- y luego de cierto escepticismo.
La expectaci¨®n principal, animada por el hecho de que el director general implicado en los delitos de cohecho, Celso Perdomo, hab¨ªa trabajado a las ¨®rdenes del hermano del presidente del Cabildo y del Partido Popular, Jos¨¦ Manuel Soria, era que las investigaciones alcanzaran tambi¨¦n este importante tramo pol¨ªtico.
El PP ve en el ministro L¨®pez Aguilar a un inspirador de la "marea contra la corrupci¨®n"
Los que conocen el caso creen que no salpicar¨¢ al l¨ªder del PP, Jos¨¦ Manuel Soria
Aparte de la tranquilidad que respira el afectado por estos rumores, los que parecen conocer de cerca la investigaci¨®n de la trama descartan que tanto Jos¨¦ Manuel como su hermano Luis se vean salpicados de manera directa por el caso que ha llevado a la c¨¢rcel a tan ¨ªntimos amigos y colaboradores suyos. Al menos, les salpica ya la responsabilidad pol¨ªtica y se les acerca de manera evidente la relaci¨®n personal que les une a este caso.
Lo que no se ha podido evitar en las islas, y sobre todo en Gran Canaria, es que estos nuevos hechos se sumen a casos de corrupci¨®n, de supuesta corrupci¨®n o de rumorolog¨ªa sobre la corrupci¨®n que alientan habitualmente en las islas. Aunque sean estos dos de los pocos casos que han saltado a la opini¨®n p¨²blica con evidencias de primeras planas. La novedad del caso -negocios e¨®licos: el viento en Canarias nunca antes hab¨ªa sido objeto de negocio- llev¨® a alguna gente relacionada con los amigos implicados en el caso a hacer expl¨ªcita su inquietud con la gracia que los canarios a?aden a su ingenuidad:
-?E¨®lico? ?Eso no tiene que ver con la droga, mi ni?o?
En la memoria de los canarios hay algunos casos sin cerrar, como el de Tindaya (1.960 millones de pesetas de malversaci¨®n), que alientan a pensar que "cuando baje la marea" haya poco m¨¢s que "cuatro lapas". En esta monta?a m¨ªtica de Fuerteventura so?¨® Eduardo Chillida situar una de sus esculturas imposibles. Despu¨¦s, en torno a Tindaya hubo una investigaci¨®n sobre malversaci¨®n de fondos que no se ha resuelto judicialmente todav¨ªa. Cuando estall¨® el esc¨¢ndalo e¨®lico, en la prensa canaria surg¨ªan por doquier otros casos, adem¨¢s del protagonizado por el famoso marqu¨¦s de la Oliva, acusado de intentar sobornar a un edil de Fuerteventura.
El ex director del puerto de Las Palmas iba y ven¨ªa de los juzgados querell¨¢ndose contra quienes le acusaban de usar su puesto para obtener beneficios espurios, el presidente de la Audiencia de Las Palmas era suspendido por sus compa?eros por mediar en casos de narcotr¨¢fico, se recordaban casos relacionados con la supuesta malversaci¨®n de los fondos europeos de empleo, se abr¨ªa una investigaci¨®n parlamentaria sobre la mala gesti¨®n de las cuentas de la autonom¨ªa... Hasta que estall¨® el esc¨¢ndalo e¨®lico, lo m¨¢s fuerte era lo que ten¨ªa que ver con el parlamentario majorero y la suposici¨®n de que quiso sobornar a un edil...
Como nos explic¨® el economista e ingeniero industrial Fernando S¨¢enz, "un c¨²mulo tal lleva a pensar que estamos como en la ¨¦poca de Craxi en Italia"; a lo que le replic¨® su colega Antonio Gonz¨¢lez Vi¨¦itez, que fue consejero de Urbanismo de la autonom¨ªa canaria entre 1995 y 1996: "?Sigui¨® la ¨¦poca de manos limpias!" A lo que replic¨® S¨¢enz: "S¨ª, pero despu¨¦s vino Berlusconi, ?cuidado!"
En el Parlamento canario hay en curso tres comisiones de investigaci¨®n, algo ins¨®lito en las islas, y se ha instalado una cultura de la sospecha que ha calado tambi¨¦n en la poblaci¨®n, aunque los pol¨ªticos del Gobierno quisieran ahuyentar esta impresi¨®n. Un obispo canario, en medio de una conversaci¨®n en la que el asunto se trataba con preocupaci¨®n, dio este consuelo:
-?Pero si esto pasa en todas partes!
Lo que se escucha en todas partes es que el caso e¨®lico pone la primera piedra de "una catarsis" en la que las acciones judiciales del juez Parram¨®n suponen "el inicio de una operaci¨®n manos limpias", que comienza en realidad cuando cambi¨® el presidente conservador de la Tribunal Superior de Justicia de Canarias, Fernando de Lorenzo, que dio paso al progresista Antonio Castro Feliciano. Algunos (del Partido Popular, sobre todo) ven en Juan Fernando L¨®pez Aguilar (ministro de Justicia, y canario) un inspirador de esta "marea contra la corrupci¨®n".
