Ante la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual

En estas fechas se discute en el Parlamento la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, con la que se cumple la obligada transposici¨®n al ordenamiento jur¨ªdico espa?ol de una directiva europea que adapta los derechos de autor a la nueva situaci¨®n creada por la digitalizaci¨®n y la aparici¨®n de Internet. Desde que se vislumbr¨® el debate, se vienen difundiendo falsedades que ¨²nicamente pretenden socavar los derechos de autor, a los que se presenta ante la opini¨®n p¨²blica como una entelequia del pasado, injustos y gravosos para el consumidor e incompatibles con la modernidad que simboliza Internet. Al final, lo que se busca es poner a los creadores en una situaci¨®n de mayor dependencia con la industria, lo que los convertir¨ªa en meros proveedores de contenidos, al tiempo que se destruir¨ªa su derecho patrimonial, cuyo n¨²cleo es la capacidad de determinaci¨®n de las formas de explotaci¨®n de sus propias obras.

No ha habido ning¨²n pa¨ªs que haya prescindido de los derechos de propiedad intelectual, nacidos al calor de la Revoluci¨®n Francesa y punto de partida de la independencia del autor y de su emancipaci¨®n frente a un mecenazgo aristocr¨¢tico benevolente y arbitrario. La propiedad intelectual es un ¨ªndice valioso para medir el respeto de un pa¨ªs hacia la innovaci¨®n y la creatividad. Si no se protege, no habr¨¢ capital intelectual. Por el contrario, su reverso, la pirater¨ªa, constituye un indicador negativo respecto a la salud de una econom¨ªa, pues destruye sectores relevantes, consolida pr¨¢cticas sumergidas y fortalece las organizaciones mafiosas.

Con el tr¨¢nsito de la sociedad anal¨®gica a la digital, los retos son mayores. Los contenidos que circulan por Internet son en un alto porcentaje bienes culturales, obras de creaci¨®n protegidas por derechos de autor o copyright. Por ello, cuando los autores afirmamos que los contenidos son claves en la sociedad del conocimiento, estamos afirmando que la creaci¨®n es decisiva para el crecimiento y la innovaci¨®n. Nuestro papel es insustituible para dar base a la industria cultural con la que ahora parece que estamos enfrentados.

Esta reforma que el Parlamento va a abordar ahonda en la protecci¨®n de la propiedad intelectual en el orden digital. Si los autores y sus obras ya est¨¢n presentes en ese ¨¢mbito de manera apabullante, tambi¨¦n deben estarlo sus derechos. Si los legisladores no lo entienden as¨ª, se estar¨¢ cometiendo un error porque la tecnolog¨ªa no es suficiente para construir un pa¨ªs o contribuir a su desarrollo.

Suscriben el texto: Pedro Almod¨®var, Vicente Aranda, Daniel Calparsoro, Juan Calvo Loygorri, Fernando Colomo, Jos¨¦ Luis Cuerda, Daniela Fejerman, Javier Fesser, Luis Garc¨ªa Berlanga, Jos¨¦ Luis Garci, Antonio Gim¨¦nez Rico, Manuel G¨®mez Pereira, Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n, Manuel Iborra, ?lex de la Iglesia, Sigfrid Monle¨®n, Daniel Monz¨®n Jerez, Manuel Palacios, In¨¦s Par¨ªs, Juan Antonio Porto, Carlos Saura y Gonzalo Su¨¢rez.