Fan¨¢ticos, asustados y grandes mercaderes
La organizaci¨®n terrorista Ham¨¢s ya ha asumido el poder en la Autoridad Nacional Palestina (ANP) por mucho que el pobre presidente Mahmud Abbas evoque encarecidamente y a un tiempo a los fantasmas del proceso de Oslo y al de su propia presidencia. Y lentamente parece que hasta los m¨¢s irredentos optimistas comienzan a percibir que los resultados de las elecciones han sido mucho m¨¢s que el producto de un gesto de condena a la corrupci¨®n o de voluntad de cambio de estilo. Ham¨¢s ha advertido que se equivocan quienes creen que las realidades municipales, con los baches en los caminos, escapes de agua y miserias fiscales, les har¨¢n apearse de una forma u otra de su magn¨ªfico e impoluto corcel de la guerra santa. No van a reconocer a la entidad sionista, que ha de ser destruida, y si ¨¦sta, es decir Israel, decide aislar a la ANP, ya se ocupar¨¢ el mundo isl¨¢mico de dar de comer a los palestinos mientras llega la liberaci¨®n. Es posible que cambien algo el tono y las ¨ªnfulas de los l¨ªderes de Ham¨¢s cuando vean que el islamismo y, ante todo, la solidaridad ¨¢rabe dan para financiar actividades terroristas y tambi¨¦n una campa?a electoral "a la americana", pero no para sacar al pueblo palestino de la miserable situaci¨®n en que se halla.
Pero en todo caso ser¨ªa conveniente que la comunidad internacional se haga a la idea de que en todo el mundo isl¨¢mico ha germinado esa percepci¨®n de la "gran oportunidad" de humillar y vencer a Israel y al mundo occidental en general. No es la primera vez que sucede, pero ahora las fuerzas radicales islamistas tienen mucha m¨¢s informaci¨®n sobre su enemigo. De momento, Ham¨¢s ya ha roto el bloqueo internacional con el que se iba a intentar que aceptara un cierto compromiso con la realidad de la existencia de Israel. Rusia se desmarc¨® de inmediato en su muy arriesgada apuesta por jugar su partida propia en la doble crisis de Ham¨¢s y de Ir¨¢n y su bomba. Que Rusia rompa un frente al que nunca perteneci¨® es comprensible. Que lo haga Turqu¨ªa es preocupante. Que lo haga Francia es ya solo triste. En realidad, es una sola crisis que responde a la aceleraci¨®n de la historia desde la percepci¨®n islamista de que su presente fracasado invita a la aventura, para los religiosos nada temeraria. Enfrente tiene a unos muy asustados, algunos dignos y bastantes mercaderes.
Los enfrentamientos internos de la comunidad de sociedades democr¨¢ticas es desde luego el factor clave para explicar ese estado de ¨¢nimo del islamismo radical, cuyo liderazgo intenta desesperadamente asumir el presidente iran¨ª Ahmadineyad. Que un pa¨ªs de la historia de Ir¨¢n sea gobernado ahora por un personaje de esa catadura demuestra una vez m¨¢s la terrible l¨®gica de la selecci¨®n negativa de los totalitarismos, de los fanatismos y las sectas. La pol¨ªtica de la Administraci¨®n norteamericana bajo George Bush, profundamente err¨®nea desde su prepotencia e improvisaci¨®n, deriv¨® hacia la cat¨¢strofe potencial en combinaci¨®n con las diversas pol¨ªticas m¨¢s o menos mezquinas, cortoplacistas y asustadas de las democracias europeas. Hoy ya, hasta el alumno m¨¢s imb¨¦cil de la ¨²ltima madraza de Afganist¨¢n sabe que puede meter el miedo suficiente a la sociedad europea para que ¨¦sta acabe renegando de uno de sus miembros, aislando a la democracia danesa y difamando a su prensa como ultraderechista. Del mismo modo que hasta el m¨¢s zote de los matones de Otegui sabe que los partidarios de "la paz" acabar¨¢n culpando al Partido Popular de las bombas que pone ETA.
Si las democracias logran realmente volver a tener una coordinaci¨®n de sus pol¨ªticas y estrategias para defender unos intereses que en sus fundamentos son por naturaleza comunes, es posible que despu¨¦s de un eventual fracaso de esta ofensiva ideol¨®gica-religiosa -en unos a?os, lustros, o d¨¦cadas- el mundo isl¨¢mico logre romper sus c¨®digos medievales. Si para entonces las sociedades isl¨¢micas se han deshecho y han proscrito a sus fan¨¢ticos y se han liberado de la cultura del victimismo y del agravio, a nadie se le ocurrir¨¢ identificar islam con terrorismo. Nos ahorraremos vi?etas danesas de muy mal gusto y otras, mucho m¨¢s miserables, que hemos tenido que ir viendo despu¨¦s.
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