Hasta ahora, dicen algunas de las personas con las que hablamos estos d¨ªas en Gran Canaria, en las islas se viv¨ªa en medio de la sensaci¨®n, real o inducida, "de impunidad en el ejercicio de la pol¨ªtica". "Lo que ha ocurrido har¨¢ que ahora los funcionarios se tienten la ropa antes de hacer un uso fraudulento de los dineros p¨²blicos", y eso es lo que alienta el clima de catarsis que ahora se vive en Canarias, donde, como nos dijo un pol¨ªtico local, el consejero socialista del Cabildo, e historiador, Jos¨¦ Miguel P¨¦rez, "?se ha pensado incluso en el pasado en hacerle un monumento al cambuyonero !"
El clima de sospecha existe, y es notorio en conversaciones privadas y tambi¨¦n en art¨ªculos de prensa y opiniones de pol¨ªticos. "El autogobierno", dicen, "debe acentuar la estricta separaci¨®n de poderes" para acrecentar la fe de la poblaci¨®n en la pol¨ªtica y en las instituciones, "y los funcionarios y los pol¨ªticos han de ser conscientes de que, con raz¨®n o sin ella, la gente piensa que est¨¢n en esto para forrarse".
En ese contexto, la trama e¨®lica ha sido en las islas no una marea, sino una especie de tsunami del que todo el mundo habla de reojo, como si fuera a afectar a much¨ªsima m¨¢s gente. "Y es porque nunca como ahora se ha puesto tan de evidencia que se puede ir contra la corrupci¨®n pol¨ªtica, y que son los ciudadanos, denunciantes an¨®nimos o p¨²blicos, los que pueden poner en marcha una operaci¨®n para atajarla", dice Gonz¨¢lez Vi¨¦itez.
Eso lo ven como "muy saludable" tambi¨¦n los responsables pol¨ªticos de la autonom¨ªa.
Algunos ven al juez Parram¨®n como "el h¨¦roe" de esta nueva situaci¨®n en la que el tsunami, o la marea, acabe limpiando de sospechas la pol¨ªtica canaria. Destacan de ¨¦l que haya sido capaz de "encarcelar a delincuentes de cuello blanco" y que incluso "se haya atrevido con un magistrado", lo que ha desatado "una saludable perplejidad" en la poblaci¨®n. El fiscal anticorrupci¨®n, Luis del R¨ªo, que ha puesto en marcha un ministerio ins¨®lito en las islas, contribuye a crear lo que un importante dirigente nacionalista calific¨® como "un clima de confianza" en la limpieza de la pol¨ªtica.
La intenci¨®n, nos dijo un antiguo magistrado, Arcadio D¨ªaz Tejera, "es que quienes ejercen la funci¨®n p¨²blica tengan la seguridad de que si reciben una invitaci¨®n para delinquir lo pongan en conocimiento del juez de instrucci¨®n, sin esperar a la notitia criminis".
Los propios empresarios, nos dec¨ªa un periodista canario, Carlos Sosa, "mirar¨¢n ahora la corrupci¨®n de otra manera; antes pod¨ªan convivir con ella con naturalidad, y no hab¨ªa ganas de enfrentarse a ella. Es un buen momento, y ser¨ªa malo que despu¨¦s de todo esto no hubiera sino c¨¢scaras de lapas".
Jer¨®nimo Saavedra, que fue presidente socialista de la autonom¨ªa y ahora dice que goza de libertad para decir lo que le d¨¦ la gana, ve tambi¨¦n "el principio del fin de la impunidad" porque hay "jueces menos sosegados que los de antes", y porque ahora se abre "una alerta civil" que hace que la gente se adelante a denunciar "los indicios de corrupci¨®n"; hasta ahora hab¨ªamos vivido, dice el ex presidente, "una corrupci¨®n que tambi¨¦n afectaba a las mentes".
?Y cuando baje la marea? "Antes", dice Saavedra, "cuando hab¨ªa una denuncia quedaba archivada; esta fiscal¨ªa parece que no est¨¢ por esa labor".
Como dec¨ªa la arquitecta Elsa Guerra, impulsora de la oposici¨®n a uno de los grandes proyectos de la alcald¨ªa de Las Palmas, el de la construcci¨®n de la Gran Marina que iba a transformar el litoral de la capital grancanaria, "aparentemente no ha pasado nada, pero ya est¨¢ pasando". "Hay vientos de cambio", dice Fernando S¨¢enz; "si seguimos como est¨¢bamos vamos en la direcci¨®n equivocada". La periodista Yovanka Vaccari le puso esta definici¨®n a la sensaci¨®n que sobre el futuro se respira en las islas: "Esceptimismo". Optimismo y escepticismo, todo mezclado.
El descr¨¦dito de la pol¨ªtica, una amenaza que se cierne sobre la pol¨ªtica y que aqu¨ª incide de manera espec¨ªfica insular (en las islas hay un ¨ªndice de abstenci¨®n superior en un 10% a la media nacional), "es un drama para la democracia", dice Gonz¨¢lez Vi¨¦itez. "Lo que ocurre ahora puede ser un viento fresco; ojal¨¢ el poder lo tome como una llamada de atenci¨®n", dice el arquitecto Joaqu¨ªn Casariego. Y Vi¨¦itez, un hombre de gran prestigio entre los intelectuales insulares, regala unos versos de Antonio Machado para alertar sobre lo que los pol¨ªticos han de tener en cuenta: "Todo necio, escribi¨® Machado, confunde valor y precio; y la sociedad ha de saber, en Canarias y en cualquier sitio, que antes que los precios est¨¢n los valores. ?A los denunciantes de la corrupci¨®n hab¨ªa que ponerles nombres de calles, hacerles homenajes!".
Aunque de la marea de sus denuncias, dice, "queden al final cuatro lapas".
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